Por CARA ANNA
NAIROBI, Kenia
Agencia AP
África rebasó la barrera de los 100,000 decesos confirmados por coronavirus, mientras el continente, elogiado por su respuesta al inicio de la pandemia, enfrenta ahora un peligroso rebrote y escasez de oxígeno para uso médico.
«Somos más vulnerables de lo que pensábamos», dijo John Nkengasong, director de los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés) del continente, en una entrevista con The Associated Press sobre la pandemia y la cifra de decesos, que calificó de «notablemente dolorosa».
El funcionario se mostró preocupado porque «estamos empezando a normalizar las muertes» mientras los trabajadores sanitarios están desbordados.
El continente de 54 naciones y unos 1.300 millones de habitantes no ha recibido apenas envíos a gran escala de vacunas contra el COVID-19, pero una variante del virus dominante en Sudáfrica plantea ya un desafío para las campañas de vacunación. Aun así, si llegan las dosis, la región debería poder vacunar a entre el 35 y el 40% de su población antes de que termine 2021, y al 65% a finales de 2022, dijo Nkengasong.
En un importante avance el viernes, un grupo de trabajo creado por la Unión Africana dijo que Rusia ofreció 300 millones de dosis de su vacuna Sputnik V, que estarán disponibles en mayor. La UA había obtenido antes 270 millones de dosis de las vacunas desarrolladas por AstraZeneca y la Universidad de Oxford, Pfizer-BioNTech y Johnson & Johnson.
Las autoridades de salud que respiraron con alivio el año pasado cuando la región no registró un gran número de muertes por coronavirus, reportan ahora un incremento en el número de decesos. Los CDC de África dijeron el viernes que el total de muertes llegó a 100.294.
Los fallecimientos por coronavirus en el continente se incrementaron en un 40% en el último mes frente al anterior, dijo la jefa de la Organización Mundial de la Salud para África, Matshidiso Moeti, a reporteros la semana pasada. Esto supone más de 22.000 muertos en las cuatro últimas semanas.
Esta subida es una «trágica advertencia de que los trabajadores y los sistemas de salud en muchos países en África están peligrosamente saturados», apuntó agregando que evitar los casos graves y las hospitalizaciones es crucial.
Pero los últimos datos muestran una desaceleración. En la semana que terminó el domingo, las muertes bajaron un 28%, apuntaron los CDC el jueves.
África superó los 100.000 decesos poco más de un año después de confirmar el primer contagio, detectado en Egipto el 14 de febrero de 2020.
Pero mucha más gente ha muerto a causa del coronavirus en la región, aunque no estén incluidas en el conteo oficial.
Sudáfrica, la nación más golpeada por la pandemia en el continente, registró más de 125.000 fallecimientos más por causas naturales entre el 3 de mayo del año pasado y el 23 de enero. Aunque no está claro cuántas de ellas se debieron al virus, hubo «una estrecha correspondencia entre el exceso de muertes y el incremento de casos confirmados de COVID-19 en cada provincia», señaló el Conejo Sudafricano de Investigación Médica.
Como muchas naciones africanas carecen de medios para rastrear los datos de mortalidad, no está claro cuántas de más se han producido en la región desde el inicio de la pandemia.
«La gente está muriendo por falta de atenciones básicas», señaló Nkengasong citando el oxígeno medicinal como una necesidad crítica.
Veintiún países africanos tienen tasas de mortalidad más altas que la media global, explicó el director de los CDC, incluyendo Sudán, Egipto, Liberia, Mali y Zimbabue. La tasa conjunta del continente sigue muy por encima del promedio mundial de 2,6%.
«La segunda ola llegó con fuerza en parte por esta nueva variante (en Sudáfrica), en parte porque creamos oportunidades de contagio masivo» como las fiestas de Navidad, dijo Salim Abdool Karim, el principal asesor del gobierno sudafricano para el COVID-19. «El virus se adapta y mejora con el tiempo porque va mutando progresivamente para mejorar su adaptación».