Por: Ángel Elías
De la colección Vientos del Pueblo, tenemos este relato: Gira, gira, del escritor Domingo Santos e ilustrado por Bernardo Fernández “BEF”. Un texto que nos habla de la distopía de vivir en una ciudad llamada Cosmópolis que lucha contra el tránsito de manera muy particular.
Seguramente escuchar las palabras tráfico, trancón, tráfico, presa, congestionamiento ya es muy común en las ciudades latinoamericanas. Todo se resume al desorden del crecimiento urbano y vehícular al que los gobiernos poco o nada prestan atención para resolver. Esto vuelve las calles citadinas un caos vial a todas horas y casi todos los días. Eso no solo afecta a la productividad como país, también enferma de manera severa la psiquis de los conductores que diariamente deben usar las calles para llegar a sus trabajos y hogares.
En esta ciudad, Cosmópolis, sucedió exactamente lo que afrontan nuestras ciudades: el caos vehicular diario. Y sus autoridades tomaron una decisión radical: crear un entramado de leyes y carreteras que tienen por único objetivo sacar a los autos de la ciudad y que sus conductores no quieran volver en sus carros.
La propuesta puede parecer tentadora, pero en realidad esta ciudad es una trampa hostil para sus visitantes, principalmente para los automovilistas. Es un lugar en el que existen miles de desviaciones en la carretera que simplemente sacan a los conductores de la ciudad, leyes estrictas con las que se hace imposible detenerse a descansar o el simple hecho de encontrar un estacionamiento es una odisea, por lo que los habitantes conducen durante días, antes de encontrar un estacionamiento autorizado y seguro.
Mientras más se avanza en la lectura y en contraste con la realidad se lee en redes sociales los atascos vehiculares constantes, ese relato va tomando un sentido particular. Porque no solo hace cuestionar los mandatos dictatoriales y severos de las autoridades contra los autos, también obliga a la reflexión sobre cómo los autos ya se volvieron una extensión de los humanos que determinan sus decisiones. En una mudanza, lo que se pregunta es si tiene parqueo para autos, en una actividad, un cumpleaños, una boda, se pregunta por el estacionamiento, si es gratis o pagado y así sucesivamente.
Gira, gira es una reflexión sobre la postmodernidad, la forma de vida que llevamos, las horas que gastamos dentro de un automóvil y la existencia que dejamos en el tránsito. También de cómo las autoridades no invierten en transporte público y no hacen una ciudad amigable para sus habitantes. En resumen, este relato es un entretenido cuento sobre las grandes ciudades y los hábitos que aceptamos como sus habitantes por la “comodidad” que puede dar el uso del acelerador y el freno durante horas.
Es una lectura que se puede hacer de un tirón, ya que entretiene, hace sonreír con complicidad y resignación. “Es un divertido relato que retrata el absurdo crecimiento de las grandes metrópolis y el irracional culto al automóvil que caracterizó a la segunda mitad del siglo XX y que aún hoy, bien entrado el siglo XXI, no logramos superar del todo”, nos dice la contraportada y claro nos deja qué pensar sobre el uso que hacemos con nuestro tiempo en el tráfico.
RESEÑAS
Arte y arquitectura maya, de Ellen Mary Miller
Arte y arquitectura maya es el resultado de un genuino intento por entender y compendiar cada estrato de significación de la escultura, la arquitectura y la cerámica de tan importante cultura mesoamericana, así como abordar descubrimientos arqueológicos de la zona y nuevos análisis sobre la escritura maya.
Breve historia de la música, de Norbert Dufourcq
Este musicólogo francés ha escrito un completo manual de iniciación a la música, a través del panorama histórico por el que transcurre y se detiene para explicar el desarrollo, tendencias, figuras, composiciones y géneros que han dado a este arte el rango que ha gozado durante milenios.
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