Foto La Hora / envato - Por Wavebreakmedia
Problema

La puesta en marcha del Programa de Salud Escolar (PSE) garantiza la atención médica decía un titular del diario oficial el 4 de marzo del presente. Creo que el debate de la salud del adolescente no ha sido bien enfocado ni antes ni ahora de ese programa y eso por una sencilla razón: se carece de un perfil epidemiológico preciso sobre la salud en esas edades y en los diferentes nichos geográficos y sociales, que permita un balance adecuado en lo que debe ser la prevención y atención de los problemas de salud de esta población.

Partamos de una pregunta ¿Realmente el objetivo principal de este programa con su herramienta la atención médica, debería ser garantizar la permanencia de los estudiantes en las aulas o mantener la matrícula? Y ¿por qué no, deseamos que su salud (alumnos y maestros) no decaiga y que su estado de ánimo esté siempre en el mejor momento y que el desarrollo de ese escolar y adolescente sea de lo mejor y que su familia sea cálida y acogedora? Creo que desde su objetivo, el programa ha sido deficientemente planteado.

De primas a primeras, el programa se dirige a la atención ante enfermedad y muy poco, muy poco a la prevención. Igualmente, hay en este, como en otros programas dedicados a la niñez, poca importancia en diseño, ejecución y evolución, con la participación de los padres. Pareciera que ellos no cuentan en el problema, que no tienen voz ni voto y responsabilidad en la salud de sus hijos, que no se preocupan por ellos, etc. ¿De dónde viene este desvanecimiento o poca atención y participación de los padres en los programas? Pareciera que a los ojos de los autores de este proyecto, los padres son solo una especie de inexistentes e incompetentes. Y el profesor… ¿no sabe cómo llamar la atención sobre la prevención y fortalecer acciones? Es una pena esas carencias participativas.

Para el Ministerio de Salud también se le plantea cuesta arriba abrir un programa adecuado para atender la salud de esta población, pues carece de elementos fundamentales para formularlos técnicamente bien ¿Cómo son los escolares en Guatemala y qué hábitos de vida tienen en sus diferentes estratos? ¿Cómo han cambiado con el tiempo la salud y los estilos de vida de los escolares? ¿Existen diferencias en salud y hábitos entre diferentes grupos de escolares y géneros? No conocemos con exactitud las diferencias en todos los condicionantes de la salud entre niñas y niños, escolares de diferentes edades, de diferentes regiones de nacimiento y con diferentes condiciones socioeconómicas, organización del hogar, aunque algo se ha investigado como veremos luego.

Datos sobresalientes al tema para el adolescente y le niño

En cuanto a las relaciones ambientales y la salud de niños y adolescentes, también tenemos grandes lagunas de conocimientos. No sabemos, por ejemplo, si la mayoría de los niños pueden hablar con sus padres sobre sus inquietudes respecto a su salud y aunque podría sospecharse que un buen porcentaje de adolescentes pueden hacerlo, ignoramos si esa orientación es adecuada, en qué si en qué no. Claro que puede ser útil y provechoso el hecho de que muchos de los niños y adolescentes están en contacto con amigos o familiares a través de las redes sociales casi todo el tiempo durante el día y ahí pueden encontrar orientación, pero ¿es la adecuada?

Otro elemento a considerar es el ambiente y su salud. Ignoramos si niños y adolescentes se sienten satisfechos en el ambiente hogareño y de la escuela, su grado de disfrute en la escuela, así como el estrés que esta pueda producirle. Igualmente, y a pesar de tener datos, de sus hábitos de ejercicio, dieta, drogas y consumos como de alcohol y cigarrillo, ignoramos la correlación de estos factores con su estado de salud y su desarrollo y su bienestar.

La proporción de personas con sobrepeso u obesidad ha venido aumentando y en nuestro medio a estas edades ya se ha detectado a nivel nacional que adquiere importancia como problema, pero aún falta indagar sobre sus causas y motivos.

El sistema de salud por su lado, no tiene adecuados registros sobre la proporción de indicadores que señalen presencia o riesgo de enfermedades de larga duración presente o futura, discapacidad u otros problemas de salud. Encuestas en países desarrollados indican que estos problemas han aumentado entre los niños y las niñas y especialmente en adolescentes por encima de 15 años. Que alrededor de uno de cada cuatro niños tienen una enfermedad crónica, una discapacidad u otro problema de salud crónico.

La salud reproductiva y la actividad sexual es otro hecho mal documentado, al igual que sobre su problemática preventiva y su atención. La salud mental es igualmente vulnerable a esas edades e ignoramos el nivel de satisfacción con la vida que tienen los niños y las niñas y sus razones y proporciones, autoeficacia y autoestima, cómo se comportan. Muchos escolares y adolescentes tienen problemas psicológicos y somáticos recurrentes como sentirse irritados o de mal humor, tener dificultades para dormir, dolores de cabeza o de estómago. Muchos de ellos viven en medio de violencia hogareña y escolar que se ignora su magnitud.

Lo cierto es que hábitos indebidos y padecimientos físicos, mentales y emocionales a estas edades, muestran en varios estudios mundiales, que estos niños están más estresados ​​en las actividades que realizan, y en el caso de escolares por las tareas escolares (lo que puede hacerles de disconfort la escuela), más expuestos al acoso escolar y, algo más a menudo, tienen hábitos de vida más riesgosos que otros niños. Esto significa un mayor riesgo de mala salud entre estos niños y un futuro menos propenso de esta.

