“EL PADRE CUARESMA”, tercera parte
Foto: Sergio Vásquez.

Un hermoso cortejo procesional, con la imagen de Jesús Nazareno con la cruz a cuestas, se desplazaba por alguna calle del centro histórico, en hombros de penitentes vestidos de morado con negro, al compás de hermosas y sentidas marchas fúnebres interpretadas por un prestigioso conjunto de filarmónicos, cuyo ambiente era perfumado por una buena cantidad de incensarios que al unísono, levantaban sus volutas humeantes al cielo. Toda aquella escena era rematada por el calor sofocante de la época, que hacía sudar a los participantes y espectadores del cortejo, misma que Salvador también podía percibir. De repente, TODO SE ESFUMÓ EN UN INSTANTE…. Había sido un sueño, un hermoso sueño que le recordaba su niñez, pero la realidad de su preocupación lo había interrumpido en forma abrupta, y retornado hasta la oscuridad y el silencio de la madrugada, en su lugar de descanso en su habitación de la casa parroquial en la Villa de Guadalupe, zona diez de la ciudad de Guatemala.

Y así, se sentó en el borde de la cama, y se puso a meditar con preocupación acerca de la conversación sostenida al final de la tarde de ayer con Mateo y su grupo, y especialmente, del compromiso adquirido para facilitar a este grupo, de ropajes y enseres para las imágenes de pasión que recibían veneración en aquel sitio religioso. Y en medio de aquel ambiente de quietud, el joven presbítero recordaba con detalle cuáles habían sido cada uno de los componentes de su ofrecimiento para con sus fieles: una cruz alta y ciriales, una túnica para el Nazareno, la Dolorosa y el Sepultado, un sudario para el Resucitado, un estandarte nuevo que identifique a la Hermandad, y la contratación de una banda de música que acompañase las procesiones de Jueves y Viernes Santo y particularmente de Domingo de Resurrección. La tarea no era sencilla. Sin embargo, el Padre Cruz entró instintivamente en oración…

Primera parte: “El Padre Cuaresma”
Foto: Sergio Vásquez.

Por algún motivo que no comprendía, la tarde anterior de Viernes de Cuaresma, había estado meditando en el primer misterio de dolor del Santo Rosario, y por ende de la oración de Jesús en el  Huerto, y de cómo el Padre eterno le envió un ángel para consolarlo y fortalecerlo en aquellos momentos de tribulación. Y el ángel de la inspiración que esperaba, para cumplir con su promesa al grupo penitente, le visitó en los siguientes minutos, y prácticamente hasta que los primeros rayos de la luz del sol, junto con el canto matutino de los pájaros, empezaron a inundar su aposento. DIOS le había mandado un mensaje, y la respuesta a sus ruegos.

Esa mañana de sábado, se realizarían durante todo el día las “PENITENCIALES” en aquel templo parroquial de la zona diez capitalina, por lo que tanto él como, el párroco y un sacerdote amigo invitado, administraron el Sacramento de la Reconciliación durante prácticamente todo el día, tarea que se interrumpió solamente para disfrutar de los sagrados alimentos del mediodía. 

 Al día siguiente, domingo, el Padre Cruz Revolorio divisó a Mateo y a dos de los integrantes de su grupo en la solemne eucaristía de las diez. Cuando pasaron a recibir la comunión y antes de administrar dicho sacramento, les dijo: “Se quedan al terminar la Misa, por favor, necesito platicarles”. Y así fue. Terminada la celebración religiosa, el grupo nuevamente estaba reunido en la Sacristía.

Primera parte: “El Padre Cuaresma”

Los he convocado mis hermanos, para compartirles mis proyectos relacionados a cómo obtener y disponer de las cosas que me pidieron.” Nuevamente, el rostro de Mateo y de sus acompañantes se iluminó como por arte de magia. Sus ruegos no habían caído en saco roto. La atención se fijó al máximo.

Vamos por partes. Para la Cruz alta y los ciriales, mis papás trabajan desde hace muchos años con don Beto; él es un herrero que tiene su taller allá por las inmediaciones de la Parroquia Vieja en la zona seis. Les pediré que hagamos una colecta entre todos los integrantes de la familia, desde mis abuelos, papás, hermanos, tíos, primos y hasta mi madrina, seguramente colaborará para pagarle estas piezas. Para las túnicas de Jesús Nazareno y Señor Sepultado, así como el manto y tunicela de la Santísima Virgen, y el Sudario para el Resucitado, hay una costurera fina que según recuerdo le elabora ornamentos a los Padres del Seminario; la Cuaresma ya empezó, pero sería de hablar con ella para que nos haga unas piezas bonitas con algún bordado en plata sencillo, pero elegante y las entregue aunque sea Miércoles Santo por la noche; eso sí nos tiene qué cotizar porque para pagarle, tenemos que organizar ventas de comida, un bingo y de pronto alguna otra actividad que nos ayude a recaudar los fondos necesarios. Hablaré con el párroco para consultarle si la Parroquia nos puede ayudar con el pago del anticipo para luego reembolsarlo. Para la banda de música, antes de decidir debemos ubicar alguna que no tenga compromiso previo en los días grandes, porque generalmente se ocupan durante jueves y Viernes Santo y cobran más caro; pero veamos cómo a través de alguno de los fieles de buen corazón, nos pueden donar algo bonito para una rifa y que la venta de números nos sirva para pagarle a los maestros; lo que les confieso aún no he podido determinar, es cómo hacer para obtener y financiar el Estandarte, pero Dios proveerá”.

Primera parte: “El Padre Cuaresma”
Foto: Sergio Vásquez.

Como recordarán, Salvador era su nombre propio, y vaya si le hacía honor al mismo para el apoyo espontáneo para aquella comunidad parroquial. La forma decidida y enérgica de sus palabras, y por supuesto su inquebrantable fe en Jesucristo, daban la pauta que para el Padrecito no había camino angosto, y que sencillamente lo que se proponía, lo conseguía.

Despúes de casi una hora, finalizó la reunión en aquella sacristía, cuyos cuatro integrantes quedaron uno tras otro comprometidos con las tareas que demandaba cada uno de los esfuerzos para lograr la obtención de estos artículos, destinados todos ellos por supuesto al culto divino. Había que realizarlo todo con el apremio que el caso ameritaba, ya que en realidad quedaba muy poco tiempo. Para el efecto, se acordó sostener dos reuniones semanales los martes y jueves de las siguientes semanas, para informar de avances, retos y ojalá de metas obtenidas. 

Segunda parte: «El Padre Cuaresma»

El religioso despidió a sus interlocutores, y durante el almuerzo le expuso minuciosamente sus ideas y proyectos al Párroco, quien animado le deseó toda clase de bendiciones en aquella que parecía una nada sencilla tarea, ofreciéndole el apoyo que estuviese a su alcance. Y al terminar de ingerir sus alimentos, se dirigió al teléfono gris con cordón grueso que estaba a la mitad del pasillo, y al descolgar el auricular y aproximarlo a su oído, escuchó el tono clásico del “Tut-Tuuut, Tut-Tuuut” y empezó a discar el número de la casa de sus padres allá en Gerona, quienes los domingos almorzaban tarde y con invitación hacia sus Padrinos. La tarea había dado inicio….

Continuará….

Lic. Juan Fernando Girón Solares
Nací en la Ciudad de Guatemala en diciembre de 1967. Abogado y Notario de profesión, profesor universitario y fundador del Consejo Pro Tradiciones Cuaresmales, y autor de la obra "El Brazo número 31, y otros cuentos cuaresmales".
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