
En medio de un mundo cada vez más acelerado y saturado de estímulos, la búsqueda del bienestar mental se ha convertido en una prioridad para millones de personas. Para muchas de ellas, un primer paso hacia una mente más tranquila y enfocada ha sido reorganizar su entorno físico. Numerosos estudios respaldan que el orden en casa o en el lugar de trabajo no solo mejora la apariencia del espacio, sino que también tiene un impacto directo en la salud mental, la productividad y el bienestar general.
Según un artículo de National Geographic, existe una creciente evidencia científica que relaciona el desorden con altos niveles de estrés, ansiedad, problemas de concentración y una menor productividad. “El desorden y la desorganización conllevan una pérdida de productividad difícil de cuantificar”, afirma Daniel Levitin, neurocientífico del comportamiento de la Universidad McGill de Montreal. De hecho, estima que una persona promedio podría perder hasta el 5% de su tiempo anual debido a la desorganización.
El psiquiatra Carlos Sánchez Menéndez, especialista en psiquiatría general y neuropsiquiatría en Córdoba, coincide: en que el entorno en el que las personas se desarrollan, juega un papel fundamental en la salud mental, desde el espacio físico en el que vivimos hasta las relaciones sociales que mantenemos, cada aspecto del entorno influye en nuestro bienestar psicológico y emocional, así mismo asegura que «un ambiente armonioso y seguro puede proporcionar estabilidad, mientras que un entorno caótico o negativo puede aumentar los niveles de estrés y ansiedad».

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MENOS CAOS, MÁS CLARIDAD
El desorden no solo interfiere con la organización visual. Según cita Natgeo a Journal of Environmental Psychology, puede disminuir la sensación de bienestar, felicidad y seguridad en los espacios personales. Un entorno desorganizado obliga al cerebro a procesar más estímulos, lo que incrementa la ansiedad y dificulta la toma de decisiones.
Asimismo, Natalie Christine Dattilo, psicóloga clínica de la Facultad de Medicina de Harvard, en el mismo artículo de Natgeo, indica que muchas personas viven en hogares desordenados porque están abrumadas mentalmente.
“La desorganización también puede disminuir la capacidad de concentración y de toma de decisiones”, asegura. De hecho, existe evidencia que vincula el desorden con el aumento de la hormona del estrés, el cortisol, lo que podría provocar incluso trastornos crónicos de ansiedad en algunos casos.
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ORDENAR PARA SANAR
Los beneficios de un ambiente ordenado van más allá del equilibrio mental. Un entorno estructurado y limpio favorece una mejor alimentación, mejora la calidad del sueño, e incluso promueve la actividad física. “Aquellos cuyas casas están más limpias son más activos y, en general, tienen mejor salud física”, sostiene Libby Sander, profesora adjunta de Comportamiento Organizacional en la Universidad Bond de Australia.
Organizar el entorno también puede tener un impacto positivo en las relaciones interpersonales. Cuando el caos invade un hogar, la comunicación puede deteriorarse y generar tensiones innecesarias.
CÓMO EMPEZAR
A pesar de los beneficios comprobados, muchas personas no saben cómo abordar el proceso de ordenar su entorno. La clave, según los expertos, es comenzar poco a poco. “No intentes organizar toda la casa de una vez. Empieza por un cajón, una estantería o la despensa”, aconseja Dattilo. Además, recomienda hacer del proceso algo placentero: poner música, escuchar un audiolibro o simplemente disfrutar del resultado.
Para Julie Morgenstern, organizadora profesional y autora de Organizing from the Inside Out, es útil clasificar los objetos en tres categorías: conservar, tirar y reubicar. Sugiere que cada objeto tenga un lugar específico y que los artículos que no se usan a menudo —como recuerdos o papeles importantes— se almacenen fuera del espacio principal para no generar saturación visual.
Asimismo, esto también aplica al mundo digital, según Sander, el desorden digital también puede ser una fuente de estrés. “Desuscríbete de correos que no lees, borra los que no necesitas y crea nuevas carpetas”, sugiere. Con solo dedicar cinco minutos diarios al orden digital, se puede generar un cambio significativo en pocas semanas.

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SER ORDENADO ES SER SALUDABLE
Más allá del orden externo, el acto de limpiar y organizar puede verse como un acto de autocuidado, la salud no se queda solo en ejercicios y buena alimentación, la salud mental es importante así como el espacio en el que nos desarrollamos y reconocer que merecemos el tiempo y el esfuerzo que requiere vivir en armonía.
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