Por DARIA LITVINOVA
MOSCÚ
Agencia AP
Un destacado aliado del líder opositor ruso encarcelado Alexei Navalny dijo ayer que la red de oficinas del político en el país cerrará ya que las autoridades buscan hacer que éstas y su Fundación de Lucha contra la Corrupción sean ilegalizadas calificándolas de grupos extremistas.
La fiscalía de Moscú solicitó este mes a un tribunal que declare que tanto las oficinas regionales como la organización anticorrupción del opositor son grupos extremistas, una calificación que prohibiría su actividad, expondría a sus miembros y partidarios a largas penas de prisión y supondría un importante desafío para el asediado equipo de Navalny.
Leonid Volkov, que como jefe de estrategia de Navalny dirige las oficinas regionales, afirmó el jueves que conservar la red en su estado actual «es imposible» por las acusaciones de extremismo, pero renombrarlas tampoco ayudaría.
«Desafortunadamente, es imposible trabajar en estas condiciones. Estamos desmantelando oficialmente la red de sedes de Navalny», anunció Volkov en un mensaje en la app de mensajería Telegram.
Las declaraciones de Volkov se producen en medio de una fuerte represión a Navalny, el crítico más destacado del presidente Vladimir Putin, y sus organizaciones. El político está encarcelado y docenas de sus colaboradores y socios fueron arrestados, sufrieron cateos por parte de las fuerzas de seguridad o enfrentan cargos penales.
Navalny fue detenido en enero a su vuelta al país desde Alemania, donde pasó cinco meses recuperándose de un envenenamiento con una neurotoxina del que culpa al Kremlin. Las autoridades rusas rechazan esa acusación.
Su arresto provocó protestas en todo el país que fueron la mayor muestra de disensión en años. Pero esto no evitó que las autoridades juzgasen a Navalny por violar los términos de una pena de cárcel suspendida durante su estancia en Alemania.
