Foto La Hora/Cortesía

Desde mediados del siglo pasado hasta la actualidad, las intervenciones de salud pública gubernamentales, privadas, y de organizaciones no lucrativas (ONG´S), han permitido: mejorar los accesos a servicios, ampliar coberturas, y mejoras significativas en la salud de los diferentes grupos de población, que bien las documentan las reflejan las estadísticas de mortalidad y morbilidad de algunas enfermedades. Sin embargo, aún hay desafíos importantes que debemos enfrentar, especialmente desigualdades en la forma en que se tratan las condiciones de riesgo y el acceso a los servicios y en la forma en que se previenen. Eso significa que amplios grupos de población tienen insificiente o ningún acceso a la información, la atención y el apoyo que pueden ayudarlos a vivir sanamente y cuando hay afección, a vivir bien y a permanecer independientes.

Mejorar salud para todos, es trabajo central de cualquier gobierno y en mi opinión nuestros posibles presidenciables, deberían exponer con claridad su programa sobre este tema, para reducir las desigualdades en los resultados de salud que en la actualidad padecemos: Enfoques de gobierno sobre cómo se podría ir más allá en la prevención-atención clínica de enfermedades transmisibles y no transmisibles; vinculación de compromisos MSPAS, IGSS y Sistema Privado, para que las personas puedan acceder a procesos preventivos y curativos que sean más adecuados, eficientes y saludables.

Hay recomendaciones que me nace lanzar a los presidenciables ante el crecimiento de inequidad y deficiencias actuales de todo el sistema nacional de salud (SNS), que en mi opinión si no se implementan debidamente, no transformaran el impacto del SNS  en la salud de la población actual y de los próximos años y que deben hacerse a la luz de tres grandes objetivos:

1º empoderar a las personas y el personal de salud, con el conocimiento, las herramientas y el apoyo que necesitan para gestionar mejor unos, su propia salud y los otros, sus prestaciones a individuos y población. Eso significa también:

2º reducir la desigualdad de prestaciones y accesos de sistemas y servicios de salud y finalmente

3º es necesario proporcionar una nueva forma de entender la salud que a la vez concientice y haga participar a todos.

Nacionalmente, en todos los niveles sociales y políticos, necesitamos ver la salud como “un activo” en el que invertir a lo largo de nuestras vidas, y no solo como un problema, para solucionar cuando sale la enfermedad.

Bajo los objetivos planteados, urge al SNS reinventarse ¿Qué quiere decir eso? En mi opinión, montar las seis siguientes estrategias:

1º Basar el trabajo del SNS en una vigilancia epidemiologia constante y crítica, que permita la detección y la reducción-corrección temprana en los factores de riesgo a la salud. Un hacer salubrista basado en una verdadera teoría de la necesidad y en una ética de equidad.

2º Lanzamiento de una oferta digital: la revolución digital en el cuidado y sostenimiento de la salud ha llegado a tal nivel que permite y tiene ya el potencial de transformar entre otras cosas los costos de la salud y a la vez su eficiencia y eficacia.

3º Construcción de un compromiso sostenido institucional-poblacional a través de un control único o un programa longitudinal de diálogo, medición y gestión, de los factores de riesgo de enfermedades y de su atención y enfoque.

4º Mejorar y aumentar la participación de toda la población, así como priorizar enfoques a las que corren mayor riesgo, teniendo en cuenta factores como la privación social y económica, el origen étnico y la geografía y cultura y tradición médica, con el fin de obtener una mayor adopción de comportamientos más saludable que puede reducir las cargas de morbilidad actual y futura.

5º Abordar las condiciones sociales y ambientales en la prevención de enfermedades de manera integral y complementaria ya que estas siguen siendo la causa importante de morbilidad y mortalidad; eso permitiría tratar a las personas y no solo a las enfermedades.

6º Crear un sistema de aprendizaje institucional y poblacional.

En todas esas estrategias, se torna fundamental una implementación y  evaluación técnico-científica robusta y una auditoria social empoderada, para mantener la calidad y la rápida incorporación de cambios y para que los Programas estén siempre actualizados dentro de una eficiencia y eficacia.

Es innegable que las instituciones que componen el SNS como lo son el MSPAS, el IGSS y el Sistema Clínico Privado, funcionan dentro de una variación significativa e individualista, en cuanto a su  aceptación y el seguimiento de los riesgos para la salud de la población y a eso se suma un bajo acceso que tienen muchas personas, de beneficiarse de un servicio institucional y profesional. Por lo tanto, la gobernanza del SNS es el elemento central, para considerar si es factible montar las estrategias arriba mencionadas y esperar los cambios que eso significa.

¿Qué significa cambiar la gobernanza en salud del SNS? En mi opinión seis intervenciones:

1º Hacer las cosas de manera diferente: elemento fundamental en esto es dar a profesionales y técnicos de salud  y a las personas, más control sobre su propia salud y la atención que reciben y eso dentro de la gobernanza del SNS significa: fomentar una mayor colaboración entre los médicos y profesionales de la salud, sus equipos y los individuos y organización comunitarias. Eso significa crear verdaderas “redes de atención primaria”, para aumentar los servicios que pueden brindarse de manera conjunta, y aumentar el enfoque en las organizaciones, como “Sistemas de atención integrada”, para planificar y brindar servicios que satisfagan las necesidades de las comunidades.

2º Prevención de enfermedades. Las causas más importantes de mala salud, no necesariamente y en general tienen que ver con intervenciones propiamente de la medicina sino con una lógica de organización y comportamiento social muy compleja, incluidos hábitos y costumbres por ejemplo el superar el fumar, los problemas con la bebida y evitar la diabetes tipo 2, pero también con la forma de uso y deterioro ambiental, relaciones laborales, con un enfoque particular en las comunidades sobre esto y sobre cómo impacta en un estilo y modo de vida.

3º Abordaje de las desigualdades en salud: con esto nos referimos tanto a prestaciones, como en acceso a los programas preventivos y curativos que genera toda una teoría de la necesidades de medicina y salud, que se debería de abordar en base  a las concepciones plasmadas en nuestra Constitución sobre  derechos humano en el tema.

4º Respaldar la fuerza laboral salubrista: Eso no solo significa cantidad sino calidad: capacitar y reclutar a la vez que un mejor lugar para trabajar, para que más personal permanezca y se sienta capaz de hacer un mejor uso de sus habilidades y experiencia para los pacientes.

5º Hacer un mejor uso de los datos y la tecnología digital: esto en ambas vías: técnicos y profesionales de la salud población una “puerta de entrada digital” basada en prestación de datos y su análisis.

6º Descongestión de procesos burocráticos: abaratar, y reducir gastos en administración.

Estas acciones y las estrategias antes mencionadas, deben trabajar juntas a fin de que no queden en papel. Otras serán las estrategias para convertirlas en acciones locales para mejorar los servicios y la salud y el bienestar de los individuos

Alfonso Mata
Médico y cirujano, con estudios de maestría en salud publica en Harvard University y de Nutrición y metabolismo en Instituto Nacional de la Nutrición “Salvador Zubirán” México. Docente en universidad: Mesoamericana, Rafael Landívar y profesor invitado en México y Costa Rica. Asesoría en Salud y Nutrición en: Guatemala, México, El Salvador, Nicaragua, Honduras, Costa Rica. Investigador asociado en INCAP, Instituto Nacional de la Nutrición Salvador Zubiran y CONRED. Autor de varios artículos y publicaciones relacionadas con el tema de salud y nutrición.
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