Foto1: Materiales impresos en la Imprenta de Don Medardo Ortíz proporcionadas por su nieto, Luis Gerardo Ramírez Ortíz.
Foto1: Materiales impresos en la Imprenta de Don Medardo Ortíz proporcionadas por su nieto, Luis Gerardo Ramírez Ortíz.

Por: Juan Fernando Girón Solares

 Aquellos días de principios del mes de enero del año mil novecientos ochenta y dos, transcurrían con un ambiente bastante frío, característico de la época en el Valle de la Ermita, asiento de la Nueva Guatemala de la Asunción. Se había estrenado un nuevo año, y con él las carreras propias para retomar luego del receso de fin de año, las tareas cotidianas del diario vivir de los afanosos y esforzados habitantes de la Capital.

           Enero había llegado, y con él año nuevo y vida nueva.    

       En una conocida Imprenta localizada en la Quinta Calle y décima avenida “A” de la zona uno, el personal del establecimiento apenas terminaba de retirar el arbolito y los ornamentos de las pasadas fiestas decembrinas. En una arrugada caja de cartón por el paso de los años, se guardaban cuidadosamente con apartados de papel periódico, el arbolito, las esferas y guirnaldas, así como una serie de luces intermitentes, mientras don Rafael,  su Gerente y propietario giraba sus instrucciones entre la maquinaria, los linotipos, las prensas y guillotinas para que los trabajos avanzaran, en medio del fuerte olor a tinta, cartoncillo y de los diversos tipos de papel.

            A media mañana, en medio del agitado movimiento de los peatones y vehículos que transitan por la citada arteria del centro histórico, hace su ingreso al negocio de impresiones, un conocido y apreciado personaje de muchos años atrás, elegante e impecablemente vestido de saco y corbata, cabello y bigotes blancos por su madurez, y con un gesto elegante extiende la mano a don Rafa, como cariñosamente todos lo conocen para estrecharla; al instante, empieza el coloquio

-Bienvenido Víctor, un gusto saludarlo, ya lo estábamos extrañando.

-Hola, buenos días Rafa, un gusto y un año más, aquí estamos en el nombre de Dios.

 

         Víctor era el Presidente de una conocida Hermandad de Consagrada Imagen de Jesús Nazareno y Virgen de Dolores, que tiene la enorme responsabilidad de organizar un Cortejo procesional durante la próxima Semana Santa. La institución que representa, es cliente asidua de la Imprenta donde se lleva a cabo la escena, ya que debido al sentido de honorabilidad, compromiso y profesionalismo de don Rafa, desde hace varios lustros le han confiado a él, su empresa y su personal,  la tarea de imprimir TODOS los documentos que se utilizarán no solamente para el desarrollo del cortejo procesional, sino también los coloridos cromos que exaltarán la devoción aquel año, de sus imágenes de pasión.

      Con su gentil sonrisa, don Rafa le abre la mampara que separa el mostrador al Presidente, y lo invita a pasar a la habitación de segundo ambiente tras de los mostradores. El visitante coloca un portafolio sobre la pesada mesa de cedro, que ha soportado el diseño, artes y logotipos de al menos cincuenta años de impresiones, y que próximamente lo hará a través de una nueva tecnología, lo último en impresiones que se denomina “Off-set”, y extrae varios sobres con documentos por demás fascinantes para quienes aman las tradiciones de los días de calor y devoción. Ambos toman asiento:

-Bueno Rafa, empecemos con los artes para los turnos. Mire, esta es la foto que Junta Directiva decidió como ganadora, y que es un obsequio del Maestro Ricardo Matta. Note la posición del ángulo del rostro del Señor, y la túnica que luce; es muy representativa. Y para la Virgen, escogimos esta donde la Señora está de perfil. Ahora, en cuanto al texto, tenemos que hacerle estos y estos cambios. 

Víctor sacó de su bolsillo su dorada pluma fuente “Parker 51” y poco a poco fue señalando los textos del arte que su interlocutor le había entregado en diciembre.

