Ahora las personas llegan al trabajo, se cambian, saludan y se ponen a hacer sus tareas olvidándose del vecino. Foto La Hora / Envato - Por astrakanimages
Lo particular del tema

Literatos, filósofos y científicos de las ciencias sociales, desde mucho han venido señalando que el trabajo en nuestro tiempo, pierde cualidades que en otro tiempo fueron muy apreciadas. Ahora las personas llegan al trabajo, se cambian, saludan y se ponen a hacer sus tareas olvidándose del vecino y de los demás y viendo cómo se mantienen en sus puestos, incluso eso signifique entrar a lo ilegal e ilegítimo.

Hay que partir que el trabajo es fuente de relaciones sociales, identidad, crecimiento personal, contactos naturales y emocionales y físicos y no solo seguridad financiera. Por tanto, el trabajo puede promover o alterar la salud, lo que significa que el entorno laboral puede causar problemas de salud, incluso a través de lesiones y exposición a condiciones perjudiciales que tendrán su efecto más adelante en la vida y debemos entender que actualmente el desplazamiento al lugar de trabajo es ya una parte de ese entorno desfavorable.

En el análisis de la salud y su relación con el trabajo, podemos partir del hecho de que las actividades humanas que giran alrededor de la vida laboral han crecido en demanda y tiempo y en ansiedad producida y en ello hacinamiento, desplazamiento, desarrollo tecnológico, clima, organización y atención familiar, son factores que cambian las exposiciones en el trabajo a riesgos a la salud.

El sistema de salud y el trabajo

Entonces de parte del sistema nacional de salud a efecto de brindar un mejor servicio, cabe preguntarse desde los riesgos por trabajo hasta si quienes trabajan tienen, en promedio, mejor salud que quienes no trabajan y eso en qué grupos y tipos de trabajo sucede y cómo se ve alterado por los tiempos. Por ejemplo, es un hecho de que alteraciones de salud a cualquier edad, expulsa a las personas de la vida laboral a los que tienen mayores problemas de salud. De igual forma, aquellos que padecen enfermedades crónicas y limitaciones físicas enfrentan más obstáculos en su camino hacia la vida laboral. De igual manera, no se puede negar que las condiciones relacionadas con el trabajo, un buen trabajo y atractivo desde el punto de vista emocional y físico, promueven la salud. Esto es algo parecido a lo que sucede con la educación escolar.

Bajo los aspectos señalados, se vuelve claro que una primera tarea del salubrista que trabaja este campo, es indagar sobre el grado de satisfacción con el trabajo y sobre los motivos de insatisfacción cuando la hay. Por ejemplo, la pandemia ha actuado como nuevo marcador de algunos cambios en la vida laboral, especialmente en lo que respecta a la adopción de la interacción digital y el establecimiento del hogar como un nuevo ámbito laboral. Esto último puede aportar una serie de ventajas, como una mayor flexibilidad en relación con cuándo y dónde trabajar, y mejores oportunidades de trabajar sin interrupciones para quienes pueden realizar su trabajo desde casa.

Con todo lo anterior, creemos que tanto el IGSS como el MSPAS se deberían de preocupar por entender el aspecto laboral actual y de encontrar y preservar los aspectos de la vida laboral que promueven la salud, al mismo tiempo que ser conscientes de las condiciones de riesgos nuevos y poder recomendar legislación al respecto. Condiciones tales como: exposiciones químicas, físicas, ergonómicas y psicosociales están en constante cambio y aumentan el riesgo de enfermedad y deterioro funcional si no se les vigila con cuidado y, por tanto, constituyen también elementos determinantes para la posibilidad de bajas por enfermedad. Como seguir, entender y prevenir y controlar situaciones desfavorables a la salud laboral ha sido poco estudiado en nuestro medio y por consiguiente abatir la incidencia y prevalencia de abandonos y deterioros no tiene un plan estratégico establecido, siéndole lo más fácil muchas veces al sistema laboral y al  patrono el despido. La capacidad funcional, la competencia y los requisitos del trabajo son importantes para determinar si el individuo puede realizar el trabajo y vivir sanamente.

Legislación

Al sistema nacional de salud y al sistema laboral, les es necesario una ley que regule trabajo y salud y para ello necesitan tener claridad en relación a lo que sucede a nivel nacional en cuanto por ejemplo la proporción de personas que trabajan en qué y en dónde y cómo, la cantidad de personas con licencia por enfermedad y tipo de enfermedad y atención y la proporción de personas que reciben prestaciones por discapacidad. Todo ello varía con el tiempo y lugar. Los cambios relacionados principalmente con cambios estructurales, como cambios cíclicos de tipo y acceso al trabajo y cambios en las regulaciones relativas a la concesión de licencias por enfermedad y prestaciones por discapacidad son otros elementos a considerar para la fijación de marcos normativos preventivos y una mejor atención a la salud.

El aspecto demográfico no puede olvidarse en un buen análisis. La edad, por ejemplo, se conoce que tiene importante papel dentro de lo laboral y salud. En países desarrollados, en el varón se ha encontrado que las bajas por enfermedad en lo laboral, aumentan con la edad de los hombres, con excepción del grupo de mayor edad (65-69 años). Entre las mujeres, por el contrario, la baja por enfermedad es ligeramente mayor entre las edades de 30 y 40 años que entre las de 40 y 50 años. Esto último está relacionado, entre otras cosas, con las bajas por enfermedad relacionadas con el embarazo, pero también por insatisfacción a lo que hacen.

