Por CLAUDIA TORRENS
NUEVA YORK (AP) — La embajadora de Estados Unidos ante Naciones Unidas, Linda Thomas-Greenfield, denunció el martes que este año “millones de familias simplemente no serán capaces de alimentarse» en Honduras, Guatemala y El Salvador y por lo tanto pidió “hacer más” para acabar con las condiciones de pobreza de los centroamericanos.
“Eso es una crisis humanitaria. Y cuando nuestro amigos y vecinos están en crisis les ayudamos”, dijo Thomas-Greenfield en un foro de la ONU sobre la situación que viven los tres países, desde dónde miles de personas huyen hacia el norte para dejar atrás situaciones de violencia y pobreza.
La embajadora pidió apoyo a la comunidad internacional para sacar adelante a los países del llamado Triángulo Norte. Dijo que tradicionalmente los programas de ayuda al Hemisferio Oeste ha sido poco financiados en comparación con programas de emergencia para otras regiones y que llegó el momento de que distintos estados, la ONU, bancos multilaterales y el sector privado enfoquen su atención en Centroamérica y fomenten el desarrollo.
“Tal y como dijo la vicepresidenta (Kamala) Harris, a menudo a la gente de esta región la impulsa la esperanza. La esperanza de que el cambio es posible, de que la vida puede ser mejor, de que la humanidad superará a la crueldad y el sufrimiento”, dijo Thomas-Greenfield en el foro virtual. “Hoy hacemos un llamado a la solidaridad. Pedimos apoyo para llevar esperanza y ayuda a personas vulnerables en Guatemala, El Salvador y Honduras”.
La pobreza en la zona ha aumentado debido a la pandemia del COVID-19 y debido al azote el año pasado de huracanes como Eta e Iota, que devastaron zonas enteras de estos países. La situación ha forzado a miles de familias y niños a viajar a la frontera con Estados Unidos, aumentando la presión sobre el presidente estadounidense Joe Biden.
El vicesecretario general para Asuntos Humanitarios y Coordinador de Ayuda de Emergencia de la ONU, Mark Lowcock, dijo en la conferencia que 10 millones de personas en Guatemala, Honduras y El Salvador necesitan “ayuda humanitaria”.
“La desigualdad y el desempleo están en aumento, empujando a millones de personas en los tres países hacia la pobreza y eliminando el progreso logrado en los últimos 15 años”, dijo Lowcock.
Hace meses varias agencias humanitarias hicieron un llamado para recaudar 90 millones de dólares: se ha llegado a un 56% de ese monto, dijo el funcionario. De ese dinero, nueve millones fueron puestos por un fondo de emergencia de la ONU y otros 12 los puso la Oficina para la Coordinación de Asuntos Humanitarios.
En la conferencia, organizada por la misión de Estados Unidos ante la ONU y la Oficina para la Coordinación de Asuntos Humanitarios, también participaron los embajadores de Honduras, Guatemala, El Salvador y México ante la ONU, además de Antonio Vitorino, director de la Organización Internacional para las Migraciones.