Chocolate y diabetes tipo 2
Desde hace algunas décadas, se viene afirmando que los compuestos del cacao y el chocolate tienen beneficios cardiovasculares establecidos, incluidos los efectos beneficiosos sobre la resistencia a la insulina, un factor de riesgo para la diabetes mellitus tipo 2 y de ahí la importancia de la relación diabetes y chocolate.
Un estudio reciente analizó esto. La ingesta habitual de chocolate, fue medida mediante un cuestionario de frecuencia alimentaria y se relacionó con la prevalencia de diabetes mellitus (transversalmente) y con el riesgo de diabetes medido aproximadamente cinco años después (prospectivamente). También se examinó la relación entre la diabetes (el predictor) y el consumo de chocolate (el resultado) hasta 30 años después.
Los hallazgos sugieren que las relaciones entre el chocolate y la diabetes tipo 2 pueden ser bidireccionales. La ingesta de chocolate se asoció inversamente con la diabetes tipo 2. En comparación con los participantes que consumían chocolate más de una vez por semana, los que nunca o rara vez comían chocolate exhibieron una probabilidad significativamente mayor de tener diabetes tipo 2 cinco años después. Sin embargo, las personas diagnosticadas con diabetes antes de la evaluación nutricional consumían cantidades más bajas de chocolate en el momento de la evaluación dietética.
Intencionalidad y pérdida de peso
Si ha trabajado alguna vez para alcanzar un objetivo, sabrá que la intención de conseguir no es suficiente cuando se trata de convertir planes en acciones. Lleva su tiempo, hay que tener paciencia y una estrategia efectiva para permanecer en el camino.
La motivación intrínseca y el compromiso interior son la base que se necesitan para alcanzar con éxito un objetivo. Sin embargo, no es suficiente. De hecho, en la mayoría de los casos las personas no alcanzan sus objetivos a pesar de sus buenas intenciones. Esto se debe a que simplemente fallan al ponerlas en práctica. La razón más común es que hay que superar muchos retos y hacer esfuerzos extras. Puede que usted haya vivido la siguiente situación ya: aunque quería realmente ponerse en forma y entrenar más a menudo, ha tenido que enfrentarte a problemas al aplicar su plan de acción tales como el clima, el trabajo, la familia, la falta de tiempo y la vida social. Esas son solo algunas situaciones y condiciones, los obstáculos que se interponen en un camino hacia algo.
El llamado “plan si-entonces”, también conocido como las intenciones de implementación, puede ser entendido como un plan de estrategia que permite alcanzar objetivos modificando su comportamiento.
¿Cómo funciona este plan? Además de formular su intención de objetivo (“¡Quiero conseguir X!”), también necesita especificar cuándo, dónde y cómo quiere comportarse para conseguir este objetivo: “¡Si Y sucede, haré Z!”. Tenga en cuenta que Y puede ser un momento y un lugar específico, ej. Sábado a las 8 a.m., o una situación o un evento particular, como llegar a casa. Z es, entonces, el comportamiento orientado hacia el objetivo que llevas a cabo cuando Y suceda.
Pero acá hay algo que uno debe analizar de uno mismo diríamos un examen de conciencia al que hay que añadir ser honesto con uno mismo: ¿qué situaciones le distraen de su objetivo? ¿Qué cosas le hacen débil? ¿Cuándo empieza a ponerse excusas? Se debe prestar atención a estas situaciones y solo entonces decidir conscientemente cambiar su comportamiento cuando se presentan esas situaciones. La visualización clara y precisa de su objetivo, puede hacer más fácil a la persona identificar estas situaciones.
Veamos un ejemplo, tu objetivo es perder peso. Pones excusas para ello: no entrenar. Tampoco puedes contenerte cuando tienes comida delante de ti. Tus intenciones de implementación podrían ser algo parecido a:
⦁ Cuando termino de trabajar a las 6 p.m., iré directamente al gimnasio durante una hora.
⦁ Cuando vaya a cenar con mis amigos esta noche, pediré algo sin carbohidratos.
⦁ Cuando llegue a casa, subiré por las escaleras en vez de tomar el ascensor.
⦁ Cuando tenga ganas de tomarme un snack por la tarde, comeré una manzana en vez de mi magdalena de todos los días.
Según los científicos: al seguir el razonamiento de “sí-entonces”, una situación específica se convierte en parte de un plan concreto. Al añadir especificaciones como “cuándo”, “dónde” y “cómo” a tu plan, esto conduce a una mejor percepción, atención y memoria en relación con la respectiva situación. Sin aplicar mucho esfuerzo consciente, el comportamiento dirigido a un objetivo que se ha definido antes, se realizará automáticamente. Esta delegación de control de comportamiento hacia determinados indicios y estímulos situacionales en el ambiente es lo que facilita la iniciación de acciones específicas, ya que básicamente libera de dudas y estimaciones a quien toma la decisión. En otras palabras: ya has decidido cómo comportarte incluso antes de enfrentarte a la situación donde realmente tienes que decidir. A veces merece la pena superarse a sí mismo.
Aunque el tratamiento conductual para la pérdida de peso puede resultar en beneficios para la salud, los efectos sobre la pérdida de peso son generalmente decepcionantes, y el peso perdido se recupera en unos pocos años. Debido a que estos problemas parecen deberse a una falla en la ejecución de las fuertes intenciones de control de peso formadas durante el tratamiento, se ha sugerido el uso de intenciones de implementación para cerrar esa brecha entre intención y comportamiento.
Las intenciones de implementación, son métodos poderosos para ayudar a seguir planes y conseguir tus objetivos. A diferencia de las intenciones de comportamiento, las intenciones de implementación especifican la situación en la que debe apuntar el comportamiento. Aunque las intenciones de implementación en general han sido muy efectivas para aumentar la probabilidad de lograr el objetivo para una amplia gama de comportamientos, los resultados con respecto a la alimentación han sido mixtos. Especialmente decepcionantes han sido los hallazgos de un gran estudio que agregó intenciones de implementación a un tratamiento clínico de pérdida de peso y no encontró efectos ni en la pérdida de peso ni en el mantenimiento de la pérdida de peso. Knäuper, el principal autor del estudio, argumento que este fracaso se debe al uso de intenciones de implementación que apuntan a comportamientos alimentarios específicos. De acuerdo con el modelo de conflicto de objetivos de comer, las intenciones de implementación son más efectivas si priman el objetivo de control de peso. Las intenciones de implementación dirigidas a comportamientos específicos, no lo hacen de manera confiable.
Si se revisa la evidencia de la intención de implementar, la idea de hacer dieta cuando se enfrenta a alimentos sabrosos, prepara los pensamientos de control de peso. También reduce el consumo de alimentos prohibidos e incluso resulta en la pérdida de peso. Las intenciones de implementación son más efectivas, si prima el objetivo de control de peso.