Por lo anterior entonces, entramos a la importancia que reviste el sexo. Definitivamente, hay diferencias en las bajas por enfermedad y la discapacidad relativa entre mujeres y hombres y eso desde los momentos del desplazamiento al trabajo hasta el regreso a casa. Ya sea que esto se analice dividiendo entre hombres y mujeres, o por enfermedad y discapacidades por cada 1.000 para mujeres y hombres. Es por ello que para el sistema de salud, se vuelve necesario poseer conocimientos suficientes sobre qué puede explicar las diferencias en las bajas por enfermedad y la discapacidad entre hombres y mujeres, y cuáles pueden ser medidas efectivas para reducir la diferencia, cosa que en la actualidad no se hace ni existe y que va más allá de ver  solo las condiciones laborales y en ese análisis no cabe duda que hombres y mujeres son diferentes cuando se trata de salud. Los trastornos musculoesqueléticos, así como los trastornos psicológicos como la ansiedad y la depresión, se reportan con mayor frecuencia entre las mujeres que entre los hombres, y son los diagnósticos más utilizados que forman la base de la baja por enfermedad.

Finalmente se debe entrar en lo social. Existen diferencias socioeconómicas en materia de bajas por enfermedad y prestaciones por discapacidad: Las prestaciones por discapacidad debidas a trastornos musculoesqueléticos son, por ejemplo, mucho más comunes entre las personas con un nivel educativo bajo que entre las personas con un nivel educativo alto y estas personas es más posible que se hallen en el trabajo no formal y por su cuenta. La diferencia puede explicarse en parte por el hecho de que los factores de riesgo de bajas por enfermedad y prestaciones por discapacidad son más frecuentes en empleos con salarios más bajos y bajos requisitos de educación. Esto se aplica, por ejemplo, al trabajo físico duro, al levantamiento de objetos pesados ​​con torsión de la espalda, a las posiciones de trabajo exigentes, a las vibraciones de todo el cuerpo, al trabajo monótono, al poco control sobre las tareas laborales y a la poca flexibilidad en los horarios de trabajo y a las malas dietas.

Factores muy diferentes puede ser que limiten a los trabajadores de oficina. Lo que queremos decir es que los factores mecánicos y psicosociales del entorno laboral  se va a encontrar que son diferentes en cuanto a tipo de trabajo, forma de realizarlo, nivel educativo, hábitos, etc. y, por otro lado, es claro que los lugares de trabajo con menores requisitos de educación, a menudo son los que presentan más dificultad para adaptar la situación laboral a las dificultades de salud y en donde el acceso a servicios de salud está más restringido. En este aspecto, otro elemento que merece consideración es que los empleados asalariados y por su cuenta, con menor educación y preparación también pueden tener mayores dificultades para encontrar un nuevo trabajo y al que acceden presenta menos condiciones laborales adecuadas para mantener su salud.

Conclusión

El trabajo proporciona principalmente seguridad financiera. Cuando el ambiente de trabajo es satisfactorio, el trabajo en sí también puede ser positivo física, mental y emocionalmente. Para muchos, el trabajo es una fuente importante de seguridad y crecimiento personal. El trabajo también estructura la vida cotidiana, da sentido y es una parte importante de la identidad social de muchas personas. Hay indicios claros de que la pérdida del trabajo da como resultado una peor salud mental, mientras que el regreso al trabajo afecta la salud mental en una dirección positiva. En lo que respecta a la transición a la jubilación, no hay conclusiones claras.

Los factores psicosociales del entorno laboral, como la presión del tiempo, los conflictos de roles y el bajo control laboral, aumentan el riesgo de trastornos musculoesqueléticos y aparecimiento de enfermedades crónicas.

La inhalación de polvo, humo, gas y vapor, el contacto de la piel con productos químicos y otros factores químicos del entorno laboral aumentan el riesgo de EPOC y otras enfermedades respiratorias, cáncer y enfermedades cardiovasculares.

Hay elementos del ambiente laboral poco estudiados.  El ruido, por ejemplo, en países desarrollados se ha encontrado que es principalmente un factor de riesgo de problemas de audición, pero también se asocia con un mayor riesgo de enfermedad cardiovascular y demencia.

La forma y tiempos de desplazamiento al lugar de trabajo, en nuestro medio, se ha vuelto un factor de primera magnitud como problema de salud. Los accidentes de moto son un ejemplo de ello.

El lugar de trabajo es un ámbito importante para el trabajo preventivo que debe merecer mayor atención de parte del IGSS y el MSPAS. Hay relativamente poco conocimiento sobre cómo las distintas empresas trabajan realmente con el trabajo preventivo y menos como se podría lograr eso con trabajadores por cuenta propia.

Alfonso Mata
Médico y cirujano, con estudios de maestría en salud publica en Harvard University y de Nutrición y metabolismo en Instituto Nacional de la Nutrición “Salvador Zubirán” México. Docente en universidad: Mesoamericana, Rafael Landívar y profesor invitado en México y Costa Rica. Asesoría en Salud y Nutrición en: Guatemala, México, El Salvador, Nicaragua, Honduras, Costa Rica. Investigador asociado en INCAP, Instituto Nacional de la Nutrición Salvador Zubiran y CONRED. Autor de varios artículos y publicaciones relacionadas con el tema de salud y nutrición.
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