Unas personas, entran a la librería Skylight en Los Ángeles, California. Foto La Hora/AP/Damian Dovarganes.

Por KATHLEEN RONAYNE

SACRAMENTO, California, EE. UU.

Agencia AP

Los comerciantes elogiaron la decisión del gobernador de California, Gavin Newsom, de rescindir la orden de permanecer en casa al mejorar la situación con respecto al coronavirus, pero funcionarios de salud expresaron el temor de que la gente baje la guardia.

Se está «aplanando la curva» en el estado, dijo Newsom en conferencia de prensa virtual el lunes. «Todo lo que debe subir sube, todo lo que debe bajar baja: tasas de casos, tasas de positividad, hospitalizaciones, cuidados intensivos».

Las estadísticas han mejorado notablemente con respecto al mes pasado, cuando algunos hospitales del sur del estado, abrumados por la cantidad de enfermos de COVID-19, elaboraban planes de emergencia para racionar la atención.

Newsom elaboró la orden en diciembre cuando aumentaban bruscamente los casos y anticipando nuevos picos tras las fiestas de fin de año. Dividió el estado en cinco regiones e impuso la orden en cuatro de ellas porque su capacidad de cuidados intensivos cayó por debajo del 15%. Solo el norte de California, una zona rural, superaba el umbral.

El sur, donde residen más de la mitad de los 40 millones de habitantes, tiene una capacidad de cuidados intensivos de 0%, según datos estatales. Pero Newsom dijo que las proyecciones para las próximas cuatro semanas indican una baja de los casos y un aumento de la capacidad a 33%, la más alta de todas las regiones del estado.

Los restaurantes podrán instalar mesas en el exterior y los templos podrán celebrar oficios afuera. Los salones de belleza y otros negocios podrán reabrir y las tiendas podrán tener más gente en el interior de sus locales.

También se levanta el toque de queda de las 10 de la noche a las 5 de la mañana, salvo en San Francisco, donde el alcalde London Breed ordenó mantenerlo.

Algunos profesionales de la salud expresaron preocupación. Joshua Salomon, profesor de medicina de la Universidad de Stanford, expresó preocupación de que se rescinda la orden a pesar de que continúa el contagio.

«Por el momento seguimos en una situación muy peligrosa y debemos cuidarnos mucho de abrir en forma demasiado amplia y rápida», dijo.

Artículo anteriorOEA: Corrupción e impunidad
Artículo siguienteEl Papa pide una Iglesia sin élites en la que participen todos sin exclusión