Juan Manuel Castillo Zamora
Rodilla al suelo, la señal de la cruz recorre nuestra frente pecho, hombros y culmina con un tímido beso sobre nuestro índice o pulgar. Ningún cucurucho podría terminar de leer este enunciado sin hacer una asociación inmediata con La Granadera, esa marcha con presencia festiva y fúnebre en simultaneo, que vinculamos con el primer y último turno de una procesión.
Las manifestaciones de religiosidad popular están llenas de pequeños ritos como el anteriormente descrito. Los cucuruchos los entendemos y los abrazamos casi con el mismo amor con el que Jesús tomó su madero. La Semana Santa, como construcción colectiva es per se un enorme ritual, una ceremonia común que edifican, comparten y crean miles de personas, organizados o no, alrededor de un evento magno y peculiar.
La Semana Mayor es una identidad compartida, por elección. A diferencia de la nacionalidad y todo lo que conlleva haber nacido en determinado territorio (elementos como la tradición culinaria, bandera, patrones de conducta, entre tantos otros), las tradiciones de la Semana Santa, son una decisión, desde luego condicionada a factores culturales y normativas de conducta que subyacen en nuestro ser (el super yo Freudiano).
En ese universo morado y variopinto, en el cual se entremezclan elementos españoles e indígenas, hemos construido una identidad colectiva, que vivimos apasionadamente con una periodicidad anual definida por la luna.
Somos una construcción heterogénea, un ritual viviente, que se mueve, que danza, que se mece, que invade las calles y las llena de aserrín, que deambula y pernocta en un espacio público que sacraliza y que percibe como propio unos cuantos días al año.
Los signos del rito
El rito, tiene signos, símbolos, se manifiesta como un lenguaje común para los practicantes de la tradición. Entonces en la morada fila, alguien le da una palmada sobre el hombro al de adelante. Este sin conocerlo reacciona y se detiene. Un pequeño rito inentendible para el espectador de afuera, pero universal para la marea morada de un cortejo antigüeño.
De pronto la nube de incienso te nubla la vista y el sonido del redoblante se percibe distinto, una pequeña variación sólo comprensible para el oído del cargador. De nuevo el pequeño manotazo sobre el hombro y un cucurucho es sustituido por otro. En pocos segundos 60 o 100 hombres se cambian por otros y la marea purpura sigue, entre la piedras antañonas y las alfombras multicolor.
Nadie habla, no es necesario el rito tiene su lenguaje sensitivo, corporal, común, pero a su vez exclusivo, sin ser excluyente, pues hay cabida para quién quiera en la fila de recambio, en la danza cadenciosa del rio morado que avanza con determinación, hasta llegar de nuevo a La Granadera.
La Semana Santa guatemalteca es un ritual compuesto por otros más pequeños. Ponerse la túnica a determinada hora, en el mismo lugar cada año, es otro pequeño rito que forma parte del gran engranaje cíclico que comienza con el timbre y el timbal.
La construcción colectiva, se edifica entonces gracias a pequeños rituales; la abuela que dirige el Credo de las tres de la tarde de Viernes Santo, la madre que santigua a su hijo cuando la imagen del Cristo pasa frente a ella; la anciana que quema incienso con un sartén, son sólo algunos de muchos ejemplos.
Cuando era niño, mis papá, mamá y hermanos, acudíamos en Quinto Domingo de Cuaresma a la procesión de Jesús de la Caída. El ritual familiar iniciaba con las canciones que interpretábamos en el Hyundai Excel plateado y solía terminar con un sanguche y un vaso de refresco carbonatado en la misma plazoleta a pocos metros del barrio de la Candelaria.
La Semana Santa en nuestro país es tan rica y diversa que es usual analizarla como un constructo colectivo, que toma vida y sentido gracias a la concatenación de pequeños ritos comunes. No obstante, esta gran manifestación también se edifica, desde el seno familiar con signos, símbolos que se comparten con unos pocos y desde luego desde la individualidad y la intrínseca forma de conectar con Dios, con nuestro yo y nuestra espiritualidad.