La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen en Bruselas. Foto La Hora/AP/Francisco Seco.

Por RAF CASERT
BRUSELAS
Agencia AP

Tras semanas de persistente pesimismo, la Unión Europea dijo hoy que ahora hay una estrecha senda hasta un acuerdo comercial con Gran Bretaña para después del Brexit, que debería evitar un costoso caos en las fronteras a final de año.

La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, dijo estar viendo claros progresos en las conversaciones celebradas en Bruselas, señalando que «las buenas noticias son que hemos encontrado una forma de avanzar en la mayoría de los temas».

Von der Leyen confirmó que las grandes discrepancias se habían reducido a apenas dos: la libre competencia en el mercado de la UE y los derechos de pesca para los barcos europeos en aguas británicas.

Aunque se refirió a una vía «muy estrecha» para alcanzar un acuerdo, añadió que «puedo decirles que hay una senda a un acuerdo». El mensaje era mucho más optimista que el de los comentarios previos del primer ministro, Boris Johnson, e incluso que cualquier otro análisis sobre la situación en los últimos meses.

«Ahora es un caso de estar muy cerca, y a la vez muy lejos», dijo Von der Leyen al Parlamento Europeo, que tendrá que aprobar cualquier acuerdo alcanzado.

Gran Bretaña dejó el bloque de 27 países en enero, pero sigue hasta final de año dentro del mercado único y la unión aduanera europeas dentro de un proceso de transición. Las conversaciones tratan de definir la relación comercial entre ambas partes a partir del 1 de enero.

«El reloj nos pone en una posición muy difícil», dijo Von der Leyen.

Las negociaciones han sido complejas casi desde que comenzaron hace nueve meses, y se complicaron aún más cuando Gran Bretaña dijo a principios de otoño que podría no respetar el acuerdo de salida que firmó con la UE, y que consolidó su salida del bloque.

Ambas partes se han esforzado en preparar una salida sin acuerdo el 1 de enero, que supondría más costes y burocracia en un proceso que ya será engorroso en el mejor de los casos porque se introducirán aduanas y controles donde antes no había ninguno.

Los dos bandos parecían cerca de dar por rotas las negociaciones cuando Johnson y Von der Leyen prometieron ir «un paso más allá» para cerrar un acuerdo.

Ya se están produciendo atascos en los puertos a los dos lados del Canal de la Mancha, como Dover en Inglaterra y Calais en el norte de France, y la sensación de urgencia crece conforme se acaba el tiempo.

La UE está dispuesta a comerciar con Gran Bretaña sin aranceles ni cuotas, pero sólo si Gran Bretaña acepta las normas y regulaciones que han hecho tan exitoso el mercado único europeo de 450 millones de consumidores.

Sin embargo, Johnson dice que no quiere que las empresas británicas se vean limitadas por restricciones de la UE, especialmente si se endurecen con el tiempo.

Aunque se estaban haciendo progresos en cuestiones como la ayuda estatal y los estándares industriales, las diferencias se mantenían en temas de pesca y del acceso a los caladeros británicos a cambio de que la industria pesquera británica pueda exportar a la UE. «En ocasiones parece que no podremos resolver esta cuestión», dijo Von der Leyen.

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