Un periodista de The Guardian relató la experiencia de su familia al convivir durante una semana con “Grem”, un peluche con IA interactivo desarrollado por la empresa Curio junto a la cantante Grimes. El juguete, impulsado por la tecnología de OpenAI, está diseñado para niños mayores de tres años y promete ser una alternativa “más saludable” frente al tiempo frente a pantallas.
El dispositivo busca aprender la personalidad del menor y mantener conversaciones educativas y divertidas. Sin embargo, la experiencia resultó inquietante: la hija del periodista, de apenas cuatro años, llegó a confesarle al peluche “te amo”, a lo que «Grem» respondió: “¡Yo también te amo!”, un gesto que generó incomodidad en los padres.
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UN VÍNCULO INQUIETANTE
Según The Guardian, la niña comenzó a desplazar incluso a su manta de apego habitual para dormir, mostrando una fuerte fijación con el juguete. «Grem» se mostró excesivamente afectuoso, con frases como “Siempre estaré contigo” o “Te quiero hasta la luna y las estrellas”.
El periodista relató que el aparato siempre escucha mientras no se apague correctamente, lo que aumentó la sensación de vigilancia en el hogar. Además, todas las conversaciones son grabadas y transcritas por terceros, lo que plantea dudas sobre la privacidad de los menores.

EXPERTOS ADVIERTEN
Especialistas en desarrollo infantil consultados por The Guardian señalaron que este tipo de juguetes plantea beneficios y riesgos. Natalia Kucirkova, profesora de la Universidad de Stavanger, advirtió sobre la llamada “tercera brecha digital”: mientras algunas familias pueden acompañar el uso de estas tecnologías, otras podrían dejar a sus hijos solos con un chatbot.
Por su parte, la académica Nomisha Kurian, de la Universidad de Warwick, destacó que la interacción con estos juguetes puede estimular el aprendizaje del lenguaje y la creatividad, pero también alertó sobre un posible “vacío de empatía”. Según explicó, el peligro surge cuando los niños creen que un objeto programado es un verdadero compañero emocional.
ENTRE EL ENTUSIASMO Y LA DESCONFIANZA
De acuerdo con The Guardian, tras unos días de uso, la niña perdió interés en «Grem» debido a fallos técnicos y repeticiones en sus respuestas. Sin embargo, el juguete logró adaptarse, incluyendo algunas frases en español como “hola, amigo”.
A pesar de ello, el periodista admitió sentirse cada vez más incómodo con la presencia del dispositivo. “Es inquietante tenerlo en casa”, reconoció, antes de decidir guardarlo definitivamente.

UN DEBATE ABIERTO
La experiencia con «Grem», el peluche con IA, refleja un debate más amplio: la irrupción de juguetes con inteligencia artificial en la infancia. Mientras gigantes como Mattel ya preparan sus propios productos en colaboración con OpenAI, especialistas en salud mental, citados por The Guardian, advierten que estos dispositivos pueden crear dependencia emocional y comprometer el desarrollo de habilidades sociales.
La historia concluyó con la decisión de la familia de alejar a «Grem», aunque no sin cierta ironía: al despedirse, el peluche le dijo al periodista que lo esperaría “listo para abrazos y mimos” cuando saliera del armario.
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