Katherine Narváez, originaria de Izabal, llegó a Estados Unidos cuando recién cumplió seis años, su historia pareciera como la de millones de connacionales que arribaron a ese país siendo menores de edad, pero con el ímpetu y el ánimo que la caracterizan, siempre ha buscado incidir en la comunidad migrante y también en Guatemala haciendo así la diferencia.
Recientemente presentó unos exámenes de gran relevancia para la carrera de medicina que cursa en una universidad en Nueva York, pero ese mismo día hizo un espacio para conversar con La Hora Voz del Migrante y contar algunos aspectos de su vida, así como los desafíos a los que se ha enfrentado.
Llegó a EE.UU., en compañía de su mamá y hermanos, todos buscando un futuro mejor, así que se establecieron en Atlanta, Georgia, que hoy afirma se caracteriza por ser una ciudad con gran presencia de migrantes.
“Llegue con mi mamá y mis dos hermanos… las cosas han sido difíciles, pero no imposibles”, comentó.
Narváez recuerda que tomaron un bus rumbo a Atlanta y de su infancia tiene presente que su mamá siempre luchó por darles lo mejor, así que trabajo con mucho ahínco por ellos.
Katherine habla inglés con facilidad y eso le ha permitido avanzar más rápido en los estudios, pero de niña enfrentaba muchas dificultades, incluso se avergonzaba de mencionar que era guatemalteca porque le hacían comentarios despectivos, pero que con el tiempo la hicieron más fuerte.
Ahora para ella es un orgullo destacar su origen en Guatemala.
Reconoció que vivir en el extranjero la hizo ver que muchas situaciones “comunes” como la deficiencia en los servicios de salud en realidad no lo son y eso la motivó a estudiar medicina, “siempre he sido una persona a quien le gusta la biología a la ciencia. Yo quiero cambiar el mundo, aunque sea un pedacito”.
DEDICADA A SUS ESTUDIOS
La guatemalteca cuenta con dos maestrías, una de ellas en Administración de Empresas y otra en Salud Pública; en la actualidad estudia Medicina en una Universidad de Nueva York.
“Fui a la universidad número uno en Salud Publica, me di cuenta de que era la única latina migrante, a veces me hacían pequeñita, pero demostré que cuando se da la oportunidad uno es capaz”, recalcó.
Escalar hasta donde se encuentra no ha sido fácil, porque ha tenido que tocar puertas para pedir apoyo y así generar oportunidades que hoy le permiten convertirse en la primera de su familia en alcanzar la educación superior, “es tener ese anhelo de salir adelante”.
Katherine también es beneficiaria del programa de Acción Diferencia de Menores llegados en la Infancia (DACA, por sus siglas en inglés).
SU MAMÁ LA INSPIRA
La guatemalteca recordó que cada vez que desea alcanzar una meta piensa en lo que su mamá ha hecho por ellos como inspiración “reconozco que vengo de una familia de luchadores… mi mamá esta tan orgullosa de lo que he hecho y no hay palabras para agradecerle por todo”.
Las jornadas de estudio son largas, pero aún con un horario tan agitado encuentra el espacio para trabajar a favor de la comunidad y afirma nuevamente, lo orgullosa que se siente de ser guatemalteca.
“Reconozco el privilegio que tengo y poder cambiar este mundo para mis compatriotas aquí y en Guatemala, creo que nuestra generación va a cambiar todo en Guatemala”, afirmó.
Una de las muestras del orgullo que siente de sus raíces guatemaltecas lo demostró al portar una indumentaria maya en la Universidad Johns Hopkins durante su graduación de la maestría de Salud Pública, “me puse traje guatemalteco y pertenezco al país y tengo una voz que hay que usarla”.
ACERCA DE LA FUNDACIÓN ADELANTE GUATEMALA
Por eso, creó la fundación Adelante Guatemala, cuyo fin es trabajar a favor de la salud y educación de los migrantes y por supuesto en Guatemala, “pensé en cómo avanzar y ayudar a niñas y de ese anhelo nació esto”.
Ahora busca promover al acceso del lenguaje maya, para que los migrantes puedan ejercer la labor de intérpretes y eso les dé más oportunidades.
En Guatemala han promovido la introducción de filtros de agua en comunidades de Alta Verapaz, una acción que considera primordial para la salud de los guatemaltecos.
Con todo y exámenes, también organizó un Festival con el objetivo de llevar algo de Guatemala a la comunidad que se encuentra en Atlanta, Georgia.
En la actualidad, busca recaudar y trasladar útiles escolares a otras aldeas, además de filtros para beneficiar a más familias en Guatemala, “hay que apoyar a los nuestros”, remarcó.
UN ESFUERZO IMPORTANTE
Para esto Katherine debe hacer un esfuerzo enorme y así lograr las metas que se ha propuesto, “me he mantenido activa y no he dormido mucho, pero cuando veo todo sé que valió la pena”.
“El equipo que tengo es guatemalteco y todos lo hacemos de corazón, somos guatemaltecos, y eso gana más valor”, reiteró.
Katherine quiere ser doctora y así poder visitar Guatemala para ayudar a las personas, “hay mucha ayuda que Estados Unidos puede enviar a Guatemala”.
RECUERDA SU VIDA EN GT
Cuando estaba en Guatemala, le gustaba visitar Playa Dorada en Puerto Barrios, Izabal, pero por los años que tiene de no volver, lo que ha aprendido del país lo ha hecho por medio de libros, “voy a llorar cuando vuelva”, indicó, mientras añade que extraña la comida que le preparaban en los famosos “pollos o estufas que se pueden encontrar en áreas rurales”.
Katherine cree que es importante que todos recuerden su origen y lo tengan presente con orgullo, porque eso empodera.