El presidente Andrés Manuel López Obrador. Foto La Hora/AP/Marco Ugarte.

Por CHRISTOPHER SHERMAN y MARK STEVENSON
CIUDAD DE MÉXICO
Agencia AP

El presidente de México Andrés Manuel López Obrador afirmó ayer que la agencia antidrogas de Estados Unidos «fabricó» acusaciones contra el exsecretario de Defensa mexicano Salvador Cienfuegos, y luego su gobierno publicó lo que dijo era todo el expediente judicial que las autoridades estadounidenses entregaron cuando repatriaron al general retirado.

La inédita decisión se anunció un día después que fiscalía general de México dijo que desestimaría los cargos de narcotráfico contra el general Salvador Cienfuegos. El expediente publicado incluía transcripciones de conversaciones por mensajería electrónica.

El gobierno de Estados Unidos desistió de la causa contra Cienfuegos en noviembre en una concesión diplomática y lo envió a México, donde de inmediato quedó en libertad.

López Obrador dijo que hubo falta de profesionalismo en la investigación estadounidense e insinuó que podría haber móviles políticos detrás del arresto de Cienfuegos en el Aeropuerto de Los Ángeles en octubre, señalando que la pesquisa había comenzado años atrás pero el arresto se llevó a cabo poco antes de las elecciones presidenciales en Estados Unidos.

El gobierno estadounidense respondió rápidamente que se reservaba el derecho de enjuiciar a Cienfuegos en el futuro. Los comentarios de López Obrador podrían provocar que la relación de seguridad con el gobierno entrante del presidente electo Joe Biden tenga un inicio lejos de lo óptimo.

López Obrador dijo el viernes que los fiscales mexicanos desestimaron el caso porque las pruebas aportadas por Estados Unidos no demostraban que hubiera cometido delito alguno.

«¿Por qué hicieron esta investigación así, sin sustento, sin pruebas?», preguntó el mandatario.

Al preguntársele si los mexicanos se sentirían desilusionados por la promesa de su gobierno de erradicar la corrupción, López Obrador respondió que no encubrirán a nadie.

«No vamos a fabricar nosotros delitos. No vamos a inventar nada. Tenemos que actuar a partir de hechos, de pruebas, de realidades», señaló.

López Obrador reconoció que los mexicanos sí confían en el sistema de justicia de Estados Unidos.

«Ésos son los buenos jueces, impecables, ésos no cometen errores, ésos son rectos», dijo, refiriéndose a la opinión de los mexicanos sobre los magistrados estadounidenses. «En este caso, con todo respeto, los que hicieron esta investigación no actuaron con profesionalismo».

Nicole Navas Oxman, subdirectora interina de asuntos públicos en el Departamento de Justicia estadounidense, dijo el viernes que «Estados Unidos se reserva el derecho de reiniciar su proceso a Cienfuegos si el gobierno de México no lo hace».

López Obrador dijo que la evidencia compartida por Washington contra el general sería dada a conocer públicamente, porque el pueblo debía verla, y consideró que fue un golpe al prestigio de México.

En un comunicado el jueves por la noche, la fiscalía no sólo dijo que desestimaba el caso, sino que absolvía totalmente al general.

«Se llegó a la conclusión de que el general Salvador Cienfuegos Zepeda nunca tuvo encuentro alguno con los integrantes de la organización delictiva investigada por las autoridades norteamericanas; y tampoco sostuvo comunicación alguna con ellos», señaló la fiscalía.

El comunicado agrega que no se encontró que Cienfuegos tuviera ingresos ilícitos o irregulares, ni que hubiera realizado «actos tendientes a proteger o ayudar a dichos individuos».

Una investigación de siete años por las autoridades estadounidenses fue refutada totalmente por Cienfuegos a los cinco días de conocer las pruebas en su contra, dice el comunicado.

Se desestimaron todos los cargos, y Cienfuegos, que en ningún momento fue arrestado en México una vez que lo entregaron las autoridades estadounidenses, ya no es objeto de investigación.

Si la pesquisa se efectuaba desde hacía siete años, ¿por qué Cienfuegos fue arrestado unos días antes de los comicios en Estados Unidos, especialmente tomando en cuenta que también había volado a ese país en marzo?, preguntó López Obrador.

«¿Cuál era el mensaje, de parte de quién? ¿Qué cosa era lo que se pretendía, debilitar al gobierno de México, debilitar a las fuerzas armadas de México, que nos confrontáramos con el actual gobierno (estadounidense)?», añadió.

Gladys McCormick, profesora de historia de la Escuela Maxwell de Ciudadanía y Asuntos Públicos de la Universidad de Syracuse, dijo que lo único sorprendente es que México no hiciera una mejor simulación de que estaba investigando a Cienfuegos.

«Uno diría que al menos hubieran realizado un simulacro de investigación, siquiera para fomentar la ilusión de que existe el estado de derecho», dijo McCormick. «Desde el lado mexicano, esto indica el profundo control que los militares como institución ejercen sobre el poder. También revela el nivel de complicidad en juego en este caso».

Cienfuegos fue arrestado en Los Ángeles en octubre después que un jurado investigador federal le instruyó cargos en secreto en Nueva York en 2019. Se le acusó de conspirar con el cártel del H-2 en México para contrabandear miles de kilos de cocaína, heroína, metanfetaminas y marihuana cuando era secretario de Defensa de 2012 a 2018.

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