La agencia alemana de control de enfermedades reportó hoy el mayor número de nuevos contagios de coronavirus en un día desde el inicio de la pandemia.
El Instituto Robert Koch (RKI, por sus siglas en alemán) informó de 33.949 casos nuevos registrados en las 24 horas previas, frente a los 28.037 casos diarios de la semana anterior. El récord anterior, de 33.777 casos nuevos, se alcanzó el 18 de diciembre de 2020.
El ministro federal de Salud, Jens Spahn, tenía previsto reunirse con los responsables de salud de los 16 estados para abordar cómo combatir los contagios en invierno, mientras las unidades de cuidados intensivos empezaban a llenarse de nuevo y se disparaban las infecciones en niños.
El RKI informó de 165 muertes, frente a las 126 de la semana anterior. La cifra total de personas fallecidas por COVID-19 ha subido a 96.162.
Las autoridades de salud han insistido a los residentes en Alemania que no se han vacunado que lo hagan, aunque Spahn admitió el miércoles que no pueden convencer a muchos de ellos.
Según cifras oficiales, unos dos tercios de la población alemana de 83 millones de personas han recibido una ronda de vacunación. Unos 16,2 millones de personas a partir de 12 años sigue sin vacunar, incluidos 3,2 millones de mayores de 60.
Aunque las autoridades acordaron en agosto ofrecer dosis de refuerzo a mayores de 60 y a los internos y trabajadores de residencias, por el momento sólo se han administrado dos millones de esas dosis.
A diferencia de otros países europeos, Alemania no ha hecho la vacuna contra el coronavirus obligatoria para ninguna categoría profesional. Sin embargo, varios gobiernos regionales han ordenado que sólo las personas vacunadas, recuperadas hace poco o que se hicieron una prueba reciente puedan acceder a algunos recintos, y algunos han endurecido esas normas.
Hay una presión creciente para imponer pruebas obligatorias en residencias de ancianos después de varios brotes en los últimos días en los que murieron más de una docena de internos.
El director de la asociación de médicos de familia, Ulrich Weigeldt, fue más allá hoy al exigir la vacunación obligatoria de todos los trabajadores de residencias de ancianos y hospitales.
«Ninguna persona sin vacunar debería tener contacto con un grupo tan vulnerable, ya sea de forma profesional o como visitante», dijo Weigeldt al tabloide Bild. «Esto afecta a los alojamientos de ancianos y residencias, así como a las unidades de cuidados intensivos».