Aborto y toma de conciencia. Foto La Hora: Envato.
Aborto y toma de conciencia. Foto La Hora: Envato.

En los artículos anteriores, al tratar del aborto, hablamos de vida, persona humana, personalidad, como elementos de discusión para formar criterio al respecto del aborto y enriquecer reflexiones y debates sobre él.

Acá hablaremos de conciencia con el objeto de fomentar la búsqueda de soluciones integrales y reflexiones valiosas. Tomemos en cuenta que al ser concientes de la cantidad de información que necesitamos para fijar reflexión y postura en un tema tan complejo, se busca trascender la dicotomía «a favor» o «en contra» y centrarse en soluciones más amplias. Esto podría incluir al tratar del tema: mejorar el acceso a la educación sexual, la planificación familiar, los servicios de salud reproductiva, el apoyo a la maternidad y la paternidad, y la reducción de la violencia de género.

Pero también una buena toma de conciencia, desafía la estigmatización sobre el tema. El aborto sigue siendo un tema tabú en casi todas las sociedades y motivo de división; lo que lleva a la estigmatización de quienes lo practican o de quienes lo apoyan. Adquirir conciencia, ayuda a desmantelar este estigma y a adoptar posiciones mentales y emocionales más acordes a una buena reflexión.

Otro elemento fundamental de conciencia sobre el aborto necesita de su análisis dentro del marco de los derechos humanos. Esto incluye el derecho no solo de la vida, sino de la salud, la autonomía corporal, a la no discriminación y a la vida de las mujeres y otras personas gestantes. Reconocer estos derechos ayuda a situar el debate en un marco de justicia y equidad, más allá de las creencias personales.

Pero para que todo lo anterior se viabilice, se torna necesario facilitar un debate basado en hechos y no en mitos: Un enfoque consciente al respecto, demanda de informarse sobre los datos científicos, médicos, sociales y legales a la par de los filosóficos y religiosos relacionados con el aborto. Esto incluye entender no solo qué es un aborto sino sus causales consecuencias tanto individuales como sociales y por qué no decirlo de la evolución humana. De esta manera, el debate se basa en la evidencia y no en información errónea.

Pero la formulación de una conciencia sobre el tema debe encausar a un fin que en estos momentos demanda el tema:  Promover la empatía y la comprensión: El aborto es una experiencia compleja, a menudo marcada por circunstancias personales difíciles. Adquirir conciencia implica reconocer que detrás de cada decisión hay una historia consecuencias, causales. Esto permite entender las múltiples razones por las que una persona puede considerar un aborto, en lugar de reducir el tema a un simple juicio moral.

¿Qué es adquirir conciencia?

Adquirir conciencia sobre el aborto no es simplemente tomar una postura, sino un proceso de reflexión y aprendizaje que incluye.

1º Informarse a fondo: Ir más allá de una faceta del tema a sus múltiples facetas: médicas, legales, éticas, sociales y psicológicas.

2º Reconocer los propios sesgos: Ser consciente de las propias creencias, valores y experiencias, y cómo estos pueden influir en la forma de percibir el aborto. Esto implica la humildad de reconocer que la propia perspectiva no es la única y debemos someterla a su fuerza y debilidad.

3º Escuchar activamente: Estar dispuesto a escuchar a quienes tienen experiencias y opiniones diferentes, y eso incluye no solo a expertos sino especialmente a las personas directamente afectadas por el tema que han pasado o están por pasar.

4º Usar un lenguaje respetuoso: Evitar el lenguaje despectivo o la deshumanización. El debate sobre el aborto es a menudo personal y doloroso para muchas personas, por lo que el uso de un lenguaje respetuoso es crucial para mantener un diálogo productivo.

5º Considerar el contexto social: Entender que el acceso al aborto y las decisiones sobre el embarazo están profundamente ligadas a factores de comportamiento, tradiciones, creencias, pero también a pobreza, desigualdad, la educación y el sistema de salud.

Por consiguiente: adquirir conciencia sobre el aborto, significa pasar de una discusión de opiniones a un análisis informado, empático y respetuoso de un problema complejo que afecta a la vida y los derechos de las personas en todo el mundo.

Veamos algunos pensamientos de expertos sobre la conciencia

  1. Los filósofos.

Para la filosofía, la conciencia es un concepto fundamental y complejo que se refiere a la capacidad de un ser de percibir, sentir y pensar, así como a su conocimiento de su propia existencia y de su relación con el mundo. No hay una única definición universalmente aceptada, ya que su significado varía según las diferentes corrientes filosóficas.

1.1 Dualismo:

Sus defensores entienden que la conciencia no puede ser reducida a procesos cerebrales, aunque interactúa con el cuerpo.

El dualismo y el debate sobre el aborto

El dualismo, en su sentido cartesiano, postula que los seres humanos están compuestos por dos sustancias: un cuerpo físico (materia) y una mente o alma inmaterial (conciencia). La postura sobre el aborto desde esta perspectiva dependerá de cuándo se cree que el alma o la conciencia se une al cuerpo.

