Enfoque selectivo de médicos y enfermeras en uniformes y máscaras médicas hablando. Foto: La Hora /Envato-Por LightFieldStudios
Enfoque selectivo de médicos y enfermeras en uniformes y máscaras médicas hablando. Foto: La Hora /Envato-Por LightFieldStudios

Creo que todo médico a lo largo de su vida se ve sometido a dos relaciones fascinantes: un ambiente familiar o amigable que enriquece su interior espiritual y por otro lado el contacto con sus enfermos, que enriquece su saber y conocimiento también.

La relación médico-enfermo entra en juego con cada interacción entre estos dos actores. Puede ser diferente para un mismo médico cada una de ellas y también lo es diferente de un enfermo a otro. Cosa similar sucede en el enfermo y mucho del éxito del uno (curar) y del otro (curarse) se centra en esa relación. La ciencia ha demostrado que la experiencia de cada una de las relaciones interindividuales en ese acto, es un soporte interesante y su intercambio, fundamental para el análisis de la relación médico-paciente y el éxito en el manejo de la enfermedad en cada una de sus fases. Hay que hacer un balance de las dificultades que supone para un médico trabajar la relación médico-paciente en el día a día. Sin embargo, parece necesario que todos lo investiguemos con vistas a una mejor alianza terapéutica con el paciente.

Todo lo anterior, significa que el médico debe estar dotado de cualidades especiales si quiere entablar una relación adecuada con el paciente, que no basta con la sabiduría y eso lo sabían hasta los antiguos antepasados nuestros. En efecto, Bernardino de Sahagún, ese franciscano considerado el primer analista de la antropología indiana que viviera al principio de la colonización nos presenta en uno de sus escritos las cualidades que los Aztecas esperaban del médico así:  «…debe ser un modelo, parecido a un faro, un espejo brillante: debe ser muy educado, llevar libros, mantener tradición, conocer sus responsabilidades y servir de guía. Cuida bien las cosas; es consejero, maestro en la verdadera doctrina, digno de confianza, confesor, hombre confiable. Muestra el camino, restablece el orden; debe tener conocimiento del dominio de los muertos; es digno, está a salvo de todo reproche; inspira confianza. Él es muy comprensivo; tranquiliza, calma, ayuda, responde a lo que se espera de él, da esperanza, comparte sus conocimientos. Está completo. Un mal médico es de mente estrecha, estúpido y vanidoso, que dice ser digno de confianza y sabio; es un hechicero, un adivino, un ilusionista, un engañador, un ladrón público; arruina, causa el mal, extravía, destruye a los seres y los mata”.

La búsqueda del significado de las interacciones se ha convertido, en mi opinión, en un medio para analizar la relación médico-paciente. Se ha encontrado que esa relación exige un poco más que las cualidades señaladas por los aztecas. La interacción entre médico y paciente comprende aspectos de comunicación que van más allá de los comunes entre dos seres humanos cualesquiera e involucra aspectos peculiares de los roles adoptados exclusivamente por médicos y pacientes. Las interacciones entre esos dos actores implica no solo lo verbal, lleva implícito y manifiesta elementos no verbales o modificados por el entorno, están sujetos al significado que les dan los protagonistas a lo que buscan lo que entienden y lo que esperan ante una enfermedad y males que uno los sufre y el otro trata de entender y apoyar a su solución y todo ello también influye en la relación médico-paciente.

Luego se puede decir que existe una etnografía de las interacciones que tienen lugar entre nuestros personajes: «La esencia de la medicina reside (…) en la relación médica y, más precisamente, en el encuentro con el paciente» y acá tropezamos con el primer problema de actualidad aún no resuelto: el médico moderno se está relacionando más con aspectos y manifestaciones de la enfermedad que con el enfermo. Se ha roto esa obligación de seguir a sus pacientes durante varios años, se establece un vínculo de una primera reunión a lo sumo tres y se acabó, se conocen padecimientos no personales y con eso se rompe una tradición de que es necesario «utilizar la interacción de la consulta como herramienta terapéutica».

