Por KELVIN CHAN
LONDRES
Agencia AP
Los países occidentales corren el riesgo de perder el control de tecnologías que son cruciales para la seguridad en internet y la prosperidad económica ante naciones como Rusia y China si no toman medidas para enfrentar la amenaza, advirtió hoy uno de los jefes del espionaje británico.
«El liderazgo tecnológico significativo se está desplazando hacia el oriente» y está provocando un conflicto de intereses y valores, sostuvo Jeremy Fleming, director de la agencia de vigilancia electrónica GCHQ.
Destacó la amenaza de China, que por su «tamaño y peso tecnológico tiene la posibilidad de controlar el sistema operativo global».
China es uno de los primeros países en adoptar las tecnologías emergentes, pero a la vez tiene «una visión competitiva del futuro del ciberespacio» y cumple un papel influyente en el debate sobre las normas y patrones internacionales, dijo Fleming.
Sostuvo que países como China pueden convertir sus «valores antiliberales» en patrones tecnológicos en los que el mundo acabaría por confiar y utilizar su poder estatal para controlar y dominar los mercados tecnológicos, convirtiéndolos en campos de competencia geopolítica.
Mientras tanto, el hackeo ruso y otras actividades nefastas en línea significan la amenaza más grave para Reino Unido, pero Fleming dijo que, tal como con la vulnerabilidad de las aplicaciones para teléfonos celulares, se pueden evitar.
El ministerio del Exterior chino replicó que las declaraciones de Fleming eran «totalmente infundadas e irracionales».
«Los países occidentales como Reino Unido y Estados Unidos son en realidad los verdaderos imperios del hackeo y el espionaje telefónico», dijo el vocero Zhao Lijian en Beijing.
Si se les permite actuar sin control, los adversarios extranjeros podrían amenazar el diseño y la libertad de internet, dijo Fleming. Mencionó como ejemplos la seguridad de tecnologías emergentes como los sensores de «ciudades inteligentes» que se utilizan para manejar los servicios con mayor eficiencia o las monedas digitales, que se pueden adaptar para reunir datos u otras capacidades de injerencia contrarias a las sociedades abiertas y democráticas.
Gran Bretaña y Occidente enfrentan un «momento de rendición de cuentas», dijo Fleming.