
La polémica en torno al Estadio Nacional Doroteo Guamuch Flores se detuvo momentáneamente el pasado jueves 2 de octubre cuando, en una citación en el Congreso de la República con la Comisión de Deportes, la empresa a cargo de la remodelación del recinto deportivo, aseguró que no se variarán las condiciones del contrato y la gramilla a ser instalada será la que presentó en la oferta y por la cual ganó la licitación: marca Hatko.
Desde hace semanas que los trabajos están paralizados porque la empresa, Constructora Bremar, dijo que no podía importar la gramilla por problemas con la compañía que tiene los derechos exclusivos de comercializar la marca, ya que no confiaba en que el producto vendría al país después de que lo pagaran, aunque firmó un contrato de suministro.
Después, en diferentes citaciones que tuvo con el presidente de la Comisión de Deportes del Congreso, Orlando Blanco, la empresa justificó que tampoco había podido establecer comunicación con la casa matriz de Hatko.
Por esta razón, la Constructora sugirió el cambio de la marca de gramilla por otra que, según sus representantes, sería de igual o mejor calidad y hablaron de una empresa que supuestamente había engramillado estadios para los Juegos Olímpicos de Pekín, China, que se celebraron en 2008.
Pero, en una entrevista con La Hora, el encargado de ventas de Hatko Company se encargó de desmentir a la constructora guatemalteca y dijo que están dispuestos a negociar la venta de la gramilla directamente con ellos, si su socio en Guatemala está de acuerdo.
Este socio es Superficies Deportivas de Guatemala (SDG) quien manifestó a este medio que no se oponen a dicha negociación.
De esa cuenta, Constructora Bremar se vio forzada a negociar con la casa matriz de la gramilla híbrida Hatko y de esa forma, la semana pasada dijo que ya habían entrado en contacto con la empresa transnacional y su gerente garantizó que no se variaría de marca, ni de grama ni de pista.
OFERTA ECONÓMICA
Sin embargo, la garantía fue de palabra. En ningún papel consta algún contrato o compromiso de que el negocio para importar la grama está cerrado. De hecho, en la referida citación, la Constructora indicó que aún no habían recibido la propuesta económica de Hatko y que al recibirla tendrían que analizarla.
Estadio Doroteo Guamuch Flores: revelan que incumplimiento de contrato retrasó los trabajos
Se entiende que tanto Hatko como la compañía que les proveerá la pista sintética —Mondo— pedirán que cancelen el monto total del producto antes de despacharlo. Hatko dijo a La Hora que el césped a ser instalado en el Doroteo Guamuch Flores ya estaba listo para ser enviado a Guatemala y que enviaría a técnicos especializados para garantizar las certificaciones y avales requeridos en las bases de licitación.
En la citación de pasado 2 de octubre, a los legisladores les dejó duda el hecho de que la empresa se resistiera a revelar cuánto les costará la pista sintética. Al final, luego de la presión del diputado Blanco, uno de sus representantes le entregó un documento, según el cual esta costará al menos Q13 millones. A este monto habrá que añadirle el costo de la grama.
El contrato firmado entre Bremar y la Confederación Deportiva Autónoma de Guatemala (CDAG) fue por Q32.4 millones. Si a este monto se le resta el valor de la pista y los Q9.5 millones que ya se les dio de anticipo, quedan Q9.9 millones, que tendrían que alcanzar para comprar la gramilla y para el resto de gastos administrativos y de instalación.

¿QUÉ HACER?
Analistas consultados por La Hora no descartan que la constructora haya insistido en cambiar de marca de gramilla porque los números no le cuadran, pero cambiar las condiciones del contrato es muy difícil, de acuerdo con auditores de la Contraloría General de Cuentas (CGC) que han asistido a las reuniones.
Además, de no haber ofrecido una marca en específico, se habría abierto la puerta para que otra empresa recibiera la adjudicación.
Héctor González, investigador del Instituto Centroamericano de Estudios Fiscales (ICEFI), indicó que las actuaciones que ha desarrollado la empresa en este proceso demuestran que tiene poca seriedad y que «no sabe en qué mercado está» o que, incluso, «le dieron el contrato a dedo».
