Víctor Muñoz
Premio Nacional de Literatura
Tan solo una vez tuve la oportunidad de conversar con Carlos Interiano. Ocurre que luego de leer su libro “En carne propia”, quise platicar con él, ya que por su libro supe que se trataba de alguien especial, y que algunos de los pasajes de su vida eran similares a la mía; además, pensé que, para mis hijos, leer ese libro resultaría interesante y enriquecedor.
Lo llamé, le expliqué que necesitaba dos libros para mis hijos e hicimos la cita. Me recibió en su lugar de trabajo. Se trataba de un hombre de apariencia noble y elegante, sencillo y de conversación suave e interesante. Luego de la plática de experiencias estudiantiles, de libros y de la vida me entregó los libros. Le pedí que por favor les pusiera una dedicatoria para mis hijos, cosa que hizo de inmediato, y cuando le pregunté cuánto le debía me dijo que nada. Le insistí un poco, pero se negó rotundamente a recibirme algún dinero.
Ya con los libros en mi poder nos despedimos, con la formal promesa de un café en posterior oportunidad.
Los comentarios de mis hijos fueron de mucha alabanza para el libro, por lo bien escrito y por la historia de vida de Carlos. Aprovecho para expresar el pensamiento de mi padre, cuando nos recomendaba que estudiáramos porque según nos decía, cuando uno nace con poca fortuna o sin ella, lo único que lo salva es el estudio; y ese, al final de cuentas, es el mensaje que nos deja el libro de Carlos.
Cierto día supe, por noticia de Gustavo Bracamonte, que Carlos había sufrido un accidente y que estaba hospitalizado. Ni siquiera se me ocurrió visitarlo porque jamás llegué a pensar que la cosa fuera de gravedad. Y lo cierto es que no era de gravedad, pero por algún descuido médico, o porque tal vez sea cierto eso que dice la gente, que cuando la hora llega, llega, Carlos murió.
Sí, murió Carlos Interiano, un poeta poco conocido, pero de altísimo valor. El clarinero mayor de su grupo de autonombrados “clarineros”.
Y tal como son las cosas en este nuestro país, muere alguien de los verdaderamente grandes, pero la noticia pasa desapercibida. Murió Carlos Interiano, pero nos deja su poesía, la historia de su vida, su amabilidad, su sonrisa, su sencillez y su amistad.