Juan Fernando Batres Barrios
El hombre, como palabra que describe a la especie es complejo…
¿Somos los únicos seres en esta roca del espacio que tienen cierto poder de análisis en realidad? Somos una especie de experimento, de seres superiores y sobrenaturales o la extensión de amor de una deidad cósmica etérea… Nadie pone en duda lo que cree, pero nadie también puede probar absolutamente nada a ese respecto.
Somos criaturas, al fin y al cabo; criaturas y aun así anhelamos tener un papel protagónico en la existencia de este planeta y en realidad lo tenemos, aunque no sabemos con certeza si ha sido para bien o mal. En algunos lugares se compara a la raza “humana” como un virus que ha venido a contaminar este ecosistema delicado y a la vez tan resistente llamado planeta Tierra. Otros pensadores creen que la raza humana o el “hombre” es la evolución del mismo melodrama genético del planeta por miles de años de evolución, pero ¿En realidad somos de este ecosistema o habremos sido implantados por una mano maestra en él?
¿Se han dado cuenta de que el hombre es el único animal que al nacer en realidad es totalmente indefenso e inútil? Que a comparación de otras especies del planeta, el ser humano es el más lerdo en aprender a “vivir”; nacemos y somos dependiente de todo y para todo, al contrario de muchos críos que en minutos están de pie por si solos, que han tenido que “evolucionar” para sobrevivir. Vean a los delfines, por ejemplo, nacen debajo del agua que ya es sorprendente de por sí, porque siguen siendo mamíferos y no peces. Inmediatamente por reflejo el crio, nada, respira y sigue a la madre… Vean a casi cualquier mamífero que al nacer en minutos está de pie y lactando de su madre, mientras un bebe humano al nacer debe ser estimulado a llorar para dar su primer respiro, y no logra hacer nada en realidad. Debemos cuidarle y procurarle absolutamente todo para su supervivencia, no me malinterpreten, no soy un monstruo ni estoy en contra de los bebes, en lo particular me gustan mucho y me dan ternura, pero es curioso pensarlo, ¿no les parece?
La raza que ha puesto de rodillas a todas y cada una de las criaturas de este planeta, la que ha logrado cambiar el paisaje de este mundo y ha tenido los avances más grandes e increíbles es la que precisamente nace más desvalida e indefensa… ¿Cómo sobrevivimos en realidad en los albores de la humanidad?
Más allá de la novela de ciencia ficción de si somos hijos de extraterrestres, o sin faltar el respeto a dogmas religiosos de que somos la extensión del amor de un Dios, hechos a su imagen y semejanza; mi intención es poner una semilla de duda en su persona, para activar su propio razonamiento. ¿No es eso el principio de la filosofía universal? Dudar de todo, pero con razonamientos concretos, sin faltar el respeto al que piense lo contrario solo tratar de “entender” un cómo y porqué de las cosas, un para que existen o, porque son de una manera específica…
No he estudiado filosofía profundamente si es lo que están pensando, ni trato de hacer un ensayo estilo Platón o Aristotélico, ni al estilo Schopenhauer quien era considerado un pesimista de la vida y la existencia por algunos.
El ser humano o el “hombre” como le llaman algunos profesores de biología y antropología a la raza humana, que por cierto me parece un poco sexista este término, es una rara criatura como la describe un dicho popular: “Nacer no pide, vivir no sabe y morir no quiere”.
Esto me lleva a otros razonamientos, si me permiten decirles así. Como “vive” el ser humano: Pasamos toda nuestra existencia preocupados por preguntas como el de qué viviremos y qué tendremos, dónde viviremos, cómo compraremos lo que pensamos nos hará bien a nuestra existencia y por consecuencia felices… Al escribir esto recuerdo una historieta del magnífico autor y caricaturista Quino y su personaje Mafalda, donde hacían referencia a esto. En ella describía que un gato, por ejemplo, ¿Qué debía hacer para vivir? Ser gato. Y así enumeraba a algunos animales; al llegar al ser humano decía: “que debía ser el hombre para vivir?… Ingeniero, medico, mecánico, etc. Concluyendo que solo el hombre era la única criatura “ridícula” que debía ser más de lo que era ya para vivir y ser feliz.