Si el alma o la conciencia se considera que existe desde la concepción: Un dualista que sostenga esta idea podría argumentar que el embrión o feto es ya una persona con un alma. En este caso, el aborto sería un acto inmoral, ya que se estaría destruyendo a un ser con conciencia, lo que se equipararía a un homicidio.

Si el alma o la conciencia se considera que se une al cuerpo en una etapa posterior. Desde esta perspectiva, un feto sin conciencia no sería una «persona» en el sentido completo del dualismo, y el aborto podría no ser visto como la interrupción de la vida de un ser consciente.

Entonces lo bueno o malo del aborto a un filósofo de este tipo, queda abierta a la interpretación y el debate.

  • ¿Es cuándo el feto tiene actividad cerebral detectable?
  • ¿Cuándo se forma el sistema nervioso?
  • ¿Cuándo es viable fuera del útero?

Como la filosofía no puede responder a estas preguntas con hechos, la aplicación del dualismo al aborto termina siendo una cuestión de creencia y postura moral, más que una conclusión lógica ineludible.

1.2 El Materialismo (o fisicalismo)

En contraste, el materialismo postula que la conciencia es un fenómeno puramente físico, un producto de la actividad del cerebro. No es una entidad separada, sino el resultado de procesos neuronales y electroquímicos. Desde esta perspectiva, la conciencia es en esencia lo que el cerebro hace. Los materialistas buscan explicar la conciencia en términos de la neurociencia.

Los defensores de esta posición filosófica, en lugar de basar la moralidad en la existencia de un alma o conciencia inmaterial, el materialismo enfoca el debate en propiedades físicas y biológicas observables, así como en las consecuencias sociales y prácticas de las decisiones.

Materialismo y aborto

Podemos toparnos con argumentos a favor y en contra en esta doctrina y todo parte en que esta escuela filosófica tiende a ver el aborto como un procedimiento médico y una cuestión de derechos basados en la ciencia y la experiencia humana. Algunos de los argumentos son:

Ausencia de conciencia en las primeras etapas. Desde una perspectiva materialista, la conciencia es un fenómeno puramente físico que surge de la actividad cerebral compleja.

Por lo tanto, un ser que carece de esta estructura física no puede tener conciencia ni ser considerado una «persona» en el sentido moral.

La persona como un ser físico y social: El concepto de persona se relaciona con la capacidad de razonar, tener autonomía, comunicarse y formar relaciones sociales. Estas son propiedades que solo se desarrollan mucho después de la concepción.

Salud y bienestar de la mujer: El materialismo se centra en las consecuencias físicas y sociales de las acciones. La negación del aborto legal puede llevar a abortos clandestinos, que ponen en grave riesgo la vida y la salud física de la mujer. Proteger la vida y el bienestar de un ser humano ya desarrollado y consciente es una prioridad moral clara.

Derechos sobre el propio cuerpo: Desde esta perspectiva, la autonomía corporal es un derecho fundamental que tiene un valor moral tangible. Nadie más que la persona gestante debe tener el control sobre las decisiones que afectan su cuerpo.

Pero encontramos también posiciones opuestas y menos comunes como las siguientes, aunque no se basan en la existencia de un alma:

Potencial de vida: Algunos materialistas podrían argumentar que, aunque el embrión no es una persona consciente, tiene el potencial de convertirse en una. La interrupción de este proceso es la destrucción de un futuro ser humano, lo que podría ser considerado moralmente incorrecto. Sin embargo, este argumento es debatido por los defensores del aborto materialistas, ya que casi cualquier célula tiene cierto potencial de desarrollo.

Continuidad biológica: Desde la concepción hasta el nacimiento, hay un proceso biológico continuo de desarrollo. No hay un «punto mágico» en el que una masa de células se convierta en una persona. Argumentar que en algún momento específico el feto se convierte en persona es arbitrario y no se basa en un hecho biológico.

Claramente El materialismo no ofrece una respuesta única y definitiva sobre la moralidad del aborto, pero sí cambia los términos del debate. En lugar de debatir sobre almas y entidades inmateriales, la discusión se centra en la biología, la conciencia, la autonomía y las consecuencias sociales y médicas de la penalización del aborto.

1.3 Fenomenología

Esta corriente, se enfoca en la conciencia como experiencia vivida. Para ellos, la conciencia no es solo un objeto de estudio, sino el medio a través del cual el mundo se nos revela. Se interesan en cómo las cosas «aparecen» en nuestra conciencia, en la intencionalidad (el hecho de que la conciencia siempre es conciencia «de algo») y en la estructura de la experiencia subjetiva.

