Por Grecia Ortíz
gortiz@lahora.com.gt

El esfuerzo, dedicación y las ganas de sobresalir, se convirtieron en la fórmula del éxito para el guatemalteco Eduardo Pérez quien empezó cuidando el jardín y lavando platos en un restaurante para luego convertirse en un destacado chef que cautiva a comensales con sus platillos italianos en Estados Unidos.

Todo lo que ha logrado, considera que ha sido posible por el apoyo de su familia que ha estado a su lado acompañándolo y respaldándolo en su trabajo del que ahora ve frutos.

El guatemalteco le explicó a La Hora Voz del Migrante que migró a EE. UU., en 1985 y es originario del municipio de Nueva Santa Rosa en donde aún tiene familia.

Dejar Guatemala no fue nada fácil a decir de Pérez, pero el deseo de superarse y de salir adelante lo motivaron a migrar. Estudió nivel básico y luego trabajó en un taller mecánico en donde arreglaba amortiguadores de carros, pero el pago que recibía no era suficiente para sostenerse.

Al migrar recuerda que se enfrentan a una serie de dificultades porque no se conoce el camino, además de que es duro y sacrificado, pero al llegar, recuerda que sintió más libertad para buscar un trabajo.
Lo primero que hizo fue reunirse con sus padres y un hermano que se encontraban viviendo en Hollywood California, en dónde se quedó por varios años, ahí aprendió inglés en una escuela y ya teniendo un trabajo se fue superando paso a paso, “es un proceso, pero si uno le echa ganas se supera”.

Dado que no vivió mucho tiempo en Guatemala, ha tenido la oportunidad de volver en varias ocasiones y eso le ha permitido conocer el país aún más, no obstante, dice que se extrañan los paisajes y el clima único.

EMPEZÓ CUIDANDO EL JARDÍN DE UN RESTAURANTE

El guatemalteco recuerda que acompañaba a su papá a trabajar para generar algunos ingresos económicos y eso lo hizo mientras conseguía otro empleo en un restaurante, lugar en el que inició todo.

Ahí el guatemalteco empezó cuidando del jardín, tiempo en el que conoció a quienes trabajaban en la cocina pero de pronto se abrió la posibilidad de cubrir las vacaciones de uno de los encargados de “dishwasher”, es decir lavar platos; le preguntaron si se animaba y ese fue el primer paso para quedarse con ese puesto.

“Estuve lavando platos por un tiempo, pero a la vez que hacía eso, ponía atención de cómo se hacían cosas, despacio fue aprendiendo a preparar vegetales y luego ya puse atención a cómo hacer pescado, pollo, con el tiempo aprendí más cosas básicas”, recordó.

Por un tiempo hizo pan y a los meses se animó a preparar pizzas, luego que un chef le pidió que las elaborara por dos años, “pensé que bromeaba, pero no, hacía pizzas y ponía atención a las otras estaciones”.

Uno de sus platillos predilectos, dice que es la pasta, le gustaba mucho y con el tiempo cuando tuvo oportunidad de cambiar a otra estación, ya sabía casi todos los platillos que servían en el restaurante.

Spago fue el restaurante en donde empezó su carrera en la cocina de California, y luego se trasladó a Las Vegas en donde estuvo un tiempo.

SE CONVIERTE EN CHEF

Pérez enfatiza en que no tuvo la oportunidad de trabajar en restaurantes como cocinero porque no tenía ningún título y luego cuando pudo viajar a las Vegas siempre con la misma compañía, pudo desempeñarse ya con el título de Sub Chef, aunque hacía el trabajo del Chef, en cuanto a órdenes y otras tareas.

“Fui aprendiendo y luego me trasladaron a otro restaurante de la misma compañía, pero a un lugar con una cocina más avanzada como fine dining, ahí estuve aprendiendo nuevas cosas… tuve la oportunidad de llevar el restaurante, claro bajo la supervisión del Chef ejecutivo y así fui aprendiendo y gradualmente subiendo de posición, hasta que fui socio del restaurante”, mencionó.

Además, considera que todo esto es sacrificado, porque su familia debía limitar su tiempo con él, pero todo vale la pena, afirmó.

“No es fácil, pero tenía la pasión por el trabajo que estaba haciendo, se sacrifica uno mucho pero ahora estamos cosechando los frutos y mis hijos están grandes, pero compartimos el tiempo y lo aprovechamos”, aseguró.

También trabajo en el restaurante Lupo, especializado en comida italiana y tiempo después se mudó a Miami con un restaurante de steaks llamado Smith and Wollenksy, donde laboró tres años y luego esa misma cadena abrió dos restaurantes en las Vegas y es en donde trabajaba ahora como Chef Ejecutivo.

NACIÓ UNA PASIÓN POR LA COCINA

En su casa recuerda que aprendió a elaborar platillos, le gustaba, pero no sabía que llegaría una oportunidad para hacer esto como un modo de vida y una pasión

“A mí me gusta cocinar pasta. El restaurante Matteo´s es conocido por las diferentes pastas que hacemos y servimos a los clientes, cuando trabajé en Spago era todo más diverso, aprendí mucho”, resaltó.

El guatemalteco, explica que siempre trataba de esforzarse, llegar temprano y eso cree que pudo ser la oportunidad de aprender.

Ahora que recuerda su pasado, el entrevistado dice que nunca se imaginó que llegaría tan lejos, no obstante, se ha esforzado.

Lo que aprendió considera que ahora le sirve de mucho porque le puede enseñar a sus cocineros, con quienes mantiene una buena relación y trata de enseñarles todo lo que sea posible.

DESTACADO EN UN ANUNCIÓ COMERCIAL

El guatemalteco también figuró en uno de los anuncios de Cerveza Modelo en Estados Unidos, que destacó al connacional por su esfuerzo y contó parte de sus logros como por ejemplo, el hecho de ser Chef.

“Estamos en una etapa en que podemos enseñar a otros y cuando esa oportunidad se da, lo hacemos con el deseo de inspirar a otros, así se le echa ganas”, aseguró a La Hora Voz del Migrante.
El guatemalteco, le envía un mensaje a los migrantes de que trabajen duro, reconociendo que salir adelante en el extranjero no es fácil porque hay mucho trabajo por hacer, pero cree que es necesario dedicarse y así concretar las metas que se fijan en su vida.

“Las oportunidades aquí en Estados Unidos se las dan a la gente que trabaja, que le echa ganas, así como se me dio a mi hay muchos también que han comenzado de la nada y pues ahora son empresarios o gente que han podido superar todo”, contó.

APROVECHA SU TIEMPO LIBRE

Tanto el guatemalteco y su esposa han pensado en su retiro en Guatemala.

Eduardo dice que, aunque no tiene mucho tiempo libre, trata de dedicarse a la siembra de sus vegetales, así que disfruta de estar afuera con su familia, “nos la pasamos bien”.

En promedio cuenta que trabaja de 12 a 14 horas diarias, pero hay temporadas en que el restaurante está más desocupado.

Su esposa dice que ha tenido un papel importante en todo lo que ha logrado en su vida y por eso se sienten felices de lo que han obtenido juntos.

Ver más MIGRANTES CONTIGO
Artículo anteriorAntecedentes policiales se podrán tramitar en línea
Artículo siguienteEjecutivo aún analiza una prórroga del Estado de Calamidad, según Vicepresidente