A lo largo de la historia el ser humano ha hecho muchas cosas en el planeta, basta con voltear a ver las pirámides de Egipto o las de Tikal. Ver el acueducto románico en Segovia, España; los canales de Venecia, la isla palmera de Dubái, etc. Sin importar si el logro es antiguo e inexplicable como Stonehenge, Nazca o Machu Pichu o moderno y sin igual como el mismísimo internet. El ser humano ha dejado su huella en el planeta donde quiera que se vea. Pero ¿los logros de construcción y mentales son lo que este planeta y nuestra raza realmente necesitan? A lo largo de toda esta carrera de querer “vivir mejor” hemos también hecho colapsos terribles, la extinción de otros vecinos como el rinoceronte negro, el ave dodo, solo por mencionar un par. Ponemos en peligro a muchos más como el oso panda, el pato Poc de Atitlán, las jirafas, las aves tropicales, etc. A esto añadamos que estamos haciendo un basurero plástico de nuestro planeta. Además, si esto no fuera suficiente, el “vivir mejor” es solo para una parte privilegiada de esta que es la raza superior…
Basta con ver algunas fotografías de niños en África, oriente medio y otros lugares para darnos cuenta de lo “avanzados” y “civilizados” que nos hemos vuelto, ¿no les parece?
No se enojen, yo también me molesto al solo pensar y escribir esto conmigo mismo, porque también soy “hombre” y también soy de esos privilegiados que gozan de agua limpia sin caminar kilómetros, de comida con solo abrir una nevera y de una casa. Y que en realidad no podemos o no queremos hacer nada, es parte de nuestra naturaleza quizá. Por ello, los que hacen lo contrario a la mayoría para unos son locos y para otros “santos”. Lo que quiero expresar que es quizá hemos enaltecido demasiado a la raza humana, que a lo mejor no somos los mejores que habitamos este planeta. Que, quien sabe y, somos la causa de tantos cambios que hasta nosotros sufrimos en esta roca que viaja en el espacio. Y nos empecinamos en subsistir, en permanecer, no solo como raza sino también como individuos. ¿O puede decir alguno que no le teme a la muerte?
“Nacer no pide, vivir no sabe y morir no quiere”, ¿recuerdan la frase? Hemos hablado de cómo nos preocupamos de vivir, porque no sabemos hacerlo, nos enfocamos en lo material y la comodidad, mientras que muchas especies del planeta se enfocan más en la perpetuidad de la especie y el cuidado de su hábitat natural. Pero ahora viene el trago amargo de la vida que nadie quiere tomar, la muerte.
El miedo a lo que en realidad es lo único seguro de esta vida, nos ha llevado a conceptos como prevención de la salud, medicina, juramento hipocrático, tratamientos médicos, trasplante de órganos, etc.
Sé que mis comentarios están totalmente vacíos de “humanidad”, y aunque no gozo de una salud total sé que hay otros que están sufriendo en estos instantes; que la medicina ha ayudado a miles o millones de personas alrededor del mundo y que parece que fuera el mismo hijo de Lucifer a exponer esto como si fuera algo malo. Pero lo que quiero decir es que: ¿estamos totalmente seguros de que lo bueno es realmente bueno y lo malo es malo para todos?…
Algo que se ha estudiado desde los tiempos de Charles Darwin y la selección de las especies es la evolución, que tanto revuelo dio y sigue dando a los teológicos y creyentes. No por la descendencia del hombre o la pregunta que todos se imaginan al tocar el tema sobre ¿De dónde viene el hombre? Eso para mí no tiene importancia alguna, sé que vine del vientre de mi madre y eso es suficiente para entender que existo y que estoy presente en este fiambre de sensaciones y pensamientos que llamamos “vida”. En realidad, a lo que me refiero es a la “selección natural” …
La selección natural como la describen los profesores es en otras palabras la ley que dice que el más fuerte sobrevive para el bien de la especie… Nos han enseñado que es algo natural cuando vemos que en alguna manada se quedan los viejos y enfermos, que incluso los elefantes se alejan por voluntad propia cuando saben que ya van a morir, pero porque el ser humano se empeña en quedarse en esta vida aún a costa de sus seres queridos…
Se ha descrito históricamente a los espartanos como una cultura sumamente recia, hasta salvaje con eso de que examinaban a los bebes al nacer para saber si merecían o no formar parte de su sociedad, el resto de esa historia usted ya la sabe o se la imagina… Y ahora la humanidad de vuelca a la permanencia de la existencia más allá de lo natural, con todos estos avances de la ciencia para postergar lo inevitable, para darnos tiempo de existencia en la vida que nadie, sin importar creencia religiosa, quiere dejar. Aún con la promesa de un sitio mucho mejor después, para muchos.