Fenomenología y aborto

Según la fenomenología, el aborto no es intrínsecamente «correcto» o «incorrecto», ya que esta corriente filosófica se centra en la experiencia vivida y la conciencia subjetiva, en lugar de emitir juicios morales absolutos. La fenomenología se abstiene de clasificar el aborto como un acto moral o inmoral y, en cambio, se enfoca en comprender su significado a través de la conciencia de quienes están involucrados. La fenomenología no ofrece un «sí» o un «no» definitivo al aborto, porque su objetivo no es legislar moralmente, sino describir la estructura de la experiencia humana. Para un fenomenólogo, la pregunta no sería si el aborto es «correcto» o «incorrecto», sino cómo se vive, se experimenta y se significa el aborto cada individuo relacionado directa e indirectamente con él. Su enfoque destaca la complejidad y la subjetividad de la decisión, alejándose de cualquier juicio moral universal.

1.4 Idealismo

El idealismo sostiene que la realidad misma es, en última instancia, de naturaleza mental o espiritual. Filósofos como George Berkeley llevaron esta idea al extremo, afirmando que «ser es ser percibido» (esse est percipi). Desde esta visión, la conciencia no es solo una propiedad de un ser, sino el fundamento de toda la realidad.

Idealismo y aborto

Según el idealismo filosófico, el aborto no es intrínsecamente «correcto» o «incorrecto» de manera universal, ya que esta corriente sostiene que la realidad misma es, en última instancia, mental o espiritual. La moralidad de una acción, como el aborto, no se basa en hechos físicos, sino en cómo se relaciona con la conciencia, la percepción o la idea.

Un idealista podría argumentar que la vida de un ser humano es la manifestación de una conciencia o un espíritu. Desde esta perspectiva, el embrión o feto, incluso en etapas tempranas, podría ser visto como la manifestación incipiente de una conciencia futura. El aborto sería, por lo tanto, la negación de esta manifestación, lo que podría ser considerado moralmente incorrecto.

El aborto como una decisión de la conciencia: Un idealista también podría argumentar que la conciencia de la mujer es la única realidad. En este caso, la decisión de abortar es un acto de la propia conciencia, y la moralidad del acto reside en la idea o la razón que la mujer tiene para tomar esa decisión. Si su conciencia considera que el aborto es la mejor opción para su vida y su bienestar, entonces la acción es coherente con su realidad mental.

A diferencia del materialismo, que se basa en la realidad física de la vida, el idealismo se enfoca en la realidad de la conciencia. Un idealista no se preocuparía por la viabilidad del feto o su actividad cerebral, sino por el estatus ontológico de la conciencia y cuándo comienza. Como la respuesta a esta pregunta no es clara, la moralidad del aborto desde el idealismo es ambigua y depende de la interpretación de la idea de la vida.

¿Qué implica la conciencia?

Independientemente de la corriente filosófica, el concepto de conciencia suele implicar varias características clave:

Subjetividad: La conciencia es inherentemente personal e individual. Nadie más puede experimentar exactamente lo que tú experimentas. Esta es la llamada «perspectiva de primera persona».

Intencionalidad: La conciencia siempre está dirigida hacia algo. Pensamos en algo, sentimos algo, percibimos algo. La conciencia es una actividad que tiene un objeto.

Cualidades (qualia): Este término se refiere a las experiencias subjetivas, como el color rojo, el sabor del chocolate o la sensación de dolor. Los filósofos debaten si estas «cualidades sentidas» pueden ser explicadas por completo por procesos físicos.

Autoconciencia: La capacidad de reflexionar sobre la propia conciencia. Es el reconocimiento de uno mismo como un ser pensante y sintiente, distinto del resto del mundo.

En resumen

La conciencia en filosofía es el problema mente-cuerpo, el estudio de la experiencia subjetiva y la reflexión sobre la naturaleza misma de lo que significa ser un sujeto. Es uno de los problemas más profundos y persistentes que la filosofía ha tratado de resolver sin aun lograrlo.

Filósofos actuales que resaltan

Dualistas 

David Chalmers
John Searle
Richard Swinburne
Lynne Rudder Baker

Materialistas

Paul y Patricia Churchland
Daniel Dennett
Jaegwon Kim
Ruth Millikan

Fenomenólogos

No hay muchos filósofos que se identifiquen estrictamente como «fenomenólogos» en el sentido clásico de la palabra (como lo hicieron Husserl o Heidegger).

Jean-Luc Marion
Donn Welton
Dermot Moran
Evan Thompson
Elizabeth Grosz

Idealistas 

No hay muchos filósofos que se autodenominen «idealistas» en el sentido clásico de George Berkeley, pero sí hay quienes trabajan en variantes de esta postura o que se basan en ella.

Lisa Schipper:
Tim Maudlin
John Foster

Alfonso Mata
Médico y cirujano, con estudios de maestría en salud publica en Harvard University y de Nutrición y metabolismo en Instituto Nacional de la Nutrición “Salvador Zubirán” México. Docente en universidad: Mesoamericana, Rafael Landívar y profesor invitado en México y Costa Rica. Asesoría en Salud y Nutrición en: Guatemala, México, El Salvador, Nicaragua, Honduras, Costa Rica. Investigador asociado en INCAP, Instituto Nacional de la Nutrición Salvador Zubiran y CONRED. Autor de varios artículos y publicaciones relacionadas con el tema de salud y nutrición.
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