-Listo mi apreciable Víctor, replicó el experto en impresiones. Con los turnos estamos. Los listones para las moñas, de qué color los va a querer ¿? Siempre rojos igual que el año pasado, o de otro color en específico ¿? Si me permite hacerle una sugerencia, con el color de la túnica y manto del Señor y de la Dolorosa, le quedarían bien en color morado lila, pero ustedes mandan. Recuerde que la colocación de las moñitas es un regalo de nuestro negocio a Jesús, por la bendición de poder trabajarle.

   Y así, al aperturar sobre por sobre, nuestros personajes fueron examinando la conveniencia en cuanto a textos, fotografías, diagramación, calidad del papel, y tantas otras cosas que son necesarias para devolver con excelencia, la ofrenda que los cargadores y las devotas entregan para participar en la procesión; hasta que hubo acuerdo en cuanto a diseño y presentaciones en torno a: los turnos, los sobres – recibo con papel carbón para inscripciones, los folletos informativos, las hojas con itinerario, los carteles publicitarios y finalmente como ya se dijo, los cromos.

    Por último y desde luego, Víctor entregó el cheque librado en contra del Banco de Occidente, por el anticipo convenido para los trabajos de impresión, y una hora después, volvió a estrechar la mano de don Rafa para despedirse y enfilarse hacia su vehículo.

    Concluyó enero, luego vino febrero loco en espera de marzo otro poco y así al finalizar el segundo mes del año, llegaron las jacarandas y las tradiciones, y el sábado luego del miércoles de Ceniza (primer sábado de Cuaresma para la tradición) de aquel año, muy temprano por la mañana, Víctor se presentó nuevamente al negocio de impresiones, esta vez en traje de fatiga, y en compañía de dos de sus asiduos colaboradores de la Hermandad, al volante de una panel de color gris que se estacionó justo en frente del local de la Imprenta de la quinta calle, para recoger en la fecha y hora acordadas desde principios del mes anterior, el producto de las impresiones realizadas por don Rafa y su personal, con cariño y devoción para la Santa Cuaresma y sobre todo, Semana Mayor.

Foto1: Materiales impresos en la Imprenta de Don Medardo Ortíz proporcionadas por su nieto, Luis Gerardo Ramírez Ortíz.
Foto1: Materiales impresos en la Imprenta de Don Medardo Ortíz proporcionadas
por su nieto, Luis Gerardo Ramírez Ortíz.

     Uno por uno, los fardos debidamente identificados, con su infaltable papel Crepé o más conocido como “de envolver”, que dicho sea de paso olían a nuevo, empezaron a ser colocados por los acompañantes de nuestro esforzado Presidente en el interior del vehículo perteneciente a conocida Farmacia, luego de ser cuidadosamente revisados en cuanto a contenido y exactitud. La curiosidad venció a Víctor y sus asistentes, y no pudieron soportar la tentación de ser los “primeros” en conocer el acabado y presentación de las tarjetas-turno para aquel día Santo de 1982.  En particular, la tarea más delicada estribó en revisar el orden correlativo de la numeración de los turnos, la separación entre los ordinarios y las comisiones de honor, la identificación precisa de las cuadras, y todos los detalles que son tan necesarios para el proceso de inscripción desde luego, pero en especial para la distribución y asignación entre los cargadores inscritos, tomando en consideración alturas y sangrados. Y un par de horas después, la “Panelita” estaba completamente llena.

     Antes de entregar el último de los fardos, y despedirse de sus clientes y amigos, don Rafa llamó a sus empleados, para que le acompañasen junto con Víctor y sus compañeros, en una oración de agradecimiento a Dios, representado por las imágenes de Jesús y la Virgen, de haberles permitido por año más, imprimir la papelería para su procesión.

     Finalmente y días después, el día del Cortejo, don Rafa estaba parado en la banqueta siempre frente a su querida Imprenta, y atisbó entre las volutas y el olor del incienso, la figura de Víctor y sus colaboradores, a quienes por sus faenas, alcanzó en esta ocasión solamente a saludar a la distancia, levantando su mano derecha. Pero se sintió profundamente orgulloso y satisfecho, al visualizar en el pecho de cucuruchos y devotas, el producto de su trabajo, pidiendo al altísimo si estaba dentro de sus planes, la oportunidad de servirle, así es de servirle con su sincero trabajo artístico, que no es otra cosa, que la ocasión propicia cuando la TRADICION SE CONVIERTE …EN TINTA Y PAPEL.  

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