En esta foto de archivo del 7 de marzo de 2020, Diego Maradona, entonces técnico de Gimnasia y Esgrima, presencia un partido ante Boca Juniors en Buenos Aires. Foto: La Hora/AP.

BUENOS AIRES / AP

Un par de semanas después de que una junta médica convocada para investigar la muerte de Diego Maradona determinó que el exfutbolista no recibió el tratamiento adecuado para un paciente de su condición, la justicia agravó el miércoles los cargos contra los siete imputados en el caso.

Los fiscales a cargo de la pesquisa imputaron por “homicidio simple con dolo eventual” al neurocirujano Leopoldo Luque y a la psiquiatra Agustina Cosachov, quienes eran las caras visibles del equipo médico que atendía al astro, y a otros cinco profesionales de la salud.

Los siete deberán prestar declaración indagatoria ante los fiscales a partir de fines de mayo.

Maradona falleció el 25 de noviembre a los 60 años, debido a un paro cardiorrespiratorio , mientras cumplía internación domiciliaria en las afueras de Buenos Aires, tras someterse a una cirugía para extraerle un edema craneal.

Ante algunas sospechas en torno de la muerte, la justicia imputó en un principio por homicidio culposo a Luque y al resto de los profesionales. En ese delito se prevé una pena menor en caso de condena.

El cambio en la carátula de la causa se dio a principios de mayo, cuando una junta médica convocada por la justicia dictaminó que hubo negligencia médica en la muerte de Maradona.

Según los peritos médicos, “fueron ignorados los signos de riesgo de vida que presentaba el paciente”, y Maradona “comenzó a morir, al menos, 12 horas antes de las 12.30 del día 25/11/2020, es decir, presentaba signos inequívocos de periodo agónico prolongado, por lo que concluimos que el paciente no fue debidamente controlado desde las 00.30 horas”.

La internación domiciliaria en una casa de las afueras de Buenos Aires, rentada para que Maradona transitara la rehabilitación tras la cirugía craneal, “no cumplía con los lineamientos mínimos de tal en un paciente de la pluripatología compleja que presentaba” el capitán del seleccionado de Argentina campeón del mundo en 1986.

En otro de los párrafos del informe, los peritos afirmaron que Maradona “no hubiese fallecido de haber contado con una internación adecuada, teniendo en cuenta el cuadro documentado en los días previos a su muerte, en un centro asistencial polivalente recibiendo una atención acorde a las buenas prácticas médicas”.

Además de Luque y Cosachov, también están imputados el psicólogo Carlos Díaz; los enfermeros Dahiana Madrid y Ricardo Almirón; la médica Nancy Forlini y el coordinador de enfermeros Mariano Perroni.

Un homicidio doloso tiene una condena de 8 a 25 años de cárcel.

Los fiscales también solicitaron este miércoles a un juez que prohíba la salida del país a los siete imputados.

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