Moral en la problemática médica. El caso del aborto. Foto Envato.
Moral en la problemática médica. El caso del aborto. Foto Envato.

Al hablar de este tema, vamos a partir de un hecho: del aborto como interrupción voluntaria del embarazo, ya sea mediante cirugía o medicación. También voy a partir de otro hecho: no estoy ni a favor ni en contra en esta exposición, simplemente planteo argumentos para que el lector medite sobre el caso.

Para empezar, toda persona ante un embarazo ya inminente se hace dos preguntas ¿Qué hago? ¿qué debería hacer? Dos preguntas diferentes. Pero hay dos preguntas que nacen en algunas chicas que no esperaban tal circunstancia: aborto ¿sí o no? ¿Qué pasa si aborto? Este es el punto medular ante el evento del embarazo para muchas mujeres.

Principio

Según el código penal guatemalteco, el aborto es ilegal excepto cuando la vida de la mujer está en peligro. Un proceso de tal naturaleza mal realizado, al que se le denomina aborto inseguro, puede provocar no solo problemas de salud sino la muerte materna y es de preocupación significativa. Aunque las cifras exactas varían, se estima que entre un 4.7% y un 13.2% de las muertes maternas son causadas por abortos inseguros.

Dentro de toda la actividad médica, es en el tema del aborto en el que la gente más discrepa: muchos (médicos y público) lo consideran moralmente inaceptable, mientras que otros lo consideran permisible. La ética tiene mucho que aportar a este debate, al distinguir y aclarar diferentes argumentos a favor y en contra el aborto, al distinguir y aclarar diferentes respuestas a dichos argumentos, al ofrecer argumentos novedosos sobre el tema, al ofrecer nuevas defensas y ataques del aborto y al ofrecer perspectivas innovadoras sobre las cuestiones relevantes en juego para evitarlo.

Por dónde principiar

La pregunta central que se hace la conciencia de cualquier persona en general de entrada es: ¿es moralmente incorrecto el aborto? Esta pregunta tiene importantes implicaciones legales, políticas y sociales. Si el aborto es moralmente incorrecto, sigue siendo una pregunta abierta y adicional a ella se plantea otra: ¿debería prohibirse o restringirse legalmente de alguna manera?  Y también es una pregunta sustantiva ¿cómo una sociedad debería decidir si prohibir o restringir el aborto? Así que una respuesta salida de cualquier mente, tiene que considerar todos esos aspectos, aunque acá solo hablaremos de la cuestión moral.

Entonces, es más que evidente que nos podemos topar con argumentos tanto a favor como en contra, es decir, ataques y defensas contra él.

La principal tesis en contra del aborto se relaciona unánimemente con el derecho a la vida. En defensa de esa defensa a la vida, se ha armado un argumento que podríamos decir básico, estructurado así: 1. El feto es una persona. 2. Todas las personas tienen derecho a la vida. 3. Por tanto, el feto tiene derecho a la vida. Ante ese argumento, la sociedad y el individuo se plantean otra ronda de preguntas: 1. Es moralmente incorrecto matar algo que tiene derecho a la vida. 2. El aborto mata al feto. 3. Por lo tanto, el aborto es moralmente incorrecto.

El contra argumento que se establezca al que hemos llamado defensa a la vida, debe partir de los atributos principales del argumento anterior y en él hay dos conceptos que necesitan aclararse ¿Qué es la vida humana y qué es la persona humana? Por principio no existe una definición universal ni del uno ni del otro, así nos topamos con solo un elemento de definición de persona humana: «cualquier animal que sea un ser humano». Los que contraatacan la moralidad del aborto afirman que «persona humana» significa «persona moral o algo con pleno estatus moral, algo que cuenta completamente para fines morales y que se contrapone a la primera definición ya que de lo biológico va a lo moral como concepción de humano».

