La canciller de Panamá, Erika Mouynes, dijo ayer que la pandemia de COVID-19 ha sido un «fracaso regional», que América Latina no va a conseguir vacunar al 80% de su población este año y que los esfuerzos para producir vacunas en la región enfrentan obstáculos «que no lograremos solucionar en el corto plazo».
Mouynes denunció ante la Organización de los Estados Americanos (OEA) que hay países ricos que han realizado acuerdos para obtener más vacunas de las que necesitan y pidió que Latinoamérica exija que esos acuerdos sean reconsiderados.
«No nos engañemos sobre hojas de ruta de cumplimientos imposibles para coordinar la compra u obtención de vacunas que ya han sido comprometidas para otros. Como la región a la que peor le fue en la pandemia, debemos garantizarnos un puesto en la mesa», dijo Mouynes en una reunión virtual de la OEA.
«Alcemos la voz juntos y exijamos que estos acuerdos puedan ser considerados para alcanzar una redistribución justa y equitativa, de manera que todas las regiones del mundo podamos tener acceso a la vacunación correspondiente en función de nuestras poblaciones. Esto es una cuestión de ética y humanidad», agregó.
La región de las Américas es el epicentro mundial de la pandemia con casi 1,5 millón de casos y más de 26.000 muertes en la última semana. Aunque Canadá, Chile y Uruguay han vacunado a más del 70% de su población, 10 países y territorios de la región aún no han alcanzado el 20%.
Mouynes sostuvo que el «fracaso» de la región en controlar la pandemia «es un hecho que no podemos disfrazar ni evadir». La canciller indicó que Latinoamérica no va a conseguir vacunar al 80% de su población este año «ni en un tiempo corto aún por calcular».
«El Caribe, por ejemplo, tiene sólo el 27% de su población mayor de 18 años con un esquema completo de vacunación», indicó. «Y cuando he conversado con algunos de los colegas del área me cuentan que han intentado comprarlas, pero muchos proveedores no les contestan siquiera el teléfono».
La Organización Panamericana de la Salud (OPS) siempre ha criticado el desequilibrio que existe en el mundo para acceder a la vacunación contra el COVID-19. Más de 1.000 millones de dosis han sido aplicadas en las Américas.
En la reunión del jueves el director general de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Tedros Adhanom Ghebreyesus, propuso un acuerdo internacional «jurídicamente vinculante» para afrontar futuras pandemias.
«Pedimos el apoyo de todos los Estados americanos para esta idea de gran necesidad a medida que trabajamos juntos para crear un futuro más sano, seguro y justo para todos», dijo en un breve mensaje pregrabado.
El secretario general de la OEA, Luis Almagro, dijo que Latinoamérica necesita más dosis.
«No puede haber retrasos en la producción de vacunas. Esto tiene que ser cada vez más fuerte, cada vez más creciente y tener políticas afirmativas que lleven adelante ese impulso que tiene su origen en la ciencia pero que la política tiene que acercar a las poblaciones», dijo Almagro.
El secretario añadió que hay que refinanciar a la OPS para que tenga más dinero y que habría que declarar a las vacunas un bien público.
Mouynes destacó que existen importantes esfuerzos para producir vacunas en Latinoamérica pero que «son todas líneas de producción y suministro con miles de obstáculos que no lograremos solucionar en el corto plazo».
Argentina y Brasil fueron seleccionados recientemente para albergar a los primeros centros de desarrollo y fabricación de vacunas contra el coronavirus con tecnología de ARN mensajero en Latinoamérica y el Caribe.