Bandera de Honduras. Foto La Hora/DPA/Europa Press/FLICKR/John H. Gámez.

MADRID

Agencia DPA/Europa Press

El Congreso Nacional de Honduras aprobó un proyecto de ley que blinda la prohibición constitucional absoluta del aborto en el país, entre el rechazo de organizaciones civiles y de la comunidad internacional y el apoyo de movimientos religiosos.

La iniciativa blinda el artículo 67 de la Constitución de Honduras sobre la prohibición el aborto, y fue presentada el pasado 11 de enero por el vicepresidente hondureño, Mario Pérez, del conservador Partido Nacional, movimiento en el poder, bajo el argumento que «todo ser humano tiene derecho a la vida».

Pérez había solicitado dispensa de dos debates, pero la reforma se aprobó en su totalidad en un único debate finalmente con la mayoría de la cámara, con 88 votos a favor y 32 en contra.

Con esta modificación se blinda así la prohibición del aborto, ya que serían necesarias tres cuartas partes del Congreso para realizar cualquier modificación del texto que reza «prohibido e ilegal la práctica de cualquier forma de interrupción de la vida del que está por nacer, a quien debe respetarse la vida en todo momento».

En Honduras, uno de cada cuatro partos es de una menor de 19 años, mientras que las organizaciones feministas y de Derechos Humanos han recordado que, en consonancia con los argumentos de Naciones Unidas, la criminalización del aborto va en contra de los Derechos Humanos.

«La cárcel no previene los embarazos no deseados», ha recordado la organización Somos Muchas en su cuenta de Twitter tras la aprobación de una medida que ha calificado como «injusta y desproporcionada».

También la ONU había pedido al Congreso que desistiera de la aprobación de tal reforma.

A pesar de que en los últimos años diversas iniciativas han planteado despenalizar el aborto bajo tres causales –una legislación muy extendida en la región latinoamericana–, el aborto está penalizado en Honduras en todas sus formas desde 1997.

Esto supone que, ni en el caso de violación, ni malformación del feto ni peligro para la madre, las mujeres hondureñas tienen permitido abortar bajo la amenaza de penas de prisión.

No obstante, y a pesar del rechazo de una parte de la sociedad civil, tanto la Iglesia Católica como la Evangélica –con gran influencia en la nación centroamericana– del país se ha mostrado vehemente en contra de cualquier posibilidad de despenalizar el aborto.

Algunos de los representantes religiosos, como el pastor Tomás Barahona, han llegado a asegurar en los pasados días que «sufre más una mujer que mató a su hijo en su vientre que una violación y aunque es cierto que sufrió un trauma, pero asesinó algo que tenía vida. ¿Quién no sufre adversidades, maltratos y abusos?», según declaraciones recogidas por el diario local “El Tiempo”.

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