Lo que demuestra esa discusión es que el argumento del derecho a la vida, tal como se suele presentar, tiene dos versiones diferentes. Una versión del argumento utiliza «persona» para significar «ser humano como ser biológico» en todo momento afirma que todos los seres humanos, incluso los fetos tempranos, tienen derecho a la vida pues son seres vivos. Pero la otra versión del argumento utiliza «persona» para significar «persona moral» o «ser con pleno estatus moral». Para esta versión del argumento, en tal sentido los fetos humanos no tienen pleno estatus moral.

Derecho a la vida. ¿Quién es? ¿quién y quién se responsabiliza?

En muchos foros éticos médicos se plantea una analogía para estudiar el problema de derecho. Esa analogía la dio hace cincuenta años Judith Jarvis Thomson, una filósofa de moralidad y metafísica y lo único que he hecho en este ensayo, es cambiar personajes no sentido.

Supongamos que Arjona padece una grave enfermedad renal que lo tiene a días de la muerte y el único donante eres tú y te contactan con la siguiente solicitud sorprendente: ¿podrías quedarte en el hospital durante nueve meses, acostado en una cama junto a Arjona, para que tus riñones puedan reciclar su sangre? Eres la única persona adecuada para ayudarlo, y después de nueve meses se habrá recuperado por completo. Lo piensas y, a regañadientes, declinas. Aunque te encantaría ayudar a otra persona pasar nueve meses en el hospital es un sacrificio enorme, que no estás dispuesto a hacer. Al día siguiente, tras declinar, despiertas en el hospital, apegado a Arjona. Resulta que sus fans amantes de su música te secuestraron y durmieron. El médico te dice que, si bien estuvo mal secuestrarte, también estaría mal que te desconectaras: Arjona necesita permanecer apegado a ti ese tiempo o morirá y él tiene derecho a la vida. Si bien tú tienes derecho a controlar lo que sucede en tu cuerpo y lo que le sucede a él, su derecho a la vida es seguramente fuerte también.

¿Qué se puede hacer en este caso? Seguramente te puedes desconectar de Arjona. Así lo afirmarán muchos. Pero esto demuestra que el argumento que hemos estado considerando, el argumento del derecho a la vida, no prospera. Arjona sí tiene derecho a la vida; sin embargo, es permisible dejarlo morir (matarlo en tu caso huyendo del hospital). Por lo tanto, no siempre es cierto que uno no pueda matar a otro ser humano solo porque este tenga derecho a la vida.

El ejemplo de Arjona, parece demostrar que el argumento del derecho a la vida tiene muchas aristas. Cabe señalar que la objeción del caso Arjona defiende el aborto, a la vez que admite el derecho del feto a la vida. El objetor alega que, incluso si el feto tiene derecho a la vida, esto simplemente no implica que el aborto sea moralmente incorrecto.

La consideración del ejemplo Arjona puede ajustar nuestro problema de fijar un marco moral sobre la decisión de abortar un feto. Si bien es natural considerarlo simplemente como la decisión de matar a un ser vivo pudiéndose evitar, la reflexión sobre el caso de Arjona puede llevarnos a verlo más bien como la decisión de brindar asistencia vital a un ser vivo, con el hecho adicional de que uno puede matar a ese ser al evitar brindarle dicha asistencia.

Otros elementos a considerar

Bien, pero la discusión no concluye acá, hay más elementos a considerar en el argumento de borto y derecho a la vida.

Veamos un aporte lógico diferente al que colocamos al principio de este tema y que suma a la propuesta hecha contra la permisibilidad del aborto arriba: 1. Una mujer embarazada que tiene relaciones sexuales consensuadas es responsable de la dependencia del feto hacia su cuerpo. 2. Si usted es responsable de la dependencia de alguien de algo suyo (en este caso su útero), entonces es moralmente incorrecto que se prive de esa cosa. 3. Por lo tanto: el aborto es moralmente incorrecto.

