Una trabajadora de Salud prepara una dosis de la vacuna CoronaVac contra el COVID-19 en una escuela pública durante el inicio de la campaña nacional de vacunación para educadores, en Santiago de Chile. Foto La Hora/AP/Esteban Félix.

Por GISELA SALOMON
MIAMI
Agencia AP

La Organización Panamericana de la Salud ha mantenido conversaciones con los gobiernos de países desarrollados y les ha pedido que donen a Latinoamérica y el Caribe las vacunas contra el coronavirus que les sobran.

«Hemos enfatizado las grandes necesidades de nuestra región y su compromiso», expresó en conferencia virtual la directora de la OPS, Carissa Etienne. «Instamos a otros países a efectuar compromisos similares», dijo refiriéndose a dos anuncios de donaciones recientemente efectuados por España y Estados Unidos.

Las declaraciones de Etienne ocurren mientras las infecciones y muertes aumentan en la región. En la última semana, más de 1,4 millón de personas contrajeron COVID-19 en las Américas y más de 36.000 murieron. Esto significa que una de cada cuatro muertes a nivel mundial, ha sido en la región, de acuerdo con la OPS.

Además, la mayoría de los países han tenido dificultad para obtener vacunas, que han sido acaparadas por las naciones desarrolladas.

España anunció recientemente que donará América Latina por lo menos 7,5 millones de dosis a partir de julio, cuando espera tener al menos la mitad de su población inmunizada.

Etienne dijo que esas dosis serán distribuidas a través del mecanismo COVAX, creado por Naciones Unidas y otros organismos internacionales para que todos los países tuvieran un acceso equitativo a las dosis, pero ha sido criticado por no haber logrado su objetivo.

La OPS, a través del Fondo Rotatorio de Vacunas supervisará la distribución, pero hasta ahora no se ha designado ningún país específico para que las reciba.

La OPS «propondrá una estrategia que esté focalizada en la equidad, con especial consideración a los países que han tenido un acceso limitado a la vacuna hasta ahora», explicó Etienne, que no identificó a otros países con los que ha mantenido conversaciones.

Estados Unidos, por su parte, dijo que donará 60 millones de dosis de AstraZeneca a otros países, después que la Administración de Medicamentos y Alimentos autorice su uso. No anunció quiénes serán los destinatarios. En marzo Washington donó cerca de 4 millones de dosis a México y Canadá, que le habían solicitado ayuda.

En Estados Unidos se ha vacunado hasta ahora con las vacunas de Pfizer-BioNTech, Moderna y Johnson & Johnson.

Hasta ahora, en las Américas se han aplicado más de 317 millones de dosis de vacunas en 49 países y territorios, según la OPS. Sin embargo, solo 7 millones de ese total han sido compradas a través de COVAX, que prevé entregar otras 470.000 dosis que ya están en camino a Guatemala, Bolivia y Jamaica.

Entre mayo y junio el mecanismo espera entregar otros 7 millones de dosis a nueve países que han empezado a recibir la segunda ronda de vacunas.

Además del acaparamiento de dosis por parte de las naciones desarrolladas, otro de los obstáculos ha sido la negativa del gobierno de la India a permitir la exportación de vacunas AstraZeneca fabricadas allí, alegando que son necesarias para enfrentar la crisis sanitaria que enfrenta su propio país. La OPS dijo que está negociando con las autoridades indias para que permitan liberar al menos parte de las dosis adquiridas allí por COVAX.

Si bien tres países de América Latina y el Caribe —Bolivia, Nicaragua y Haití— son los que deben recibir esas dosis fabricadas en India, toda la región podría sentir los efectos del freno a las exportaciones, ya que las vacunas disponibles deberán ser compartidas entre todos los países que participan del mecanismo, dijo el subdirector de la OPS, Jarbas Barbosa.

Explicó que el impacto se sentirá sobre todo en abril y mayo, cuando habrá demoras en las entregas.

Ante la inequidad en el acceso, Barbosa dijo que existe preocupación y que es acertada la decisión de algunos países de pedir nuevas reglas de distribución de las vacunas a nivel global.

«Muchos países, de manera muy apropiada, muy adecuada, están subrayando la necesidad de establecer un nuevo marco global para una respuesta adecuada a la pandemia», dijo Barbosa. «Desafortunadamente la inequidad en el acceso es una realidad, es un desafío, y sin un cambio de reglas es muy difícil su superación».

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