Salud en movimiento: cómo prevenir el sedentarismo

María Alejandra Ortíz

La actividad física no es solo tener una rutina o un hábito, sino que es un aspecto fundamental para mantener y mejorar la salud. De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS) la falta de movimiento es una amenaza silenciosa para la salud de las personas. Por ello, incorporar la actividad física en la rutina diaria representa una inversión para la calidad de vida.

Permanecer frente a una computadora, televisor o el celular durante largas jornadas, sin levantarse o realizar algún movimiento, así como pasar los tiempos libres sentados o acostados e incluso con la selección de medios de transporte, son aspectos de los estilos de vida que determinan un incremento en la inactividad física de las personas, indicó la OMS.

Asimismo, resaltó que el sedentarismo es el cuarto factor de riesgo de mortalidad en el mundo, causando cerca del 6% de las muertes globales. Ya que, las actividades sedentarias pueden provocar: el aumento de grasa corporal, deterioro de salud, reducción de la duración de sueño, aumento de mortalidad por cualquier causa, enfermedades cardiovasculares, diabetes de tipo 2, diferentes tipos de cáncer, entre otros.

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El ejercicio es importante para el bienestar físico y mental. Foto: Freepik
RECOMENDACIONES PARA UN BIENESTAR FÍSICO Y MENTAL

El tener una buena actividad física, tanto para un niño como para un adulto, es importante y beneficiosa para la salud física como la salud mental, ya que ayuda a prevenir el deterioro cognitivo, reduce el riesgo de depresión y ansiedad, mejora la autoestima y contribuir a un bienestar general.

«Cada año podrían evitarse entre cuatro y cinco millones de muertes si todas las personas se mantuvieran más activas físicamente», indicó la OMS, a través de las Directrices de la OMS sobre actividad física y hábitos sedentarios.

Moverse, aunque sea un poco, tiene un impacto positivo en la salud. No es solo realizar ejercicios en un gimnasio, sino de moverse como parte de la rutina diaria, resaltan.

Las recomendaciones otorgadas por la OMS, a través de las Directrices de la OMS sobre actividad física y hábitos sedentarios, se encuentran:

  • Para niños y adolescentes de 5 a 17 años: Realizar al menos 3 días a la semana, durante al menos 60 minutos actividades aeróbicas para el fortalecimiento de los músculos y huesos.
  • Para adultos de 18 a 64 años: Realizar más actividad física aeróbica de cualquier intensidad física con regularidad, entre 150 a 300 minutos a la semana, con al menos 2 días a la semana.
  • Mujeres embarazadas y en puerperio sin contradicciones: Realizar actividades físicas aeróbicas de intensidad moderada al menos de 150 minutos por semana. Deben empezar con menor intensidad, evitar el ejercicio con calor excesivo y  mantenerse hidratadas. Posterior al parto, la OMS recomienda retomar las actividades físicas gradualmente, bajo supervisión.
  • Niños y adolescentes con discapacidad: Deben realizar al menos 60 minutos diarios de actividades físicas aeróbicas con intensidad moderada a vigorosa.
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Las actividades físicas ayudan a prolongar la vida de cada persona. Foto: Freepik

Otras acciones que pueden marcar una diferencia en la salud se encuentran:

  • Usar las escaleras en lugar del ascensor.
  • Realizar pausas activas durante el trabajo o el estudio: estiramientos, caminatas breves o ejercicios suaves.
  • Elegir medios de transporte activos, como caminar o andar en bicicleta.
  • Reducir el tiempo frente a pantallas, especialmente fuera del horario laboral.

Estas acciones, aunque parezcan pequeñas, pueden tener un impacto significativo en la prevención de enfermedades y en la mejora del bienestar general.

La clave está en tomar conciencia y comenzar con pequeños pasos: cambiar el sillón por una caminata, hacer una pausa para estirarse, elegir moverse más. Porque cada acción cuenta en la lucha contra este enemigo silencioso que, sin notarlo, nos quita calidad de vida.