Volvamos ahora el caso Arjona: Supongamos que, tras negarse a ayudar a Arjona, usted se entera que sus fans planean de nuevo secuestrarlo. Podría quedarse en casa, en cuyo caso estaría a salvo o podría seguir con su vida normal, con guardaespaldas contratados, con la esperanza de que cualquier intento de secuestro fracasara. Usted decide seguir con su vida normal, con los guardaespaldas, y aun así es secuestrado y conectado a Arjona. Seguramente, en este caso (según el argumento), aún podría separarse de él (matándolo??). Esto es cierto, aunque su decisión de seguir con su vida normal fue la causa de su secuestro, y en ese sentido, usted es responsable de la situación en la que Arjona depende de usted. Por lo tanto, la afirmación 2 de arriba es muy poco consistente: aunque usted es responsable de su dependencia (en este caso de Arjona), puede privarlo de su ayuda. Seguramente una mujer que tiene relaciones sexuales con anticonceptivos no es más responsable de la dependencia del feto que usted en esta variante del caso de Arjona y así la conclusión de inmoralidad no resulta totalmente aceptable.

Pero en ambos casos hay otra clave en ello ¿el derecho a la vida?

Otro concepto de gran controversia. El mismo plantea dos consideraciones: ¿qué es dicho derecho, ¿qué es la vida? y ¿qué tipo de deberes genera en los demás?

Veamos dos ejemplos sobre una reflexión al respecto: el derecho a la vida no es el derecho a recibir todo.  Fíjese bien en la palabra TODO lo necesario para mantenerla. Si una persona está muriendo y todo lo que necesita para salvar su vida es la bendición del Papa en su frente, no tiene derecho a que él la acompañe a su lecho para curarla con su imposición de manos. De igual manera, Arjona no tiene derecho a secuestrarte, a usar tus riñones para reciclar su sangre. Y no tiene derecho a que permanezcas apegado a él, aunque separarte lo prive de lo necesario para mantener su vida.

Para un ejemplo aún más imaginativo para el caso del aborto. Supongamos que estás atrapado en una casa diminuta con un niño que crece rápidamente. La casa es muy pequeña y el niño es extremadamente grande; si su crecimiento continúa sin control, te aplastará hasta la muerte. El niño mismo saldrá ileso; con el tiempo, crecerá lo suficiente como para que la casa se derrumbe y él pueda caminar libre. ¿Acaso el derecho a la vida del niño significa que no puedes defenderte de la amenaza que representa? ¿Debes simplemente someterte a morir de esta manera? Este es un argumento de amplia discusión y que ha sido argumentado por filósofos y teólogos en todo el mundo respecto al tema del aborto.

Podría parecer que el derecho a la vida es, al menos, siempre el derecho a no desaparecer o ser asesinado. Pero no siempre es incorrecto dejar morir a otra persona, aunque esta tenga derecho a la vida. Si alguien te ataca, y la única forma de defenderte es matarlo, entonces puedes matarlo. Y pensemos de nuevo en Arjona: separarse lo mata, pero es permisible separarse. Estas observaciones podrían parecer demostrar que, si alguien tiene derecho a la vida, no es simplemente incorrecto matarlo, sino más bien es incorrecto matarlo injustamente. Quizás el derecho a la vida sea simplemente un derecho a no ser asesinado injustamente. Pero si esto es correcto, entonces el argumento del derecho a la vida requiere una reflexión diferente que ya no trataremos en esta exposición sino en la próxima.

 

 

 

Alfonso Mata
Médico y cirujano, con estudios de maestría en salud publica en Harvard University y de Nutrición y metabolismo en Instituto Nacional de la Nutrición “Salvador Zubirán” México. Docente en universidad: Mesoamericana, Rafael Landívar y profesor invitado en México y Costa Rica. Asesoría en Salud y Nutrición en: Guatemala, México, El Salvador, Nicaragua, Honduras, Costa Rica. Investigador asociado en INCAP, Instituto Nacional de la Nutrición Salvador Zubiran y CONRED. Autor de varios artículos y publicaciones relacionadas con el tema de salud y nutrición.
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