MADRID
Agencia DPA/Europa Press
La directora ejecutiva de UNICEF, Henrietta Fore, ha llamado a los gobiernos de todo el mundo a «no escatimar esfuerzos» para mantener las escuelas abiertas o «priorizar la reapertura de centros escolares» a pesar de la pandemia y de los aumentos de casos que se están registrando en la mayoría de países.
Fore lamenta que, a pesar de la «evidencia creciente» de que las escuelas «no favorecen el contagio» de coronavirus, muchos países «han optado por mantenerlas cerradas» y, «en algunos casos durante casi un año», una situación que, a juicio de UNICEF, es «devastador» para la vida de los menores.
Esta situación, según señala, ha provocado un aumento del número de niños sin escolarizar en el planeta, que aumenta hasta los 24 millones, es decir, «hasta un nivel nunca visto en años» y en cuya reducción las organizaciones de infancia habían trabajado «duramente» en los últimos años.
Desde la organización recuerdan que «la capacidad de los niños para leer y escribir, así como sus habilidades matemáticas, se han deteriorado y las competencias que necesitan para desenvolverse en la economía del siglo XXI han disminuido». Además, «su salud, desarrollo, seguridad y bienestar están en riesgo» y «los más vulnerables serán los que más sufran el impacto de estas carencias», como aquellos que dependen del menú escolar para su nutrición.
«Es por eso por lo que el cierre de las escuelas debe ser el último recurso», ha declarado Fore, que teme que «si los niños se enfrentan a otro año de cierre de escuelas, los efectos tendrán repercusión en las generaciones venideras».
SANIDAD VS. EDUCACIÓN
En los más vulnerables también ha incidido Save The Children, que también advierte de la posibilidad de estar perdiendo una generación «en los países más pobres del mundo», cuyos gobiernos están «dando prioridad» a la atención sanitaria para poner fin al Covid19, frente a la educación de los menores.
La organización asegura que esta situación se podría evitar «invirtiendo 50.000 millones de dólares» que garantizarían «136 millones de niños y niñas puedan regresar a la escuela de manera segura».
Estas cifras, ha explicado la ONG, se han calculado en un análisis de la propia organización en el que también se recoge que costaría una media de 370 dólares por estudiante abrir escuelas de nuevo de manera segura y volver a encarrilar el aprendizaje en 59 de los países más pobres del mundo.
«Sin educación, no tendríamos el éxito de las vacunas contra el Covid-19 y la perspectiva de un mundo más seguro. Los niños y las niñas que actualmente no van a la escuela son nuestros futuros médicos, científicos, camioneros y fontaneros», ha explicado la directora general de Save The Children Internacional, Inger Ashing. «Si 2020 fue el año en que se encontró la vacuna, 2021 debe ser el año en que se invierta en el futuro de la infancia», ha añadido.
La ONG señala que, dado que muchos países no pueden asumir el gasto, especialmente porque los gobiernos dan prioridad a la atención médica para hacer frente al virus, es necesario que donantes internacionales trabajen con los ejecutivos nacionales para financiar esta necesidad.
Save The Children considera, además, que en esta materia se ha de priorizar a las personas más vulnerables, como las niñas, los niños y niñas refugiados y desplazados y los niños y las niñas con discapacidad.