La muerte, el último paso que ofrece la existencia, quizá el miedo a lo que no se ve, a no existir es el fundamento de que nadie quiere morir. Yo en lo particular no le temo a la morir, le temo al dolor que puedo experimentar en el momento de mi muerte…
Quiero hacer un aparente paréntesis en este ensayo existencial filosófico… Estimado lector: ¿Están de acuerdo con la Eutanasia? Esto es la administración de la muerte por misericordia en casos de enfermedades terminales y otros casos especiales. Quizá en países del primer mundo esto es visto con cierta naturalidad, no sé si sea por el acceso a la educación, por el sentido de practicidad que caracteriza a este tipo de poblaciones. Y por otro lado, en nuestro hemisferio latino donde somos sumamente emocionales, con lazos familiares mucho más estrechos nos parece una barbaridad el “matar” a nuestro familiar de quizá más de 100 años, o nuestro pariente en fase terminal de un cáncer, donde no solamente el individuo puede estar sufriendo dolores y molestias inimaginables, sino también los recursos de la familia se ven diezmados y hasta se incurre en comprometer el futuro financiero con el afán de darle “tiempo” al paciente. Aun sabiendo que el final será el mismo, y la única diferencia es el tiempo en que se cumpla el diagnostico final médico. Como pueden imaginarse, después de mi explicación, yo si estoy totalmente de acuerdo con la Eutanasia. Y creo firmemente que en casos donde no se puede decir que el paciente se curará debemos tener en cuenta la calidad de vida y no tanto la cantidad de tiempo que el paciente puede estar vivo.
Para agregar a este punto ya bastante polémico de por sí, en una charla hace unos días pensábamos con unos amigos que en algunos lugares de nuestra América latina se ha hecho mucho revuelo con eso de establecer como legal el aborto, pidiendo incluso que sea administrado de forma gratuita en los casos que fueran necesarios para evitar riesgos a las mujeres que así lo deseen o necesiten. Dada la premisa que es su cuerpo y debe ser su decisión, a lo cual estoy de acuerdo, pregunta: ¿Por qué no también hacer extensiva esta moción al suicidio? ¿Suena lógico de alguna manera no? Si podemos disponer de una vida no nata en pro del bienestar del individuo, porque no podemos disponer de nuestra propia vida si creemos que es lo mejor para nuestros seres cercanos y nuestro entorno. Al verlo así es como entiendo que en Japón, el suicidio no es motivo de humillación hacerlo y es hasta legal.
El ser humano, complejo y simple a la vez. Quiere de todo y al mismo tiempo no sabe qué quiere. Seguimos siendo una raza privilegiada en esta roca del universo llamada tierra. Somos afortunados al poder buscar nuestro placer más allá que simplemente llenar nuestras necesidades, lo que ocurre demasiado frecuente es que esos deseos aplastan y atropellan las necesidades de otros y al parecer no nos importa. Estamos destinados a la muerte como individuos desde que nacemos; es parte del ciclo. Pero en mi opinión, también estamos haciendo todo lo posible para que muera todo lo que tenemos alrededor con nosotros…
Como criaturas dominantes en este gran ecosistema que es nuestro hogar tenemos la responsabilidad de sostenerlo, de velar por su continuidad, a la manera del más simple ser vivo, se me ocurre la mantis religiosa donde el macho sabe que morirá al aparearse con la hembra y aun así lo hace, no por placer, si no por perpetuar la especie. todo esto para continuar la existencia en este planeta y darle vida a nuestra descendencia.
Hagamos algo más que vivir la vida, hagamos algo más que simplemente morir y desaparecer. Sembremos bondad en la humanidad, demos sencillez en medio de la vanidad de este mundo. Simplemente trascendamos de lo que es la vida diaria del que comer, que vestir, que lujo podemos darnos y saltemos a dejar detrás de nosotros mejores seres humanos que puedan a su vez cuidar este planeta y mejorarlo…
Creo que ese es el verdadero sentido de esta vida. Disfrutarla, gozarla, pero también cuidar lo que nos tiene vivos, respetar el planeta y a nuestros semejantes. Solo así el día que te administren la Eutanasia universal te iras en paz de esta existencia, sin esperar recompensas futuras ni tener que pagar deudas pasadas. Sabiendo que hemos vivido como debemos vivir, gozando de cada bocanada de aire que tuvimos derecho, gozamos del amor, de la amistad. Sabiendo que sin importar que algunos dogmas digan que seremos juzgados nosotros sepamos que mejor no pudimos vivir, que abrazamos cada instante de la vida, que ayudamos cada vez que pudimos y que nos ayudaron cada vez que fue necesario.
Saber, que el día que nos vamos es como el término de una obra majestuosa de teatro, ya sea un drama o una comedia, no pudo ser mejor porque era la nuestra.
Porque el hombre “nacer no pide, vivir no sabe y morir no quiere”, mas yo aunque no pedí venir, no sé cómo estar aquí, viviré cada instante como crea que debo hacerlo, esperando equivocarme a cada momento porque al fin y al cabo equivocarte es parte de saber que has vivido y el día que me vaya de este ciclo, solo quiero decir gracias y hasta pronto a todos.