Diseño: Roberto Altán / La Hora
Diseño: Roberto Altán / La Hora

El pasado 21 de agosto el Instituto Nacional de Estadística (INE) presentó los resultados de la Encuesta Nacional de Condiciones de Vida (Encovi 2023) la que resalta que el indicador de que 1 de cada 2 guatemaltecos vive en condiciones de pobreza sigue igual que la última medición, efectuada en 2014.

De acuerdo con los resultados, el porcentaje de pobres en el país se sitúa en 56%, una leve disminución de 3.3% en relación con la Encovi 2014, cuando este se situaba en 59%. Esto significa que hay por lo menos 9 millones 700 mil guatemaltecos pobres.

De estos, 2 millones 800 mil son pobres extremos. En los departamentos más pobres, 9 de cada 10 guatemaltecos son pobres, como en Alta Verapaz y Quiché. Mientras que en Huehuetenango, Baja Verapaz y Jalapa el porcentaje está entre el 80% y 81%.

Guatemala (21.6%), Sacatepéquez (38.7%) y Escuintla (39.1%) son los departamentos que muestran el porcentaje más bajo de pobres en el país.

El indicador, prácticamente, no ha variado en los últimos 23 años. En el año 2000 el porcentaje de pobreza se situó en 56.4% y en 2006 bajó al 51.1%. De igual forma, en estos años la pobreza extrema tampoco muestra variaciones sustanciales ya que, en el 2000 el indicador se situaba en 15.7% y en la del año pasado se situó en 16.2%.

GASTOS

Los números podrían reflejar un fracaso de los últimos gobiernos en cuanto a las políticas para combatir la pobreza. En estos 10 años, desde la Encovi 2014, se han implementado múltiples programas, supuestamente, en favor de las clases más desposeídas, así como para disminuir la desnutrición.

La Hora revisó los presupuestos del Ministerio de Desarrollo Social (Mides) de esos años y constató que la institución ha dispuesto de Q18 mil 720 millones de presupuesto, parte de ese dinero ha sido para la lucha contra la pobreza.

grafica mides
Grafica: Sergio Morales

En el sitio en internet del Mides se lee que su misión es “promover y articular políticas y acciones para el desarrollo social sostenible de la población excluida de sus oportunidades básicas, con el fin de contribuir a mejorar sus condiciones de vida y reducir la pobreza”.

Del total de recursos, según el Sistema de Contabilidad Integrada del Gobierno (Sicoin), el 42% se utilizó en programas destinados para el combate a la pobreza, el resto se ejecutó en planes de reconstrucción por el paso de tormentas tropicales, en gastos administrativos y una buena cantidad se ejecutó en el bono que se le dio a las familias para paliar los efectos económicos de la pandemia del Covid-19, en 2020.

Según las cifras oficiales, el Mides ejecutó en 10 años Q1 mil 479 millones en el programa “consumo adecuado de alimentos”, y Q4 mil 328 millones en programas asistenciales; por ejemplo, las transferencias monetarias condicionadas o apoyo en la lucha contra la desnutrición crónica.

Además, se han gastado Q2 mil 45 millones para «servicios de infraestructura para el desarrollo», en proyectos como caminos y carreteras, construcción o mantenimiento de centros de Salud, drenajes o sistemas de agua entubada.

DISMINUCIÓN CONTRASTA CON LA REALIDAD

Iván Aguilar, jefe del Programa Humanitario de Oxfam Guatemala, dijo que los resultados sorprenden si se toma en cuenta que contrastan con “lo adverso que está el ambiente económico” en los hogares guatemaltecos, en las ciudades y en el área rural.

El especialista enumeró una serie de eventos que han afectado al país desde 2014, año en que se levantó la Encovi anterior, como la pandemia, las tormentas ETA e Iota y la guerra Rusia-Ucrania, que han golpeado a los hogares más vulnerables económicamente de Guatemala.

Ejemplificó que la dieta básica del guatemalteco (maíz y frijol) se ha encarecido 30% en los últimos cinco años.

Además, subraya, la disminución sorprende si a estos factores se añade el que “tuvimos gobiernos con inversión social bastante mala, con desfalcos gigantescos y sin ninguna seriedad en cuanto a la aplicación de políticas sociales públicas”.

Precisó que el problema no es la falta de recursos, sino la calidad de ese gasto, “no solo lo que puede traducirse en corrupción, sino en clientelismo”, ya que una buena parte de los recursos destinados a combatir la pobreza “tiene tinte clientelar” y “no llega a los hogares que lo necesitan”.

REMESAS AYUDAN

Por aparte, Luis Linares, analista de la Asociación de Investigaciones y Estudios Sociales (Asies), la reducción de la pobreza es “mínima”, ya que, a ese paso, se necesitará de un siglo para erradicarla del país.

Añadió que dicha reducción del 3% se debe atribuir, más que a los programas de Gobierno, al incremento de la migración irregular, que hace que las familias tengan más recursos para alimentación y vivienda. Se calcula que hoy en día cerca de un millón de hogares reciben remesas desde Estados Unidos.

Los resultados denotan, afirma el analista, que “el impacto de todo lo que se hace es mínimo” y que el Mides no ha sido más que “un botín político” que ha servido para el “saqueo”.

“No se justifica su creación -del Ministerio-, estos resultados -de la Encovi 2023- lo confirman. El Gobierno debe considerar cerrarlo, es totalmente improductivo a raíz de estos resultados”, señaló.

Sergio Morales
Periodista y licenciado en Ciencias de la Comunicación. Temas políticos, comunitarios, gestión pública y migración.
Artículo anteriorConred: “nos centramos en atender emergencias y no en reducir riesgos, y la factura para el país va a ser muy cara”
Artículo siguienteNegocio redondo: Q2 millones por supervisar hospital sin construir y el MP sin avances