España no se imaginaba llegar así la fase eliminatoria del Mundial: acabar la primera ronda con una derrota y depender de otros resultados para avanzar. La Roja sobrevivió pero llega a los octavos de final, donde se medirá a Marruecos, con la confianza magullada tras caer por 2-1 con Japón. «Nos tenemos que recuperar emocionalmente», afirmó el seleccionador Luis Enrique, tras el encuentro del jueves. «Jugamos contra la revelación del Mundial. Hay que prepararse al máximo, porque quedarán 16 equipos y hay que mejorar. Va a ser muy difícil».
Pocos esperaban que España tuviese problemas para superar la fase de grupos tras un inicio arrollador en el que goleó 7-0 a Costa Rica. También jugó bien contra Alemania a pesar de encajar el tanto del empate 1-1 casi al final, y un empate ante Japón en la última jornada le habría valido para avanzar.
Pero tras entrar en lo que Luis Enrique calificó como «modo colapso» en un lapso de cinco minutos tras el descanso, España estuvo en peligro de sufrir una vergonzosa eliminación temprana, que evitó gracias a la victoria de Alemania por 4-2 sobre Costa Rica en el otro partido del Grupo E.
Los jugadores estaban nerviosos en la banca al saber que si Costa Rica ganaba el otro encuentro, España estaría fuera. Luis Enrique apuntó que le habría dado un «infarto» que si se hubiese enterado de que en un momento dado los Ticos se adelantaron en el marcador, arrebatándole la segunda posición del grupo.
Fue un gran susto y ahora deben recuperarse antes de enfrentar a Marruecos el martes.
«Ahora tengo que analizar el partido y corregir las cosas que hemos hecho mal», dijo el estratega. «Y levantar el ánimo a mis jugadores». España busca ganar su primer gran título desde la Eurocopa de 2012. Ganó su única Copa del Mundo dos años antes, en Sudáfrica.
Al terminar segunda en su grupo, España evitó a la subcampeona de 2018, Croacia, en octavos, y un posible cruce con Brasil en cuartos, además de un choque con la Argentina de Lionel Messi en semifinales. «Al final da igual, los cruces siguen cambiando», dijo Luis Enrique. «Yo quería ser primero y ganar. No tengo nada que celebrar».
El seleccionador hizo cinco cambios en el equipo titular que empató contra Alemania e incorporó a Alejandro Balde, Pau Torres, Nico Williams, César Azpilicueta y Álvaro Morata, quien en la primera mitad anotó su tercer tanto en otros tantos partidos en Qatar.
Azpilicueta, que fue reemplazado en el descanso tras recibir un golpe en la pierna, firmó el centro que cabeceó Morata. Balde fue el responsable del tanto del empate de Japón tras perder un balón en el área. «Puse a los once jugadores que consideraba mejores. Tengo confianza máxima en mis jugadores», afirmó el entrenador. «Ahora, a posteriori, pues a lo mejor no ponía el mismo once, pero eso es lo fácil».