Simpatizantes de la expresidenta Jeanine Áñez, gritan consignas durante una protesta en La Paz, Bolivia. Foto La Hora/AP/Juan Karita.

Por CARLOS VALDEZ

LA PAZ

Agencia AP

El gobierno de Bolivia pidió a Estados Unidos y Brasil evitar «injerencias» en la crisis política del país andino tras la detención de la expresidenta interina Jeanine Áñez, lo que ha elevado el clima de tensión en el país.

El canciller Rogelio Mayta se reunió la víspera con el embajador brasileño Octavio Henrique Días y con la encargada de Negocios de Estados Unidos, Charisse Phillips, para «recordarles el deber de abstenerse de intervenir en asuntos internos de otros Estados», dijo la cancillería en un comunicado.

El presidente brasileño Jair Bolsonaro calificó de «irrazonable» que a Áñez se la acuse de «golpe de Estado», mientras que la portavoz adjunta del Departamento de Estado, Jalina Porter, dijo que «Estados Unidos sigue con preocupación» la situación en Bolivia. El gobierno boliviano también ha rechazado las críticas del Secretario General de la Organización de Estados Americanos (OEA), Luis Almagro.

Las detenciones de Áñez y de dos exministros acusados de sedición, conspiración y terrorismo motivaron el martes marchas opositoras en varias ciudades que hicieron recordar las masivas protestas de 2019 contra el entonces presidente Evo Morales a quien acusaron de montar un fraude para reelegirse, lo que derivó en un estallido social con 36 muertos y la posterior renuncia del mandatario.

Partidarios y familiares reclamaban reclamaron el jueves que Áñez sea traslada a un centro médico tras sufrir en la cárcel una descompensación debido a un cuadro de hipertensión.

El mismo jueves por la tarde, la presidenta de la Asamblea de Derechos Humanos de Bolivia, Amparo Carvajal, visitó a la exmandataria en la cárcel y aseguró que está pasando por un periodo de depresión y que ha dejado de comer. Las autoridades de régimen penitenciario insisten en que el traslado de Áñez a una clínica no es necesario y aseguraron que su salud es estable.

El presidente izquierdista Luis Arce había reducido sus apariciones públicas y no había comentado nada sobre el asunto, pero horas después publicó en Twitter que se reunió virtualmente con el secretario general de la Organización de Naciones Unidas (ONU), António Guterres, con quien analizó «el proceso de recuperación de la democracia en Bolivia y la situación de la pandemia a nivel mundial».

«En la conversación, el secretario general subrayó la necesidad de respetar los derechos humanos y el debido proceso, que constituyen una base fundamental de la consolidación de la democracia», informó el por el portavoz de la Secretaría General, Stéphane Dujarric. Hace cuatro dias Guterres hizo una llamado a los políticos bolivianos a «consolidar la paz y pidió un «debido proceso» tras la detención de Áñez.

El pulso entre el gobierno y la oposición activó otros conflictos como el de los cocaleros, que el jueves cortaron una vital ruta en La Paz por una disputa interna por el control del comercio legal de coca. También los médicos han vuelto a las calles para rechazar una reciente ley que, según los trabajadores sanitarios, penaliza a los huelguistas y permite la entrada al país de personal médico extranjero.

Estos conflictos podrían complicar la situación para el gobierno en medio de una crisis sanitaria, una lenta vacunación y la crisis económica agravada por la pandemia, según analistas.

Hasta ahora en Bolivia se ha registrado más de 262.000 casos el nuevo coronavirus y 12.015 fallecidos, según el centro de Ciencia e Ingeniería en Sistemas de la Universidad Johns Hopkins.

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