Personas escuchan música después de una actividad en Ciudad de Panamá. Foto La Hora/AP/Arnulfo Franco.

PANAMÁ

Agencia AP

Panamá volverá a imponer un férreo confinamiento en las dos provincias donde se registran los mayores contagios de coronavirus en medio de un veloz incremento de casos positivos que ha puesto al Sistema de Salud en situación crítica.

El ministro de Salud, Luis Francisco Sucre, anunció ayer que en las provincias de Panamá –que incluye la capital del país– y la colindante Panamá Oeste, las cuales albergan a casi la mitad de los 4,2 millones de habitantes de la nación, regirá una cuarentena total del 4 al 14 de enero, en la que sólo se permitirán las salidas para compras esenciales, por horario y género.

Esa medida se suma a un confinamiento escalonado decretado previamente a nivel nacional durante las festividades de Navidad y el Año Nuevo.

En las últimas semanas el país centroamericano ha registrado un aumento vertiginoso de las infecciones y decesos por COVID-19. En el último mes, la tasa de positivos se disparó del 12% a 20% o más, según las autoridades.

El reporte del domingo dio cuenta de 2.633 nuevos casos y 42 defunciones, para dejar un acumulado de 231.357 contagios y 3.840 decesos desde que se reportó la primera infección en el país a principios de marzo.

«Esperamos con estas medidas romper la cadena de contagios», dijo Sucre. «Nos recuperamos o nos hundimos. Estamos en el mismo barco».

La situación es tan crítica que el gobierno decidió contratar a médicos extranjeros, por lo que esta semana llegaron 220 galenos cubanos para reforzar el trabajo de un agotado sistema de salud pública, según el ministro panameño.

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