El expresidente sudafricano Jacob Zuma se entregó a la policía hoy en la madrugada para cumplir una pena de 15 meses de cárcel.
Unos minutos antes de que venciera el plazo a la medianoche para que la policía lo arrestara, Zuma partió de su casa en el poblado de Nkandla en una caravana de vehículos. Decidió entregarse a las autoridades para obedecer una orden del máximo tribunal del país, la Corte Constitucional, que le había impuesto la reclusión por desacato judicial.
«El presidente Zuma ha decidido cumplir con la orden de encarcelamiento. Va en camino para entregarse a una Instalación de Servicios Penitenciarios en KZN (la provincia de KwaZulu-Natal)», dijo la Fundación Zuma en un tuit.
Poco después la policía sudafricana confirmó que Zuma ya estaba detenido.
El exmandatario tomó la decisión de acatar la orden de la Corte Constitucional después de una semana de crecientes tensiones debido a su pena de prisión.
Zuma fue sentenciado a 15 meses de cárcel porque desafió una orden de testificar ante una comisión judicial que investigaba las acusaciones de corrupción durante el período en que gobernó al país de 2009 a 2018.
En una negociación de último momento para evitar ir a la cárcel, los abogados de Zuma habían solicitado por escrito al ministro presidente interino que suspendiera el arresto hasta el viernes, cuando un tribunal regional fallará sobre su petición de que le aplazaran el arresto.
Los abogados de Zuma solicitaron al ministro presidente interino emitir órdenes que impidieran a la policía arrestarlo, alegando que la situación le causaría un «perjuicio a su vida».
El máximo tribunal sesionó el miércoles en la noche, según reportes locales, pero al parecer rechazó la petición del expresidente.
Zuma también había emprendido dos procedimientos judiciales para evitar el arresto después de que se dictó su sentencia la semana pasada.