Pintura de Thomas de Merlo "El encuentro de Jesús con su Santísima Madre" ubicación actual: Museo Colonial La Antigua Guatemala. Foto La Hora: Brenda Porras.

Brenda Janeth Porras Godoy                                                                                                                      Facultad de Arquitectura, Universidad de San Carlos de Guatemala

Son conocidas las pinturas de la Pasión de Jesucristo del pintor guatemalteco Thomas de Merlo, destinadas originalmente al Calvario de  Santiago capital del reino, hoy La Antigua Guatemala; una parte de ellas se exhibe en las salas del Museo de Arte Colonial de dicha ciudad. Sin embargo, es posible que aún no hayas descubierto las claves barrocas en una de sus escenas más célebres: el encuentro de Jesús con su Santísima Madre, camino al Calvario. Ahora te invito a que lo hagamos juntos y que haciéndolo nos anime a meternos como un personaje más en esta escena del Viernes Santo. El barroco pretendía precisamente eso, conmocionarnos tanto con los sucesos representados, que nos viéramos envueltos en su atmósfera.

También te invito a que, conforme vayas leyendo, veas continuamente la fotografía de la obra. Allí se han enumerado algunas escenas y personajes para su fácil ubicación y además se han marcado los ejes principales con líneas punteadas.

El primer aspecto que impresiona es el tamaño del lienzo (5.25 metros x 2.63 metros), que además va acompañado por otros de similar tamaño. Por lo tanto los personajes allí representados son de escala real.

Ahora, adentrémonos en la escena: al fondo está la muralla de Jerusalén y el cielo con nubes de tonos ocre. Hace calor, se escucha mucho bullicio, nos apretuja la gente con movimientos agitados porque todos quieren ver pasar a Jesús, El Nazareno.

A Gestas, ladrón condenado, representado como un hombre viejo, lo jala un sirviente. Al otro ladrón, San Dimas, joven, es llevado por un soldado raso. Hay militares romanos –unos veinte en total-, que visten de variadas formas, con capas de distintos colores. Algunos tienen cascos sencillos y otros van decorados con destacadas plumas. Los de mayor rango y mejor ataviados, marchan a caballo (en la escena, en total, hay cinco caballos, solo uno fue pintado completo, el que está al centro).

Pintura de Thomas de Merlo «El encuentro de Jesús con su Santísima Madre» ubicación actual: Museo Colonial La Antigua Guatemala. Foto La Hora: Brenda Porras.

En el centro físico del lienzo se observa un caballo de ancas que al mismo tiempo está de lado (ver el número 1 en la pintura). El soldado que lo monta, está de espaldas, pero no del todo, su rostro está de perfil, levanta la mano y sostiene un rollo con la sentencia de muerte. O sea que son posturas llenas de movimiento. Están en un primer plano y dividen la pintura en dos partes iguales. Lo que se pretendía con eso, era probablemente causar sorpresa por hacer tanto énfasis a un objeto secundario.

Todas las personas se ubican en un medio círculo, apartadas del caballo. A lo mejor haya una explicación para esto: vemos que la pintura tiene un corte rectangular al lado izquierdo, quizás porque allí pasaba una puerta y esa limitación formó parte de la manera en que el artista decidió colocar todo, para que la obra se viera simétrica y el agujero pasara desapercibido. Por otro lado, el caballo proyecta una sombra en el suelo, recordando que en el barroco se deleitaban con los contrastes entre la luz y la sombra.

La escena principal está desplazada hacia la derecha. Es cuando Jesús cae por el peso de la Cruz y se encuentra con su Santísima Madre (ver el número 2 en la pintura). Recordemos que la derecha es un lugar de preeminencia. Dicha escena, que bajo cánones renacentistas tendría que estar al centro y en un primer plano (es decir hasta enfrente), en esta pintura barroca se desplaza del eje central y se ubica en un segundo plano.

La composición (es decir la forma de distribuir a todos los personajes y las escenas en la pintura) está geométricamente pensada. Los ejes forman cuatro triángulos (ver las líneas punteadas verdes sobre la pintura) En el triángulo a la derecha están Jesús, Santa María, María Magdalena, San Juan, las mujeres que lloran. En el extremo, San Pedro se esconde detrás de una bandera romana (ver el número 3 en la pintura), sigue de lejos a Jesús y observa cuidadosamente todo lo que estaba pasando.  En el triángulo de la izquierda están los dos ladrones. El buen ladrón camina cabizbajo, pero lo más interesante es la postura de todo su cuerpo, la cual va girando como si fuera el movimiento de una columna helicoidal. Ese porte tiene aires miguelangelescos donde se quiere mostrar la anatomía humana: brazo, espalda y piernas. El triángulo de arriba prácticamente solo es para la muralla y en el de abajo, para la tierra.

La pintura también es de composición abierta, es decir que con intención el artista corta abruptamente objetos o personas en las orillas del lienzo: por ejemplo, el soldado de espaldas del borde izquierdo y en el borde opuesto las mujeres lamentándose; arriba, la muralla y las banderas romanas del fondo.

En cuanto a acciones o posturas de personajes secundarios se puede indicar lo siguiente: cuatro son los que agreden a Jesús: 1. uno del pueblo le saca la lengua 2.otro le tira de la cabellera, 3. un tercero lo jala de la cadena al cuello, 4. un soldado a caballo pica la espalda baja de Jesús con una lanza. Además, otro soldado toca la trompeta como si de un desfile burlón se tratase y otro impide que pase la gente con una alabarda (arma de asta con una punta de lanza y una hoja de hacha).

La obra hace énfasis en el estado de las almas. Hacer un listado resultaría así: Jesús-serenidad, de mirada mansa y cabizbaja, deja hacer; Santa María, San Juan y Santa María Magdalena, de rodillas-dolor; San Pedro-circunspecto; el niño del borde derecho del lienzo, en el regazo de su madre-pavor; Dimas-pensativo; los soldados-furiosos, rojos de rabia y con los ojos saltones.

Conclusión: Thomas de Merlo era un artista espléndido, que creaba composiciones complejas y que sabía de las claves barrocas que empleaban los grandes maestros europeos en sus obras, quizás conocidas por la observación de grabados.

Deseo que este artículo sea un homenaje a este insigne artista guatemalteco y que sea también un apremiante recordatorio de que la mitad de las obras de la serie de la Pasión fueron robadas en el año 2014 y que aún siguen perdidas, anhelando que  pronto se recuperen para que todos las podamos seguir conociendo mejor y disfrutando.

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