Túnica para Jesús, tunicela para la virgen y estandarte de la hermandad, piezas bordados por las hermanas Bran en 1924.

Juan Alberto Sandoval Aldana
Escuela de Historia, Universidad de San Carlos de Guatemala

La cuaresma y los días de la Semana Santa que anteceden el Triduo Pascual son un tiempo de preparación, en el que los guatemaltecos hemos creado y sostenido numerosas costumbres piadosas que contribuyen a la elevación del espíritu y a la penitencia pública y privada.

Con participación masiva, de forma voluntaria y espontánea, sin que nadie quede exento, los vecinos del barrio de la parroquia vieja en la ciudad de Guatemala aportan su creatividad e ingenio para enriquecerlas.

De esta forma las tradiciones se constituyen en las claves de identidad del guatemalteco de hoy que dialoga con generaciones pretéritas y que, como pocos, expresa sus sentimientos y expone su cultura durante las conmemoraciones de la Pasión, Muerte y Resurrección de Cristo, realizadas intra y extra muros de una forma tan propia, cada Lunes Santo como la misma flor del corozo, las marchas fúnebres y las alfombras de serrín y pino, los rezos piadosos y los ejercicios religiosos espirituales de Los Siete Viernes a Jesús Nazareno de La Parroquia.

En este orden de ideas no puede dejar de mencionarse la profunda espiritualidad que nos caracteriza y la magnitud de la creatividad de los artistas que en diversos campos manifiestan sus aptitudes y capacidad creadora, produciendo obras de arte únicas utilizando variados materiales de delicada factura y exhibiendo el dominio de técnicas complejas que son inspiradas por las imágenes de cristo sufriente y la santísima virgen que lo acompaña, construyendo los modelos y cánones estéticos de una semana santa única y que se desarrolla de forma anual en el país, siendo la semana santa novoguatemalense la de mayor concurrencia y participación.

De ella, los barrios antiguos, presididos por los templos que les dieron origen, son los nichos de reserva en los que se recoge y guarda la tradición que genera esa creatividad de los artistas guatemaltecos en diversos oficios y artes, entre los que sobresale el del bordado a mano realizado para embellecer textiles que se han cosido para confeccionar los atuendos que vestirán a las imágenes de pasión, completando el sentido de movimiento, y expresión del dolor profundo.

Túnica para Jesús, tunicela para la virgen y estandarte de la hermandad, piezas bordados por las hermanas Bran en 1924.

Los sastres que confeccionan las piezas denominadas túnicas talares o con cauda, en finas telas importadas enriquecen los textiles con ricos bordados que son evidencia de la condición divina del representado en la imagen que lo porta, incorporando a artistas que se dedican a otro oficio, el de diseñar y bordar, siendo responsables de realizar los encargos, dotando la pieza de vestir con un profundo simbolismo y rigor estético que hacen de ellas piezas dignos para vestir las representaciones de Cristo, obras de arte para vestir otras obras de arte, nutriéndose los artistas del bordado, de las fuentes hagiográficas que relatan historias de la vida de Cristo, su pasión, muerte y posterior resurrección impresas en distintas épocas que leen y consultan, previo a elaborar su trabajo, así mismo consultando fuentes de tipo secular o pagano, tomadas de obras de la antigüedad clásica greco latina, la edad media y el renacimiento.

El viejo barrio de la parroquia ostenta el honor de ser pionero en la elaboración de túnicas y mantos bordados para vestir las imágenes de pasión del templo que preside la vida de este sector citadino, por contar entre sus vecinos a las dos hermanas Bran, doña María y doña Josefa ambas maestras de bordado que se dedicaban a instruir a nuevas bordadoras y realizar importantes piezas calzadas con el sello distintivo y de alta calidad del antiguo taller de bordado de la Casa Central, en donde aprendieron las diversas técnicas para el bordado y manipulación de materiales finos y entrefinos, hilos de seda y de algodón para la elaboración de piezas bordadas, instruidas por bordadoras francesas, mujeres religiosas consagradas que llegaron a Guatemala a finales del siglo XIX, conservándose de su trabajo varias muestras consistentes en estandartes, túnicas para Jesús y mantos para la santísima virgen de diversas advocaciones, citando a guisa de ejemplo, el ajuar de coronación de la consagrada imagen de la Virgen del Rosario, patrona de la república de Guatemala, bordado en 1934 y los estandartes de la Hermandad Canónica de la Santa Pasión de Ntro. Sr. Jesucristo llevando la cruz a cuestas, con el título de Jesús nazareno de la Escuela de Cristo que se venera como Jesús de las tres potencias en 1924.

