Por CHRISTOPHER SHERMAN
CIUDAD DE MÉXICO
Agencia AP
México y Estados Unidos discutieron temas de migración y desarrollo regional durante una serie de reuniones de alto nivel realizadas en México ayer, en momentos en que el creciente número de migrantes que llegan a su frontera compartida ha generado preocupaciones en ambos países.
Al gobierno del presidente Joe Biden le preocupa el número de familias migrantes y de menores sin compañía adulta que han llegado a la frontera entre México y Estados Unidos en los últimos meses.
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La exembajadora de Estados Unidos en México, Roberta Jacobson, actualmente la principal asesora de la Casa Blanca en materia fronteriza, y Juan González, director senior del Consejo de Seguridad Nacional para el Hemisferio Occidental, estuvieron acompañados por Ricardo Zúñiga, quien fue nombrado recientemente como enviado especial para el Triángulo Norte.
El nuevo gobierno de Estados Unidos ha comenzado a desmantelar las políticas de la era Trump que dificultaban el proceso de asilo, pero han mantenido vigentes algunas medidas, como una política relacionada a la pandemia que le permite a Estados Unidos devolver a México a la mayoría de los migrantes que cruzan ilegalmente la frontera.
En una reunión en la que participó el secretario de Relaciones Exteriores de México, Marcelo Ebrard, las dos delegaciones discutieron «acciones humanitarias para impulsar, en el corto plazo, un desarrollo económico inclusivo en el norte de Centroamérica», informó el gobierno mexicano en un comunicado.
Ebrard enfatizó poco después el objetivo compartido de desarrollo en la región para atender la migración.
«Si perseveramos y actuamos en conjunto, les dijimos, podemos lograr que estos países y el sur de México tengan otro futuro, tengan otras posibilidades», dijo el canciller. «Que nadie tenga que emigrar por pobreza, por inseguridad, por desesperanza».
Los países del llamado Triángulo Norte: Guatemala, Honduras y El Salvador, han sido la principal fuente de migrantes que llegan a la frontera sur de Estados Unidos en los últimos años. Asediados por la arraigada corrupción y la violencia, y recientemente por la devastación causada por dos grandes huracanes en noviembre pasado, así como por los efectos económicos de la pandemia de COVID-19, los migrantes siguen saliendo de esos países en grandes números.
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La confusión y la desinformación sobre una postura aparentemente más humana de Biden hacia los inmigrantes y solicitantes de asilo han sido factores que han contribuido al aumento en el flujo migratorio. Muchos migrantes que percibieron un cambio de actitud respecto a las duras políticas de Trump emprendieron el viaje en los primeros meses del año para probar su suerte.
Jacobson aprovechó la oportunidad para enviar nuevamente un claro mensaje a aquellos que piensan en migrar hacia Estados Unidos: «No vengan a la frontera. La frontera está cerrada», dijo Jacobson en español en un mensaje difundido por la embajada de Estados Unidos en México.
La funcionaria destacó los peligros que representan los traficantes de migrantes y viajar durante la pandemia. «Quédense en casa, manténganse a salvo, y esperen más información sobre el proceso de asilo».
En tanto, México se encuentra una vez más bajo la presión de frenar el tránsito de migrantes a través de su territorio. La semana pasada, el gobierno anunció nuevas restricciones en su frontera sur, en donde únicamente se permitirán los cruces con fines esenciales debido a la pandemia. Pero al entrar en vigor un año después del inicio de la crisis sanitaria, muchos expertos señalaron que las medidas son simplemente una fachada para una mayor vigilancia migratoria.
Al mismo tiempo, México desplegó más agentes migratorios hacia el sur del país y dijo que se enfocaría en detener a los menores sin compañía adulta y a las familias con hijos que intentaran llegar a la frontera con Estados Unidos. El anuncio fue criticado, en especial al darse a conocer el mismo día en que Estados Unidos accedió a enviar vacunas contra el COVID-19 a México.
En 2019, México desplegó a la recién creada Guardia Nacional en la frontera sur para reforzar las labores de control migratorio debido a la presión del gobierno de Trump, que había amenazado con imponer aranceles a las importaciones procedentes de México.
El gobierno de Biden tomó una vía más diplomática, pero de igual forma necesita de la cooperación de México.
México ha sido criticado por extender básicamente las políticas migratorias de Estados Unidos hasta su propia frontera con Centroamérica. A cambio, México ha presionado a Washington para que brinde apoyo a más proyectos de desarrollo en la región. Biden ha hablado de enviar 4.000 millones de dólares en ayuda para el desarrollo.
Ambas partes dijeron que su enfoque principal era la protección de los derechos humanos de los migrantes, y garantizar una migración segura y ordenada. A la larga, quieren reducir los factores que obligan a las personas a salir de sus países. De momento se han centrado en los factores económicos, pero aún está por verse la manera en que el nuevo gobierno estadounidense atenderá temas más delicados, como la corrupción en la región.
Gladys McCormick, profesora adjunta de historia en la facultad Maxwell de Ciudadanía y Asuntos Públicos de la Universidad de Syracuse, señaló que aunque el gobierno de Biden empleaba un método más diplomático que el de Trump, la delegación de Estados Unidos vino pidiendo «que los mexicanos hicieran parte de su trabajo sucio, el cual es nuevamente frenar el flujo de personas que llegan a la frontera sur».
La situación también es una oportunidad para que el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, obtenga más de Estados Unidos, puntualizó. Ayuda adicional en el combate a la pandemia es una de las cosas que López Obrador ya le pidió a Biden. Y otra podrían ser recursos adicionales para ayudar a México a lidiar con los migrantes que se reúnen en su frontera compartida, comentó McCormick.
También es una distracción bienvenida para López Obrador, señaló McCormick, quien destacó que el comunicado del gobierno mexicano no hizo mención del crimen organizado ni de los estragos económicos desatados por la pandemia.
López Obrador «necesita esto para desviar de alguna manera la atención de lo que sucede actualmente en México, en especial de cara a las próximas elecciones legislativas», declaró.
Parte de la delegación de Estados Unidos tiene programada una serie de reuniones en Guatemala para hoy.