Guatemala y la encuesta escolar 2015

Entonces que sabemos. Existe una encuesta a escolares como parte de la encuesta mundial a escolares realizada en Guatemala. Los temas tratados en dicha encuesta fueron: Conductas alimentarias (el 55% reportó haber consumido comida salada como papalinas, tortrix, etcétera, al menos una vez al día en el último mes). Higiene (El 45% de los encuestados reportó que no hay una fuente de agua potable para beber en su establecimiento educativo). Salud mental (En general, el 18% de encuestados han considerado suicidarse en el último año, teniendo la proporción más alta los establecimientos públicos de la capital con un 23.89%, en comparación con un 18.6% de establecimientos privados de la capital y con un 17.36% del resto del país.  Otros temas tratados en la encuesta se relacionan con violencia, actividad física y conducta sexual.  Composición corporal (sobrepeso ) arrojando los siguientes datos esquematizados en el siguiente cuadro:

LHSalud 12-4

II encuesta nacional de discapacidad 2018

Esta encuesta demostró que una de cada diez personas en nuestro medio padece de una discapacidad, entendida esta como mucha dificultad o no puede hacer algo en cualquier dominio físico. En niños se encontró que esto puede definirse como ansiedad, movilidad y dificultad en mantenimiento de relaciones interpersonales y sus magnitudes, al igual que trastornos de visión y audición. Esos trastornos se encontraron asociados a un nivel socioeconómico más pobre e igualmente se encontró que en esos niños sus papás era más probable que no vivieran con ellos y que asistieran en menor proporción a la escuela. Clara fue la muestra de necesidades insatisfechas.

Conclusión

Los pocos hallazgos que se tienen en Guatemala resultan suficientes como para entender que la salud del escolar y el adolescente es un problema nacional de salud que va más allá de solo mejoras al acceso a la atención médica a los escolares. Los datos disponibles a la fecha, los análisis de las investigaciones realizadas, no resultan suficientes para elaborar un programa de salud escolar completo y eficiente. Se carece de información por ejemplo de cómo interactúan y cómo construyen sus identidades los escolares y adolescentes en los medios en que se desenvuelven ya que la sensibilidad a las opiniones de los amigos, maestros, la autoexpresión y el desarrollo de la identidad son necesidades bien establecidas durante la adolescencia que es poco probable que cambien dentro de 10 o 20 años siguientes a esa edad y eso en cuanto a constitución de creencias y hábitos resulta fundamental.

Con el objetivo de sentar las bases para un programa de salud a escolares y adolescentes una comprensión de cómo sus relaciones sociales y ambientales interactúan con su desarrollo, son necesarias para influir en los conocimientos y comportamientos de los adolescentes y su salud y bienestar.

La adolescencia es una época de enormes desafíos cognitivos, sociales, emocionales y cambio físico. Estos cambios implican tanto oportunidades de maduración como vulnerabilidad a factores estresantes ambientales. Se ha encontrado que existe un desajuste en el momento de la maduración en diferentes sistemas cerebrales y la capacidad de estos sistemas para comunicarse, que deben readecuarse y eso esta relacionado con la salud. Pero también que en muchos otros sistemas existen una readecuación en miras a un futuro: sistema digestivo circulatorio, hormonal relacionado con dieta, ejercicio y hábitos Es entonces que uno debería de pensar en el sistema de salud escolar no como un servicio clínico únicamente sino ir más allá: la formación de un ciudadano y sus capacidades. Una ampliación de las políticas públicas al respecto.

Debemos tener claro que cualquier desajuste físico, mental y emocional en el desarrollo, puede dejar a los adolescentes con controles menos maduros para emitir buenos juicios y regular las emociones y los impulsos, especialmente cuando las emociones son intensas y de proporciones limitantes. Por lo tanto, los procesos de maduración subyacentes que operan durante esta etapa del desarrollo, deberían ser el centro de estos programas. Es posible pensar entonces y lo dejo como hipótesis, que los adolescentes sean más vulnerables física mental y emocionalmente o al menos tanto, en comparación con los niños más pequeños o los adultos, a las posibilidades de lo social y lo ambiental en que viven y que el programa nacional a escolares y adolescentes debe dirigir su objetivo al ataque a esas circunstancias adversas y no a logros solamente en cantidades de participación y coberturas escolar y atención de males y enfermedades padecidas.

Referencias
  1.  file:///C:/Users/HP/Desktop/PEIS_005.pdf
  2.  Fuente: https://www.unicef.org/guatemala/informes/ii-encuesta-nacional-de-discapacidad-en-guatemala
Alfonso Mata
Médico y cirujano, con estudios de maestría en salud publica en Harvard University y de Nutrición y metabolismo en Instituto Nacional de la Nutrición “Salvador Zubirán” México. Docente en universidad: Mesoamericana, Rafael Landívar y profesor invitado en México y Costa Rica. Asesoría en Salud y Nutrición en: Guatemala, México, El Salvador, Nicaragua, Honduras, Costa Rica. Investigador asociado en INCAP, Instituto Nacional de la Nutrición Salvador Zubiran y CONRED. Autor de varios artículos y publicaciones relacionadas con el tema de salud y nutrición.
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