Su modesto taller se localizó en la 15 avenida y calle José Milla, vecino de la farmacia Diaz, a un costado de la Parroquia Vieja, en donde se bordaron numerosas piezas, incluyendo túnicas y mantos que vistieron a las imágenes de la Virgen de dolores y Jesús nazareno en los templos de la Parroquia Vieja, Santa Teresa, parroquia de Santo Domingo de Guatemala y Ntra. Sra. de Candelaria, de los cuales se conserva una muestra de alta calidad que en algunos casos aún es exhibida en las procesiones de Semana Santa.

Cabe anotar que de los condicionantes estéticos de la Semana Santa, el que produce el oficio del bordador es uno de los más significativos para el arte plástico por tener la cualidad de complementar la obra de arte que viste. El bordado, reservado para la nobleza, completa el sentido de totalidad artística de la obra escultórica de bulto redondo, a la cual dota del sentido de movimiento y expresividad, dándole vitalidad y naturalidad, completándola.

María y Josefa bran, integrantes de la hermanda de la parroquia vieja sección de damas, sentadas de izq. a der. 1ra. y 3a.  

De allí la importancia y la utilidad de la incorporación del bordado en las túnicas y su posterior colocación en las obras escultóricas que representan a Cristo a las que dota del sentido de luz soberana, de realeza, provocando los destellos del oro, el reflejo fulgurante de la escena divina que se aprecia.

Los más finos materiales y los más costosos son para Dios, según lo ordena la iglesia, pues es Dios el representado en la imagen, por eso debe llevar vestiduras prestigiosas, en telas de alta calidad con bordados en oro hechos a mano, incorporados al textil con diversas técnicas -todas, desde las más complejas y conocidas hasta las más utilizadas-, desde la más fina que es el bordado al setillo, a la más común que es el canutillo, incluyendo técnicas como la puntita, el dado, la horqueta y la hojilla.

En el diseño y aplicación del bordado, la parte simbólica del diseño es fundamental. La razón por la que los creadores de los diseños y del bordado utilizan generalmente motivos fitomorfos o frutales se debe a que siendo Cristo la vida misma, las flores y ramazones de uvas y vid cobran vida en los textiles cuando visten a las imágenes de Cristo que las visten en su túnica.

La presencia de blondas y roleos en la bordadura, con sus líneas estilizadas y curvas elegantes reflejan brillos y destellos que emanan del hilo de oro y de cristales que les dan marcada elegancia para proyectar al espectador, la luz del sol o de la luna en la claridad o la noche del cielo de Guatemala cuando la imagen es llevada en hombros por las calles de la ciudad de Guatemala creando una atmósfera mística en la que gravita la imagen de Jesús, pareciendo flotar sobre las andas.

En la actualidad diversos artífices aportan su trabajo para la creación del vestuario de las imágenes de pasión que se veneran en el templo de la parroquia vieja, destacándose la túnica importada de España y que se estrenará luciéndola la querida imagen de Jesús Nazareno de las Tres Potencias de la parroquia vieja, en su estación oficial durante la procesión del Lunes Santo en este año 2023, aportando a los artistas locales que se dedican a este noble oficio artístico, para su acervo, presentándoles nuevas técnicas y materiales en novedosos diseños, incentivando la escuela de bordadores de la ciudad de Guatemala que han realizado piezas maestra para la vestidura del portentoso Jesús nazareno de la parroquia vieja.

En Roma, la Ciudad Eterna, a 10 días del mes de Marzo, Cuaresma del año del señor 2023.

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