Los últimos días de gestión de Carlos Contreras, presidente del IGSS, transcurren agitados en el despacho superior. El próximo 3 de junio, dejará la presidencia de la Junta Directiva. Después de seis años, dice sentirse satisfecho, especialmente porque al hacer un repaso, asegura que lo más importante fue devolver la autonomía a la institución.
En la siguiente entrevista, Contreras se centra en abordar la obra de infraestructura que deja, con varios proyectos en marcha. Así también, explica cómo fortaleció las reservas de la institución, gracias al cambio en el modelo de licitación en la compra de medicamentos, que les permitió ahorros de hasta US$270 millones, a través de la Oficina de Naciones Unidas de Servicios para Proyectos (UNOPS). Una cifra que al final han beneficiado la atención médica para un promedio de 3.2 millones de guatemaltecos.
La Hora: ¿Qué proyectos de infraestructura deja durante su periodo?
Carlos Contreras: La primera fase del Plan Maestro para la modernización y ampliación de la red hospitalaria y servicios del IGSS se desarrolló durante los años 2007-2018. Contó con la asistencia de UNOPS para la construcción, equipamiento y supervisión de 17 hospitales. Entre estos, los hospitales en Quetzaltenango y Puerto Barrios.
Durante la pandemia se lograron transformar tres hospitales para cuidados intensivos. El primero fueron unas clínicas de consulta externa en Tecún Umán que se habilitaron. Una primera ala con 22 camas. Luego, una segunda ala con 60 camas para un total de 82.
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Carlos Contreras presidente del IGSS: “Las presiones, bendito Dios, las soportamos" ?? [https://t.co/Fd9exxpRRA] pic.twitter.com/VvNgj2F5pB— Diario La Hora (@lahoragt) May 29, 2021
Además, el área de carpintería la convertimos en una consulta externa para recibir muestras de laboratorio. Esto para evitar que los pacientes de la tercera edad fueran a dejar sus muestras de madrugada al hospital de zona 9. Tercero, se habilitó otro espacio deteriorado en la Verbena, zona 7 para convertirlo en un hospital de intensivo.
LH: ¿En qué consiste la consulta externa ampliada?
CC: La externalización es importante, no significa privatizar. Se han destinado US$40 millones para manejar esta modalidad, donde el paciente ya no necesita hacer cola. Muchos de los usuarios de CAMIP Pamplona ahora consultan con su médico de cabecera. También están los médicos de visita domiciliaria.
Por eso, Infra IGSS nos sirve para manejar el primer gran desafío, la externalización de la consulta externa para la ampliación de cobertura. Actualmente, se tiene 1.3 millones de afiliados. Deberíamos alcanzar los 5 millones de beneficiados. Este es el proyecto de nación, con una seguridad social robusta.
LH: ¿Cuáles son los complejos hospitalarios que están en construcción?
CC: Necesitamos grandes hospitales de referencia. La segunda fase del programa de modernización hospitalaria abarca el periodo 2020-2025. Este plan maestro, firmado en abril de 2020, consiste en el diseño de un complejo hospitalario en zona 11 (cuatro hospitales) y del hospital Arrivillaga, en zona 5.
El complejo hospitalario de zona 11 contará con 300 camas y un área de 60 mil m2. Mientras que el hospital de Oriente, en Zacapa, tendrá 203 camas en un área de 30 mil m2.
La inversión incluye equipo médico de última generación, y la adquisición de un aproximado de 100 ambulancias. La modernización de infraestructura tecnológica, a través de la innovación en sistemas como la Telemedicina.
Además, se contempla el diseño de hospitales en: Zacapa, Jutiapa, Cobán, San Benito, Petén, Santa Lucía Cotzumalguapa y Coatepeque, esto con fondos del IGSS. Todo este plan es parte de una visión de transformación de la seguridad social del país.
LH: ¿Cómo va a dotar de recurso humano especializado esta ampliación de servicios?
CC: No lo veré terminado, pero se trabaja en el plan de formación de especialistas en seguridad social. Además de especialidades médicas, necesitamos otras profesiones como administradores, financieros, ingenieros hidráulicos y más. Para que esto funcione se necesitan 3,500 profesionales en un lapso de 5 años.
