Un contrabandista lleva a migrantes, mayormente centroamericanos, en una balsa inflable hacia Estados Unidos, en Texas. Foto La Hora/AP/Darío López-Mills.

Por CHRISTOPHER SHERMAN
CIUDAD DE MÉXICO
Agencia AP

El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, dijo ayer que planea visitar la Frontera Sur del país para discutir con gobernadores y alcaldes de la región sobre cómo frenar el contrabando de niños migrantes, algo que es una preocupación creciente para Estados Unidos.

Washington ha pedido a México, Guatemala, Honduras y El Salvador que ayuden a reducir el número de niños migrantes que llegan a su frontera.

Esta semana, el gobierno de Joe Biden dijo que había alcanzado acuerdos con los países latinoamericanos para que usaran soldados para combatir el tráfico de migrantes. La medida fue criticada por defensores de los derechos humanos y de los migrantes, que dijeron que dificultaría que las personas buscaran protección internacional.

Pero López Obrador dijo el miércoles que el deseo de proteger esos derechos es el motivo de los esfuerzos de México para frenar el flujo de niños migrantes.

Para cuidar a los niños «vamos a reforzar la vigilancia, la protección, el cuidado en nuestra frontera sur, porque es defender los derechos humanos», afirmó.

Mostró fotos de un camión de carga detenido el martes en la ciudad sureña de Tuxtla Gutiérrez cuando transportaba a 149 migrantes, entre ellos 28 menores de edad, procedentes de Honduras y Guatemala.

Dijo además que el director de la agencia de protección infantil y familiar de México se mudaría a la ciudad sureña de Tapachula hasta que mejore la situación.

El número de niños migrantes que llegan a la frontera sur de Estados Unidos se ha vuelto un problema creciente para el gobierno de Biden, que continúa regresando a la mayoría de los migrantes a México, pero ha dicho que no lo hará en los casos de menores no acompañados.

El gobierno de Estados Unidos pasa trabajos para albergar y cuidar a los menores en condiciones aceptables antes de reunirlos con sus familiares.

Familias centroamericanas, alentadas por contrabandistas, están llevando cada vez más a niños consigo, con esperanzas de mejorar sus probabilidades de quedarse en Estados Unidos mientras se procesan sus casos. Algunos de los padres devueltos a México han decidido enviar a sus niños de nuevo hacia Estados Unidos sin compañía de un adulto.

A finales de marzo, Biden dijo que la vicepresidenta Kamala Harris estaría a cargo de las gestiones estadounidenses en México y Centroamérica para responder a las causas de la migración. Harris dijo el miércoles que planeaba visitar pronto México y Guatemala.

Harris ha dicho que está trabajando a partir de la posición de que la mayoría de las personas no desean dejar sus hogares. Los problemas económicos, climáticos, de sostenibilidad alimentaria y corrupción no serán resueltos de un día para otro, pero Estados Unidos estudia lo que puede hacer sobre el desarrollo económico en esos países, agregó.

Honduras, Guatemala y El Salvador han sido el origen de la mayoría de los migrantes que arriban a la frontera sur de Estados Unidos en los últimos años. La corrupción, el estancamiento económico y los altos niveles de delincuencia están entre los factores principales que hacen que la gente emigre. El estallido de la pandemia de coronavirus el año pasado profundizó la desesperación económica, al igual que lo hicieron dos fuertes huracanes que devastaron la región en noviembre.

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