Más de un centenar de manifestantes bloquearon durante más de dos horas la camioneta del presidente Andrés Manuel López Obrador el viernes por la mañana cuando se disponía a entrar a una zona militar del sur de México, e impidieron que el mandatario mexicano participara en una reunión de seguridad y la conferencia matutina que realiza diariamente.
En la protesta había maestros, personal de salud y otros trabajadores, según reportaron medios locales, quienes rodearon el vehículo mientras gritaban, lanzaban consignas y levantaban pancartas exigiendo una audiencia con el presidente, aparentemente por cuestiones laborales.
«Si no nos dejan pasar aquí me quedo el tiempo que sea necesario», dijo en un mensaje que grabó desde dentro de la camioneta en la que llegó a la puerta de las instalaciones militares de Tuxtla Gutiérrez, la capital del estado de Chiapas. En el vídeo dejó claro que no quería que las fuerzas de seguridad disolvieran la manifestación.
«No utilizar la fuerza, no someternos a chantajes de estos grupos y resistir», agregó, comparándose con figuras de la talla del sudafricano Nelson Mandela, el indio Mahatma Gandhi o el activista estadounidense Martin Luther King.
La seguridad del presidente mexicano —que viaja en vuelos comerciantes y prefiere las camionetas a los helicópteros cuando es posible— ha sido objeto de muchos comentarios y críticas.
Desde que llegó al poder, en diciembre de 2018, rechazó estar escoltado por militares del Estado Mayor Presidencial, como era lo habitual en gobiernos anteriores. En su lugar, optó por que le acompañara un grupo de jóvenes funcionarios desarmados, entre ellos mujeres.
López Obrador siempre ha dicho que es el pueblo el que le protege, porque tiene la conciencia tranquila.
Los manifestantes dejaron avanzar el vehículo después de más de dos horas, cuando la conferencia matutina ya había acabado, inusualmente sin él.
López Obrador solo faltó a las conferencias, conocidas como «mañaneras», durante unas dos semanas en enero, cuando enfermó de COVID-19 y fue sustituido por la entonces secretaria de Gobernación, Olga Sánchez Cordero.
Las «mañaneras» son un ejercicio que él instauró y por las que es tanto alabado como criticado.