«Tal vez ofrecieron un precio menor, pero en realidad era mayor. Con eso se demuestra el desconocimiento y negligencia de la empresa que, con tal de ganar una licitación, ofreció una cosa y ni siquiera sabía cuanto le iba a costar», apuntó el entrevistado.
Subrayó que una salida, si definitivamente la empresa no puede importar el producto que ofreció en el contrato, es la ejecución del 100 por ciento de la fianza y la consecuente inhabilitación de la empresa en el Registro General de Adquisiciones del Estado (REGAE) por falta de cumplimiento del contrato.
No obstante, reconoció que una medida de este tipo haría que «el estadio esté parado al menos dos años», por los recursos legales que probablemente presentaría la constructora.

INCUMPLIMIENTO «SERIO»
Para Irene Flores, analista del Centro de Investigaciones Económicas Nacionales (CIEN) no tener la capacidad de entregar lo que se ofertó y se firmó en el contrato es un «problema serio» porque al final de un proceso de licitación «la adjudicación se hace en base a una oferta».
Aunque coincidió en que, eventualmente, puede ejecutarse la fianza expuso que habría que analizar si ya se está en la etapa que es posible hacer dicha ejecución, de igual forma, revisar qué dice el contrato en cuanto a posibles sanciones o multas a la empresa.
En cualquier caso, criticó al REGAE y a la junta de calificación porque se adjudicó el contrato a una empresa «que no tiene las capacidades» para hacerse cargo de una remodelación de tal magnitud.
En opinión de Flores, la Ley de Contrataciones permite hacer modificaciones a un contrato, pero solo en lo relacionado al monto y plazo contractual, pero remarcó que «se tienen que respetar las condiciones de la oferta» ya que son las que prevalecen en una calificación.
«La entidad (CDAG) no hizo un estudio de mercado que permitiera entender qué tipo de empresa y modelos existen para ofrecer lo que necesitaba. Si lo hubieran hecho, probablemente hubieran podido entender que esa empresa no era la más adecuada», enfatizó la analista.
Estadio Doroteo Guamuch Flores, el último de una serie de proyectos que se quedaría a medias
«Conociendo las prácticas que prevalecen en el sector público resalta la gran duda… si esa calificación estaba hecha para que se seleccionara a la empresa más competente. A lo mejor no, y fue un proceso de adjudicación donde indujeron los criterios de calificación para que fuera seleccionada esa», añadió.
«ES UNA TOTAL IRRESPONSABILIDAD»
Por su lado, Dámaso Rosales, analista en gestión pública, dijo que pretender cambiar el tipo de gramilla “es una total irresponsabilidad por parte de la empresa”, que termina afectando el desarrollo del proyecto.
“Para aceptar otra grama habría que irnos al evento de licitación, donde se especifica el tipo que se requiere y una vez adjudicado se firma el contrato y se pactan las características y calidades de lo que se requiere”, subrayó.
“Yo no puedo venir, después, y alterar lo pactado en una licitación. Si eso afecta los intereses de la entidad (CDAG) entonces se tiene que ejecutar la fianza de cumplimiento de contrato”, coincidió Rosales.
Por tal motivo, el analista considera que la salida más fácil es que Bremar se comunique y negocie directamente con la empresa fabricante y cierren el negocio para instalar la gramilla que ofreció.
POCA EXPERIENCIA
Constructora Bremar es una empresa con un largo historia de contrataciones en el Estado; sin embargo, su experiencia principal ha sido en la construcción, mantenimiento y remodelación de caminos rurales y carreteras, así como de edificios educativos y construcción de sistemas de drenajes.
El Estadio Doroteo Guamuch y km 11.5 de carretera a El Salvador tienen la misma empresa contratista
Esta empresa estuvo a cargo de los trabajos de mantenimiento en el kilómetro 11.5 de carretera a El Salvador, cuya entrega se retrasó más de un año.
En el ámbito deportivo, acreditó como experiencia de 12 años, el haber remodelado varios parques y colocado gramilla sintética a canchas de futbol 5, en lo público y lo privado. Ningún proyecto de la envergadura de un estadio nacional.