TOKIO
Agencia AP
Osaka, en el oeste de Japón, ha pedido al gobierno que declare el estado de emergencia en la región debido a que las medidas de alerta vigentes no han podido frenar la transmisión de una variante más contagiosa del coronavirus.
El gobernador de Osaka solicitó el tercer estado de emergencia 50 días después de que concluyó el anterior y con medidas más estrictas, ya que las autoridades podrían ordenar a los negocios que cierren o que reduzcan el horario de atención al público.
Las medidas para el público en general, como el uso de la mascarilla y permanecer en casa, no serían de cumplimiento obligatorio. Se espera que Osaka cierre los parques de diversiones, los centros comerciales y otras instalaciones de gran afluencia de público durante varias semanas.
Japón registra 537.317 casos confirmados y 9.671 muertes por coronavirus. Son cifras bajas, pero más graves que las de otros países asiáticos.
Por otra parte, la nación insular de Fiji, en el Pacífico, ha cerrado las escuelas y cancelado eventos deportivos al enfrentar los primeros contagios de COVID-19 por fuera de los casos de cuarentena en más de un año.
Un soldado y una persona de limpieza en una instalación de cuarentena han dado positivo, pero hasta el momento no hay indicios de transmisión más amplia en la población.
El primer ministro Frank Bainimarama dice que Fiji vuelve a enfrentar un «peligro grave e inminente». El gobierno ha ordenado el cierre de gimnasios, bares y teatros dentro de dos zonas de contención y ha prohibido las grandes aglomeraciones en todo el país durante al menos dos semanas.
Fiji, con 1 millón de habitantes, ha registrado apenas dos muertes de COVID-19 desde el inicio de la pandemia, pero los expertos temen que su sistema de salud está mal preparado para enfrentar un brote importante.