Así, las nociones de relación médico-paciente, comunicación y empatía se están destruyendo e incluso resulta más que verídico que en la actualidad el estudiante ya no aprende a dominar la relación médico-paciente y mucho menos conoce de la diferencia de que esa relación entre en enfermedades agudas graves y en enfermedad crónica. Puede ser que muchos médicos justifican su planteamiento de diagnóstico y terapéutico basándose en datos científicos actuales (…). pero de eso a comunicar y plantear soluciones, compartirlas y tipificarlas según el caso dista mucho trayecto e incluso muchas veces lo que hace lo hace sin respetar la ética y los derechos de sus enfermos. Creemos que se ha tenido al menos un estancamiento en la evolución del significado de la relación en la interacción médico-paciente se ha perdido ese juego de poder entre confianza y conciencia. Se trata de un modelo muy asimétrico entre dos actores, que reduce al paciente a un papel pasivo en el mejor de los casos o a su ignorancia en el peor. Es como si retrocediéramos a aquel dicho inválido de hace décadas. El paciente debe reconocer su incompetencia para curarse a sí mismo y tiene la obligación moral de cooperar con el médico, ignorando que para que se dé una verdadera cura, el paciente debe ser un actor en la relación: es fe y confianza por parte del cliente y autoridad por parte del cliente lo que debe privar en esa relación. Un “orden negociado”, en los que ninguno de los socios tiene, a priori, una supremacía definitiva. La enfermedad tiene una historia, el enfermo también, lo que resulta de esa interacción es lo que provoca el comportamiento de la enfermedad.

Existe evidencia sustancial de que las cualidades de las interacciones entre pacientes y médicos tienen un impacto significativo en varios resultados relacionados con la salud, incluida la adherencia del paciente al consejo médico, el aprendizaje de información relevante por parte del paciente y la satisfacción con diversos aspectos de la atención médica y la prevención. De tal manera que la tradición de conferir al médico la responsabilidad de esta interacción ha dejado de ser cierta y muchos pacientes no están dispuestos a aceptar estrictamente lo que dice el médico, de hecho una de las razones mas importantes para el fallo en los tratamientos y por consiguiente del control y solución de una enfermedad tiene que ver con incumplimientos terapéuticos, situación que se relaciona con fallos en esa relación. En nuestro caso, por ejemplo, la insatisfacción con la forma en que se prestan los servicios médicos en el IGSS y el MSPAS contribuye a una excesiva y costosa «compra de médicos» en lo privado al enfermo. Y el aumento de la creciente proporción de pacientes con enfermedades crónicas y las limitaciones de la medicina curativa pública para mejorar sus enfermedades, les obliga a gastos indecorosos o bien a un mal manejo de las enfermedades y su agudización.  No veo por otro lado que las facultades de medicina, en respuesta a lo arriba planteado hayan desarrollado o adoptado programas que enseñan habilidades interpersonales a estudiantes de medicina y médicos tendientes a fortalecer y hacer más consistentes las habilidades necesarias para que los pacientes se sientan más cómodos en los encuentros clínicos y mejorar las atribuciones de los pacientes a las habilidades curativas de los médicos y a la solución del problema que aqueja a sus pacientes.

CONTINUARÁ

Alfonso Mata
Médico y cirujano, con estudios de maestría en salud publica en Harvard University y de Nutrición y metabolismo en Instituto Nacional de la Nutrición “Salvador Zubirán” México. Docente en universidad: Mesoamericana, Rafael Landívar y profesor invitado en México y Costa Rica. Asesoría en Salud y Nutrición en: Guatemala, México, El Salvador, Nicaragua, Honduras, Costa Rica. Investigador asociado en INCAP, Instituto Nacional de la Nutrición Salvador Zubiran y CONRED. Autor de varios artículos y publicaciones relacionadas con el tema de salud y nutrición.
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