MADRID
Agencia DPA/Europa Press
La Alta Comisionada de Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Michelle Bachelet, ha instado a los gobiernos a que utilicen todas las herramientas legislativas y financieras a su alcance para fomentar una educación en Derechos Humanos, la cual no es opcional y sí debe de ser tratada como «una inversión de futuro» para sociedades más justas.
«La educación en Derechos Humanos no es un extra opcional, ni debe considerarse una obligación menor. Debe de ser tratada como una inversión de futuro que no podemos permitirnos pasar por alto», pues «es vital para promover la participación y la inclusión, la cooperación y solidaridad», además de «fomentar el entendimiento y prevenir la violencia».
Sus declaraciones han tenido lugar en una sesión de la Asociación Mundial de Juristas celebrada de manera telemática en Lisboa, previa a la 27 edición del Congreso Mundial de Juristas, que tiene previsto celebrar una sesión virtual cada mes hasta su clausura presencial a principios de diciembre en la ciudad colombiana de Cartagena de Indias.
«Los sistemas educativos tienen la responsabilidad fundamental de ofrecer una educación de calidad que, además, esté diseñada para que los estudiantes dispongan de herramientas que apoyen su participación en sus comunidades, tanto locales como globales», ha defendido.
Ha señalado la importancia de que los ciudadanos conozcan cuáles son sus derechos inherentes para poder promoverlos y protegerlos. «Tienen que tener la seguridad de que todos somos igualmente merecedores de dignidad, respeto y justicia», ha dicho durante un acto en el que también ha participado el expresidente del Gobierno de España José Luis Rodríguez Zapatero o la vicepresidenta de Colombia, Marta Lucía Ramírez.
«Que se les anime a participar en las decisiones que afectan a sus vidas y en la realización colectiva de los derechos. La educación en Derechos Humanos fomenta la apreciación de una humanidad común, al tiempo que abrazamos nuestras diversidades. Puede facilitar el acceso de las niñas a la salud sexual y reproductiva, movilizar a la gente para combatir la discriminación y el odio, reducir las desigualdades e impulsar la participación de democrática en la vida pública», ha apuntado.
Bachelet ha enfatizado que esta «educación en Derechos Humanos» capacita para «identificar cuáles son nuestros derechos y reclamarlos de manera efectiva», que en la actual situación sanitaria provocada por la pandemia del coronavirus implica, incluso, poder «exigir el acceso universal a las vacunas», pues sin ellas, «es imposibles salir de esta crisis».
IGUALDAD ENTRE SEXOS COMO «FUERZA TRANSFORMADORA»
Bajo el epígrafe ‘Educar en Derechos Humanos’, la Asociación Mundial de Juristas junto con la Organización de Estados Iberoamericanos para la Educación, la Ciencia y la Cultura (OEI) ha insistido en la sesión de este martes en el poder de las escuelas para fomentar conciencias cívicas y respetuosas con la ley, así como servir de promotoras de derechos y de la igualdad.
Esta última cuestión ha sido uno de los ejes fundamentales de la intervención del expresidente Zapatero, que ha enfatizado la «gran fuerza transformadora» que posee la igualdad entre hombres y mujeres.
«Mi experiencia política me dice que los países más avanzados son aquellos donde, primero, las mujeres gozan de los mismos derechos que los hombres en términos reales, donde el machismo se ha arrinconado, donde los hombres hemos asumido la injusticia profunda e histórica cometida y donde la convivencia en igualdad genera paz y diálogo», ha expuesto.
«No olvidemos que la democracia es la conquista de los derechos de las minorías. Ha habido demasiadas minorías marginadas a lo largo de la historia. Apenas en la segunda mitad del siglo XX y lo que tenemos de horizonte en el siglo XXI ha empezado un proceso de emancipación», ha recordado.
«Sin duda la igualdad entre hombres y mujeres deberá ser la gran fuerza transformadora, que ojalá en términos políticos pueda producirse en esta salida de la pandemia con ese gran proyecto renovado de integración latinoamericana», ha subrayado.
La unión de los pueblos y países de América Latina ha sido el otro punto en el que más ha incidido Zapatero, pues considera que sólo con esta la unión, el continente puede avanzar en materia de Derechos Humanos.
«Hay una condición fundamental que es recuperar el mejor espíritu de integración y de unidad latinoamericana. Los Derechos Humanos avanzaron extraordinariamente desde que hubo una Declaración Universal. Se unieron países e ideologías. El mundo es otro desde que Naciones Unidas nació. La paz tiene más garantías, los Derechos Humanos más fuerza», ha subrayado.
«Los avances en Derechos Humanos en Latinoamérica vendrán en función de si se recupera el proceso de integración, la fortaleza de su democracia, de sus instituciones», ha defendido, poniendo como paradigma a la Unión Europea y a su «afán de unidad», los cuales, ha señalado, han sido «el más poderoso actor» para que haya tantas democracias y Estados de Derecho «con sus debilidades y dificultades» en el continente.
«LAS COMPROMETIDAS FUERZAS ARMADAS DE COLOMBIA CON LOS DD. HH.»
La vicepresidenta de Colombia, Marta Lucía Ramírez, ha centrado su intervención en abordar la precaria situación en materia de Derechos Humanos que arrastra su país desde hace décadas, debido a un conflicto armado en el que las violaciones de las libertades fundamentales han sido constantes entre los diferentes actores del mismo, ya fueran los grupos armados irregulares o las propias instituciones y fuerzas del Estado.
«Las circunstancias de Colombia son distintas, atípicas, son dolorosas. Un conflicto de tantos años y alimentado por el narcotráfico», que pese al acuerdo con la desmovilizada guerrilla de las Fuerzas Armadas Revolucionarias del Común (FARC), apunta, continúa «porque sigue existiendo el narcotráfico, que sigue alimentando distintos tipos de violencia y de violaciones de los Derechos Humanos».
Ramírez ha asegurado que mientras estuvo al frente del Ministerio de Defensa entre el año 2002 y 2003 se dedicaron «muchísimo» a reforzar la legalidad institucional y ha destacado que le correspondió la creación de la primera escuela en formación de Derechos Humanos de las Fuerzas Armadas.
«Las Fuerzas Armadas de Colombia han hecho un trabajo sin precedentes, que tenemos una fuerza pública conocedora y comprometida con el Derecho Internacional humanitario, pero no es suficiente. Este trabajo de pedagogía tiene que estar revisado permanentemente por las instituciones», ha dicho.
El único año de Ramírez al frente de la cartera de Defensa coincide con la entrada de Álvaro Uribe en Casa Nariño, cuyos seis primeros años de mandato han estado nuevamente cuestionados por las violaciones que se cometieron contra los Derechos Humanos tras la revisión de las cifras sobre los ‘falsos positivos’ –asesinatos de civiles por parte del Ejército para hacerlos pasar por guerrilleros–elaborado por la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP).