Poesía
La Hora/Cortesía

Marco Antonio Flores

 

     Nació en Guatemala, el 23 de marzo de 1937.  Murió en Guatemala, el 26 de julio de 2013. Poeta, narrador, periodista, director teatral y editor. Radicó en México desde 1981. Fue catedrático e investigador en las universidades de San Carlos y Rafael Landívar, en Guatemala; coordinador de talleres literarios, fundador y director de Ediciones Vanguardia; coordinador de talleres literarios para la CNL (1992-1997); impartió talleres literarios y cursos de literatura en Difusión Cultural de la UAM (1998-1980).

Editor de las revistas Alero, Códice, Línea Dura, Encuentro y La Ermita; jefe de Redacción del periódico Nuevo Diario, director del suplemento La Cultura del diario Impacto, redactor de Agencia de Noticias Amex.

Fue director de diversas compañías de teatro en Cuba y Guatemala. Fue miembro de la Comunidad Latinoamericana de Escritores (México, 1967), miembro del Frente de Trabajadores de la Cultura (Guatemala, 1978). Becario del Fonca, 1995. Premio Centroamericano de Poesía 1968 por Muros de luz (El Salvador). Premio Nacional de Cuento 1987 (Monterrey) por La Siguamonta. Premio Nacional de Dirección Teatral (Guatemala). Premio Internacional al Mejor Montaje (Costa Rica, 1971). Premio Nacional de Literatura Miguel Ángel Asturias 2006. Parte de su obra ha sido traducida al inglés, francés y alemán.

 

iniciación

1

me presenté a mí mismo hace un momento
con qué amabilidad reconocí mi voz,
reconocí mi mano, mi esperanza
mi profunda quietud de ser un hombre.

contemplé mi figura transitoria
parsimoniosamente, eternamente;
me vi, me conocí, me di un abrazo,
me preparé una copa en bienvenida,
me invité a sentarme, me miraba.

miraba mi ropaje ennegrecido por la angustia,
miraba mis ojeras más negras que la noche del hastío,
miraba mi sillón y mis espaldas,
mis lentes, mi ilusión, mi sexo, mi odio,
mis dedos extendidos que gritaban,
mi loca poesía: mi delirio;
y me reconocí:
había llegado!!

2

para tocar mis manos,
para alcanzar mi voz:
que erguirme tuve sobre mis pies de sueño.

Cortesía
La Hora/Cortesía

y estoy de pie, rotundo,
definitivamente fuerte y poderoso,
erguido en mi estatura cotidiana,
con el cerebro a cuestas como aureola,
parco, junto a mí, como una estatua
de eternidad latente, duradera,
y estoy así:
rotundo, fuerte, firme:
siendo yo.

3

nací con el futuro dolorido
y un canto atravesado en la garganta.

Aquí está ese futuro dolorido,
y el canto atravesado en la garganta!!

 

soledad

el solitario sol, la media luna,
los labios truncos, la mirada triste,
la cruel serenidad,
la cruz ignota,
la sensación de hallarme en la distancia,
lejos,
en el espacio fin del infinito,

lánguido el tiempo
lánguido el momento,

fuera de mí la nada,
la derrota,
la sensación fugaz de haber vivido.

amargo todo, transitorio
y simple,
cobarde,
indefensa la vida y su
constante.

mejor estar aquí,
lejos y solo…

egoísmo

recuerdo que la ventana
era muda y sorda,
solamente que, a veces, suspiraba.
entreabría sus goznes lentamente
y acumulaba polvo en los rincones,
no pensaba nunca, a no ser en ella
y en su ración de gotas, en su pupila
rígida, por donde penetraban
estrellas como nardos celestes;
su alféizar era filoso,
ulceraba.

no dejaba a nadie recostar
la pena en sus rodillas o en la
penumbra de sus ojeras lívidas.

la ventana siguió muda, solamente que,
a veces, sollozaba.

medianoche

En postura oratoria se inclinaba
el ciego a la cerviz
Rodaba beodamente entre guijarros
la piel
que anda con otro

Se confinaba
a su propio territorio
la noche
la del medio exacto
la que cubre la calle con sus pechos
la que arrastra el silencio entre siluetas

Iba
corría leve
tenaz entraba
en doce
sonaban las campanas sus ronquidos
y finalmente
negra en la distancia
rompía la quietud con su llegada.

retrato

Cuando a mi lado
algún transeúnte
cruza
con la cabeza gacha
interrumpe el monólogo
trastrabilla
se apoya en la columna de cemento
hace un puchero sordo
contempla sin mirar la lejanía
Hago un largo minuto de silencio
rodeo de cortinas el recuerdo
y observo el sorprendente parecido
con el retrato idéntico
que guardo en lo más hondo de mí mismo

sonata y fuga

El olvido comenzó a llover
en los balcones se empapa
el pasado
Una silueta se descolgó
del fondo del recuerdo
Comenzó a caminar
hasta morirse

Nos pusimos
un brazalete negro en la memoria
caminamos por la espalda de la lluvia
nos sumergimos hasta el cuello
en los pedazos del amor

Un himno de paz nació
en el fondo de nuestros huesos

La Hora/Cortesía
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oda a la muerte

1

voy a morir despacio en mediodía
cuando no sienta el galopar de venus,
voy a morir despacio y sin espuelas
y e corazón colgado en la agonía.

voy a morir

voy a morir sin tiempo
dejando trunco mi resuello ardiente,
dejando al grito —un suspiro apenas—
formando batallón con los espectros,
dejando en ecos mi presencia muda
llena de sombras y de canos llena.

Voy a morir,
Voy a morir del todo…

8

jamás sabré que he muerto cuando muera,

jamás delataré todo el silencio
que envolverá mi voz a la llegada,
jamás sabré si regresó la noche
y la luna bañó de nuevo el campo,
si mi ausencia tota aún la explotan
con pedazos de cielo ennegrecido,
si mis escombros los han hecho lodo,
sí llorarás mi ausencia y mi agonía,
si son las bestias las que se alimentan
de mis entrañas, o si son los hombres.

nunca sabré, pues me habré muerto todo.

Selección de textos Roberto Cifuentes Escobar

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