Por HUIZHONG WU
TAIPEI, Taiwán
Agencia AP
El éxito de China en el control del brote del coronavirus ha dado como resultado una población que parece casi reacia a vacunarse. Así que está impulsando la campaña de inmunización con incentivos: huevos gratis, cupones para tiendas y descuentos en alimentos y otros artículos.
Tras un inicio lento, China administra ahora millones de vacunas al día. Solo el 26 de marzo se pusieron 6,1 millones, y un destacado médico del gobierno, Zhong Nanshan, anunció el objetivo de vacunar a 560 de los 1.400 millones de habitantes del país en junio.
El desafío está tanto en la magnitud de la campaña como en la necesidad de convencer a una población que se siente a salvo de los contagios.
Cuando a finales de 2019 los pacientes comenzaron a llenar los hospitales de Wuhan con fiebre, tos y dificultad para respirar, el gobierno confinó ésta y otras ciudades de la provincia de Hubei durante más de dos meses a partir de enero de 2020. Wuhan está considerada el epicentro de la pandemia.
Desde entonces, China ha controlado el virus a través de estrictos controles fronterizos y de rápidas cuarentenas allí donde se detecta un brote. La gente puede cenar en restaurantes y el riesgo de contagio es bajo, por lo que muchos parecen no tener prisa por vacunarse.
«Creo que todo el mundo tiene una sensación de seguridad y comodidad, y no hay mucha prisa por vacunarse a menos que pidan que lo hagas», señaló Helen Chen, especialista en atención médica en una firma de investigación de mercado de Shanghai.
Pero China quiere abrirse mientras el mundo trata de regresar a la normalidad previa a la pandemia y Beijing se prepara para recibir a decenas de miles de visitantes para los Juegos Olímpicos de Invierno en febrero de 2022. A pesar de su éxito con los cierres rápidos y su robusto sistema de rastreo de contactos a través de smartphones, el gobierno valora también esas medidas ante un eventual regreso a la normalidad.
Por ahora, en grandes ciudades como Shanghai y Beijing el gobierno ha confiado principalmente en un mensaje continuo y en ofrecer regalos para convencer a la población de que se vacune.
Los centros comerciales dan puntos en tiendas o cupones. Un templo de la capital regala la entrada a quienes demuestren que recibieron la vacuna. Shanghai utiliza buses en su campaña para establecer puntos de vacunación móviles.
Y además están los huevos gratis.
«Buenas noticias. A partir de hoy, los residentes de más de 60 años que hayan recibido la primera dosis de la vacuna podrán optar a cinco ‘jin’ (2,5 kilos o cinco libras y media) de huevos. Los primeros en llegar serán los primeros en ser atendidos», rezaba un cartel de un centro de salud municipal en Beijing.
Wang Feng es demasiado joven para ese regalo de la clínica, pero este cocinero de 25 años dijo que se vacunó porque no podía trabajar si ella.
«Pensé que si funcionaba, yo podría trabajar también», añadió.
Algunos han expresado sus dudas sobre la eficacia de las vacunas, chinas o no, por la rapidez con la que se han desarrollado.
«No creo que una vacuna tan efectiva pueda fabricarse tan rápidamente», dijo Amy Lu, quien trabaja en una universidad en Shanghái.
Las cinco vacunas que se administran actualmente en China tienen una eficacia de entre el 50,7% y el 79,3%, según los datos revelados por las farmacéuticas. Esto no supone que no tengan valor, ya que la mayoría de los expertos dicen que cualquiera con más del 50% es útil para controlar la pandemia, además de para evitar hospitalizaciones y muertes.