En este momento hay 100 profesionales formándose fuera del país. Hay que generar talento humano. Buscamos construir una carrera administrativa dentro de la institución, con condiciones laborales competitivas y dignas. Vamos a dejar aprobado el plan esta semana. No se va a contratar a nadie si no es concurso y convocatoria.
LH: ¿Qué tanto impactó la pandemia para acelerar estos procesos?
CC: Más bien retrasó, pero nos dejó fortalecidos. Generó la infraestructura que necesitábamos y no teníamos, mejor equipo, más contratación personal. Bajamos en número de afiliados, en número de empresas, en recaudación. El costo invertido por la pandemia fue de Q540 millones. Pero cada año hay un superávit, a pesar de la deuda del gobierno. Por eso logramos dejar cinco hospitales nuevos, 2 mil trabajadores más y un superávit de Q500 millones. ¿de dónde salió esto? De los fondos del EMA.
En resumen, han sido tres hospitales de intensivo que se remozaron; y se compraron dos hospitales modulares que se construyen en este momento: zona 11, con 240 camas; y Escuintla, con 168 camas.
LH: ¿Cuál es el déficit de infraestructura que tiene el IGSS?
CC: En el 2021, tenemos un presupuesto de Q14 mil millones, aproximadamente. De esto, unos Q 2,800 millones son del programa de Invalidez, Vejez y Sobrevivencia (IVS), el resto, Q 11 mil millones del programa de Enfermedad, Maternidad y Accidentes (EMA). Estimo que el déficit de infraestructura podría ser el de un presupuesto anual del EMA.
Necesitamos construir cuatro hospitales en la ciudad de Guatemala y cinco en el interior del país. En la segunda parte de esta administración, dejaremos un plan maestro de infraestructura y el financiamiento de este. Es posible construir obra sin endeudarnos un centavo, ni usar las reservas, solo con recursos frescos.
Por otro lado, hicimos una transformación en el sistema de adquisiciones de medicamentos. Hoy controlamos las compras, no los proveedores externos. Recuperamos la autonomía. Esta autonomía se había perdido por razones tales como empresarios, pero en realidad son delincuentes que controlaban al IGSS. Tomamos el control de esto y nos ahorramos unos Q5 mil millones. Entonces, el dinero que no entregamos a los proveedores es el que usamos para financiar la infraestructura hospitalaria.
Hoy el IGSS ha robustecido sus reservas. Cuando esta administración recibió, en 60 años, tenía reservas del año 1946 hasta el 2015 por Q27 mil millones. Durante esta administración, deja reservas por Q42 mil millones. En cinco años crecimos alrededor del 35% de lo que no se había hecho en 60 años.
Esto no ha sido un éxito personal, es un trabajo conjunto de esta administración.
LH: ¿Cómo se va a garantizar la continuidad a estos proyectos?
CC: No está garantizado. Hay gente interesada que quiere retomar el control sobre las adquisiciones y además el botín de empleos. Esta Junta Directiva se queda, solo se va el presidente, pues los cargos se sustituyen en tiempos diferentes. Pero no se tiene certeza, pues hay una presión política perniciosa que no se ve. Me ha tocado enfrentar hasta 50 contralores, comisiones del Congreso citándome todas las semanas y más.
Las presiones, bendito Dios, las soportamos. Pero creo que otra persona puede ceder, porque son muy grandes. Aquí respondemos con patrimonio propio. Tendría que vivir 50 vidas para hacer patrimonio para pagar todo lo que hemos hecho, el dinero y resoluciones tomadas en Junta Directiva. Van a buscar si están mal hechas para meterme a la cárcel, porque a muchas personas les interesa desprestigiar y destruir este proceso.
La garantía es que se mantengan los convenios y que la autonomía del IGSS se respete. Que el próximo funcionario que venga, se comprometa a defenderla y no que venga con compromisos y acuerdos que debilitan. Pero no hay certeza de nada.
LH: ¿Qué planea hacer después de su salida?
CC: Cuidar a mi familia y comenzar un plan empresarial privado. No regresaré a la administración pública ni la política.