Por ALAN FRAM
WASHINGTON
Agencia AP
Un líder de la iniciativa de los demócratas del Senado para ayudar a millones de inmigrantes a naturalizarse planteó fuertes dudas ayer sobre sus posibilidades de éxito, lo que deja entrever que una de las prioridades del presidente Joe Biden parece en peligro de encallar en un Congreso que su propio partido controla.
Un alto senador republicano que ha sido fundamental en intentos pasados para lograr un acuerdo bipartidista en torno al tema también se mostró pesimista. Los comentarios del senador demócrata Dick Durbin y de su colega republicano Lindsey Graham dejan entrever que la inmigración sigue siendo un problema complejo para que los dos partidos puedan corregirlo, incluso con Donald Trump ya fuera de la Casa Blanca.
Las exigencias republicanas de hacer frente al incremento en el número de niños y familias que llegan a la frontera con México, más la falta de respaldo tanto en la Cámara de Representantes como en el Senado, hacen improbable que se apruebe un proyecto de ley de amplio alcance, dijo ante reporteros Durbin, el segundo demócrata de mayor rango en el Senado.
«No veo una forma de concretar» una ley en este Congreso, señaló Durbin. «La quiero. Creo que es mucho más probable que tengamos que lidiar con elementos discretos» de dicho plan.
Sin embargo, en la misma conversación, Durbin dijo que la insistencia de Graham en hacer frente al flujo de inmigrantes en la frontera dificultaría manejar incluso propuestas de inmigración individuales y muy populares. Entre ellas estaría el forjar una ruta a la naturalización entre los llamados Dreamers (residentes de Estados Unidos traídos ilegalmente al país cuando eran niños).
«Cuando empezamos a meternos en las otras áreas, se pone mucho más complicado. Él lo sabe», dijo Durbin sobre Graham. El demócrata agregó posteriormente: «Desearía que pudiéramos mover una pieza a la vez, pero no creo que eso esté en la baraja».
Graham señaló que los problemas en la frontera hacen que sea «mucho más difícil» alcanzar un acuerdo. Le dijo a los reporteros que cree que este año no se logrará concretar una ley de amplio alcance.
«Va a ser realmente difícil armar un proyecto de ley bipartidista sobre cualquier cosa que tenga un componente de legalización hasta que se logre detener el flujo», afirmó.
Biden ha propuesto crear una ruta para que los aproximadamente 11 millones de inmigrantes que se encuentran ilegalmente en Estados Unidos puedan naturalizarse. También desea reducir los largos tiempos de espera para obtener algunas visas, mejorar la tecnología de vigilancia fronteriza y ayudar a los países centroamericanos con la esperanza de disminuir la necesidad de la gente de salir de ellos.
En días recientes, el número de niños y familias inmigrantes que intentan ingresar a Estados Unidos desde México ha aumentado a cifras no vistas desde antes de la pandemia de coronavirus. Los republicanos han hecho notar ese flujo a fin de contraatacar a los demócratas, que obtuvieron la aprobación de una ley de 1,9 billones de dólares de ayuda contra los efectos económicos del COVID-19 que según las encuestas ha sido muy bien recibida por el público.
«Esta crisis es creada por las políticas presidenciales de este nuevo gobierno», dijo el republicano Kevin McCarthy, líder de la minoría en la Cámara de Representantes, el lunes mientras encabezaba una amplia delegación de su partido a El Paso, Texas. «No hay otra forma de atribuirla sino a Biden, una crisis fronteriza creada por él».
En sus primeras semanas, el gobierno de Biden ha estado buscando formas de hacer menos rigurosas las duras políticas migratorias de Trump, las cuales incluían separar a niños de sus familias cuando ingresaban ilegalmente a Estados Unidos para tratar de desalentar dicha práctica.
El nuevo gobierno está deteniendo temporalmente a niños y familias, en su mayoría provenientes de Centroamérica, durante varios días. En general, luego se les permite ingresar a Estados Unidos mientras las autoridades evalúan sus solicitudes de asilo o examinan si tienen otro derecho legal para permanecer en el país.
Durbin habló tres días antes de la fecha en que la Cámara de Representantes tiene previsto votar un par de proyectos de ley que impulsarían partes de la agenda de los demócratas en inmigración.
Uno de esos proyectos de la cámara baja abriría una oportunidad para que se naturalicen los Dreamers y gente que huye de países devastados por la guerra. El otro le facilitaría a muchos jornaleros agrícolas inmigrantes permanecer en Estados Unidos y, en algunos casos, naturalizarse.
Ambos enfrentan una difícil lucha en el Senado de 100 escaños, donde los 50 demócratas probablemente necesitarían al menos 10 sufragios republicanos.
«Creo que la presidenta (Nancy) Pelosi ha descubierto que no tiene el apoyo en la Cámara de Representantes para el proyecto de ley», dijo Durbin sobre la cámara baja, donde la pequeña mayoría con que cuentan los demócratas los deja con sólo un puñado de votos de los que podrían prescindir. «Y creo que eso indica dónde se ubica en el Senado también».
Un asesor de los líderes demócratas en la Cámara de Representantes mencionó los dos proyectos de ley de inmigración que la cámara tiene previsto someter a votación esta semana, y dijo que los demócratas «seguirán reuniendo apoyo para el proyecto de ley de reforma migratoria del presidente Biden». El asesor dijo que «en las próximas semanas», la Comisión de Asuntos Jurídicos de la Cámara de Representantes prevé efectuar votaciones sobre el plan de Biden.
«Necesitamos votos republicanos», reconoció Durbin. Hizo notar que destacados republicanos están insistiendo en que el problema fronterizo se convierta en parte de la discusión sobre los proyectos de ley, y consideró que es muy difícil saber qué hacer con los niños que llegan a la frontera.
El senador demócrata Robert Menéndez, que también suele participar en las conversaciones sobre inmigración, se mostró optimista y dijo que es prematuro descartar que se concrete un proyecto de ley de amplio alcance este año.