Un anciano recibe su primera dosis de la vacuna de Pfizer contra el COVID-19 en Tokio. Foto La Hora/Kyodo News vía AP.

POR MARI YAMAGUCHI
TOKIO
Agencia AP

Tokio endureció hoy las medidas contra el coronavirus, en un intento de combatir la rápida expansión de una variante más contagiosa antes de los Juegos Olímpicos. Menos del 1% de la población del país ha sido vacunada.

Japón comenzó su campaña de vacunación con personal de Salud y el lunes la amplió a población anciana, con unos 120 puntos de vacunación en todo el país.

Las nuevas medidas contra el COVID-19, introducidas apenas tres semanas después de que se levantara el estado de emergencia en la capital, permiten a la gobernadora de Tokio a reducir las horas de apertura de bares y restaurantes, sancionar a infractores y recompensar a los que cumplan las normas. Las restricciones se aprobaron hasta el 11 de mayo.

También se endurecieron las restricciones en Kioto, en el oeste de Japón, y en la prefectura sureña de Okinawa, donde han aumentado los casos en las últimas semanas. El estado cercano a emergencia se mantendrá allí hasta el 5 de mayo, cuando termina la «Semana Dorada» de feriados en Japón, para disuadir a la gente de que viaje.

La gobernadora de Tokio, Yuriko Koike, ha pedido a la población que evite los viajes no esenciales y mantenga el distanciamiento social. También pidió a bares y restaurantes en muchas zonas de la prefectura que cerraran a las 20:00.

Uno de los lugares donde se administraban vacunas el lunes era una residencia de ancianos en el centro de Tokio.

Sin embargo, Koike instó a los residentes a mantener la cautela porque las vacunaciones apenas habían comenzado.

«Seguimos desarmados en la lucha contra el repunte de las infecciones», dijo Koike. «Por favor, sigan las recomendaciones».

Las autoridades sanitarias también patrullarán bares y restaurantes para garantizar que se cumplen las medidas de seguridad, y se aumentarán las pruebas diagnósticas en centros de mayores.

La semana pasada se subió el nivel de alerta en zonas de las prefecturas occidentales de Osaka y Hyogo, así como en Miyagi, en el norte. Quince ciudades en las seis prefecturas, incluido el centro de Tokio, tienen ahora medidas reforzadas contra el virus.

El estado de emergencia no vinculante se levantó en la zona de Tokio el 21 de marzo. La reinstauración de las medidas de protección reflejaba las dificultades de equilibrar la lucha contra el virus con la actividad económica. El gobierno de Suga ha sido criticado por tardar demasiado en tomar medidas contra el virus por temor a dañar más una economía ya golpeada por la pandemia.

Japón ha gestionado la pandemia mejor que Estados Unidos y muchos países europeos, pero no tanto como otros países asiáticos. Además, la campaña de vacunación marcha con mucho retraso debido a los suministros limitados de la vacuna de Pfizer, la única autorizada en Japón, que por ahora depende por completo de las importaciones.

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