Por Grecia Ortíz
gortiz@lahora.com.gt
Las decoraciones en las paredes, el sabor de la comida y las recetas de El Quetzal Bakery & Restaurant, en Houston Texas, se han convertido en un icono para los guatemaltecos de esa ciudad, en donde por casi 24 años han encontrado los platillos que los hace recordar a su país. Este negocio también representa el ingenio de la familia Chanas Elías que con esfuerzo han logrado dejar una huella entre la comunidad migrante.
Pasteles, pepián, garnachas y pan dulce, son parte del menú que ofrece el restaurante y pastelería, que evidencian el esfuerzo y determinación que ponen los guatemaltecos a cada actividad que realizan.
En entrevista telefónica para La Hora Voz del Migrante, María Ordoñez explicó que, en la actualidad, tienen 3 años de atender en un local ubicado en Gessner Road, Houston Texas; por 21 años estuvieron en otro sitio de la misma localidad y el 5 de mayo cumplirán 24 años de servicio en esa ciudad.
El emprendimiento lo impulsó junto a su papá, mamá y hermanos, “cada uno tenía trabajos, pero una señora le ofreció a mi papá una panadería”, pensaron que sería algo pequeño en donde la familia pudiera trabajar unida.
En su caso, María optó por dejar su empleo y decidió aprender panadería y pastelería, por eso estudió por algunos semestres en un colegio para saber más, ella quería ayudar en la elaboración del pan, pues su abuelita de San Cristóbal, Totonicapán hacía roscas para vender en las ferias.
“Mi papá era panadero y mi hermano aprendió de mi papá, decidimos abrir la panadería, hacíamos pan y café con un poquito de champurradas, hicimos varias recetas y al fin llegamos a la receta que le llegaba al pan guatemalteco y ya con los años lo fuimos perfeccionando”, comentó.
AGREGARON RECETAS DE GUATEMALA
Luego de vender pan, la familia pensó en la expansión y así empezaron a ofrecer atol de elote, arroz en leche, tamales, chuchitos, mientras agregaban más elementos a su emprendimiento.
“Decidimos seguir más la pastelería profesional, lo que es pasteles finos de fondant, butter cream y otros, luego a mi hija que ya empezó a crecer le dije que tenía que aprender del trabajo, entonces como ella estaba estudiando Administración de Empresas y Diseño Gráfico se le hizo fácil aprender lo que es la pastelería fina y ella es la pastelera que hace los pasteles finos de bodas y más”, refirió.
Ese mismo empeñó, llevo a su hermano a estudiar gastronomía, así fue a la universidad y trabajó en restaurantes de EE. UU., pero luego le pidieron volver al negocio familiar pues querían mejorar toda la comida guatemalteca que vendían y su conocimiento de chef elevó la calidad de los platillos y experiencia del lugar.
EL RESTAURANTE Y SUS MURALES
Ahora a sus casi 24 años, Ordoñez, dice que el restaurante está mucho mejor que antes, pues el lugar cuenta con la esencia de Guatemala, por ejemplo, dentro el mismo tiene imágenes de Antigua Guatemala, el Quetzal, el Mapa de Guatemala y por fuera llevaron a un pintor popular guatemalteco que se encargó de pintar un mural que capta la esencia del país.
“Quisimos captar una esencia de lo que es Guatemala, cuando nosotros empezamos fuimos la primera panadería chapina que empezó… una de las cosas muy importantes es tratar bien a los empleados porque son familia, cuando se sientan contentos lo cuidan, además de mi familia que tiene talento y todos aportan ideas para mejorar el negocio”, relató.
María tiene 38 años de vivir en Estados Unidos, mientras el resto de su familia suma de igual manera mucho tiempo lejos de Guatemala.
MARÍA, SUS HIJOS Y SU HERMANO DIRIGEN EL RESTAURANTE AHORA
El emprendimiento ahora cuenta con el respaldo de su hermano, los hijos de María que se encargan de la administración y decoración de pasteles, mientras el resto de los integrantes de la familia, con el pasar de los años, se fueron retirando.
Con el talento puesto en la pastelería, la guatemalteca incluso ha tomado clases en Europa para mejorar su técnica, “tengo buenas amistades de todos los maestros que también vienen de allá, hay uno que viene de Boston, pero originalmente era de Suiza, fue chef de un presidente, así que es uno de los mejores”.
En Guatemala, la mamá de la entrevistada vendía varios platillos que ofrecía en un puesto que tenía cerca del Trébol. Ella es originaria de la capital, pero al contraer matrimonio con su papá se fueron a San Cristóbal Totonicapán, después retornaron nuevamente a la ciudad, recuerda.
MIGRARON POR UN FUTURO MEJOR
Cuando la familia migró lo hizo porque buscaban un mejor futuro, ya que en Guatemala la vida era un poco más compleja.
El último año, se enfocaron en atender la panadería y tienda, mientras la comida era para llevar cobró auge para ellos.
María recalca que seguir las leyes en EE. UU., es lo mejor que se puede hacer, así que siguen al pie de la letra todas las indicaciones que se les indican, además, en el lugar también se siguen las normas de protección a empleados y clientes.
Para la entrevistada, el atol de elote, chuchitos, garnachas, estofado, pepián, francés, pan dulce y chocolate son los más pedidos por los guatemaltecos. En Semana Santa y otras épocas, también ofrecen platillos especiales, “para que se sientan como que estuvieran en Guatemala”.
Como parte de un proceso de mejora, en el restaurante tratan de conversar semanalmente sobre lo que falta por hacer y con el apoyo de sus hijos, las cosas caminan mejo, asegura.
La guatemalteca remarca que se siente inspirada y motivada en mejorar sus pasteles, eso la llevo a estudiar para convertirse en una de las pasteleras más reconocidas, “tenemos que aprender de la nueva moda”.
DESTACADO POR SUS RECETAS
La panadería ha ganado reconocimiento entre la comunidad, de hecho, María cuenta como el periódico Houston Chronicle destacó el pan que elaboran por ser de los “más auténticos” de Guatemala.
Los guatemaltecos han logrado abrirse paso en exposiciones de gastronomía, a donde asisten personas de diferentes países, “gracias a eso nos hemos dado a conocer”.
Los clientes connacionales provienen de diferentes ciudades de Texas, “me dicen, mire solo por esto vengo”.
UNA GRAN SATISFACCIÓN INVOLUCRAR A SUS HIJOS
De acuerdo con la entrevistada, ver a sus hijos involucrados en el emprendimiento la hacen sentir segura que ellos continuaran con el legado, “es una satisfacción grande, saber que mi familia, mis hijos, mi hermano, puedan sacar el negocio el día que no esté”.
Si desea visitar la panadería, puede llegar desde las seis de la mañana a las 20:30 de la noche de lunes a viernes y sábado y domingo de 06:00 a 21:00 horas.
Puede consultar por más información en el perfil de Facebook de El Quetzal Bakery & Restaurant, o llamar al teléfono 713-272-6140 y ubicarlos en la 5930 S. Gessner Road Houston Texas 77036.